Friday, March 28, 2008

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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 28: Teotihuacan, Mexico - INAH To Realize New Research at Teotihuacan
As was recently reported today, Friday March 28, 2008, by the Instituto Nacional de Antropologia e Historia, the archaeological project at Teotihuacan will realize new excavations in search of further evidence of Prehispanic contacts with the state of Oaxaca in southwest Mexico (edited by AMaNU):
Buscarán evidencias de presencia oaxaqueña en Teotihuacán - Evidencias arqueológicas han confirmado que la antigua Teotihuacán fue una ciudad pluriétnica, con presencia de grupos foráneos y sectores sociales procedentes del área maya, la Costa del Golfo, del Occidente y de Oaxaca, quienes participaban en la vida política y económica de la urbe.
Distribuidos en barrios a lo largo y ancho de Teotihuacán, estos sectores poblacionales tuvieron una función específica dentro de esta sociedad, tal es el caso del colectivo procedente de Oaxaca, que se estableció al poniente de la Pirámide del Sol, entre los años 250 – 450 d.C., en el área que hoy ocupa la localidad de San Juan Evangelista.
Para ampliar el conocimiento sobre el antiguo Barrio Oaxaqueño, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comenzará a partir de abril y hasta diciembre del año en curso, una serie de exploraciones arqueológicas en la superficie donde se asentó dicho grupo, tendientes a hallar evidencias materiales de lo que fue su vida cotidiana.
Detectado a finales de los años sesenta, la presencia de este sector poblacional se confirmó en la década de los noventa durante los trabajos de salvamento arqueológico, en los que se encontraron restos de arquitectura doméstica, materiales cerámicos y entierros característicos de la cultura zapoteca. "Donde se ubica la colonia El Mirador, se ha encontrado una buena cantidad de cerámica relacionada con la que se producía en Monte Albán, y que cuenta con la particularidad de ser de color gris", indicó la arqueóloga Verónica Ortega Cabrera, subdirectora técnica de la Zona Arqueológica de Teotihuacán (ZAT).
Los análisis e interpretaciones de los vestigios encontrados, señalan que la presencia de individuos de filiación zapoteca, responde al hecho de que Teotihuacán fue una ciudad cosmopolita, y que los oaxaqueños que ahí radicaron tuvieron la función de albañiles especializados, al trabajar de manera singular los estucos de cal.
"Otra propuesta, indica que el barrio oaxaqueño se especializó también en la producción de la grana cochinilla, de la cual se obtenía el colorante natural para teñir los textiles", comentó la arqueóloga, luego de referir que por medio del trabajo de exploración arqueológica se pretende hallar nuevos elementos que permitan definir de manera clara la existencia de zapotecos en la antigua ciudad.
El compendio de materiales que se han hallado en lo que fue el barrio oaxaqueño, en los últimos 40 años, suman un total de seis urnas funerarias, una tumba, una estela con glifos zapotecos y restos de arquitectura doméstica. Tales materiales han sido fechados y ubicados cronológicamente hacia la Fase Tlamimilolpan, correlacionada con las Fases Monte Albán II y IIA, entre los años 250 y 450 d.C.
La subdirectora de la ZAT, Ortega Cabrera, detalló que la temporada de exploraciones se desarrollará en un área aproximada de tres mil metros cuadrados , que aún se encuentra libre de construcciones contemporáneas, donde se efectuarán pozos de sondeo y en caso de hallar arquitectura o evidencias que lo ameriten se hará una labor extensiva: "Prácticamente sólo quedan unos cuantos predios libres, porque el área ha sido absorbida por la mancha urbana, donde se asienta la colonia El Mirador, en el Barrio de San Juan Evangelista".
"Es indispensable realizar estas tareas de investigación antes que se pierda el patrimonio arqueológico que pudiera haber todavía", destacó la arqueóloga, al tiempo de precisar que ya se ha platicado con los propietarios de los predios. "Están totalmente de acuerdo y han dado su autorización para excavar. Además de que se mantiene una estrecha coordinación con el Ayuntamiento de Teotihuacán, a través del departamento de Desarrollo Urbano, quienes nos apoyan en la gestión con los dueños", precisó Ortega Cabrera.
Finalmente, acotó que este proyecto es tan sólo de índole de investigación científica, sin que ello implique la autorización de construcciones en el área, debido a que el objetivo es la recuperación del patrimonio prehispánico que pudiera detectarse (source INAH - Sala de Prensa).

Thursday, March 27, 2008

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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 27: INAH Will Open 10 New Sites To The Public
As was recently reported by the Instituto Nacional de Antropologia e Historia on their webpage, the Mexican institute will open 10 archaeological sites to the public between now and 2012 (edited by AMaNU):
Abrirá el INAH nuevos sitios arqueológicos - El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), abrirá de 2007 a 2012, diez nuevas zonas arqueológicas al público con la intención de ampliar la oferta cultural del país y ofrecer nuevas ventanas al pasado que permitan una mejor comprensión del presente.
Los sitios que abrirán sus puertas son: Chiapa de Corzo, en el estado de Chiapas; Largartero, municipio de Trinitaria, Chiapas: Plan de Ayutla o SakT¨zi, Ocosingo, Chiapas; Cañada de la Virgen, San Miguel de Allende, Guanajuato; Peralta en Abasolo, Guanajuato; Tehuacalco en Tierra Caliente, Guerrero; El Pahñú, Tecozautla, Hidalgo; Santo Nombre, Tlacotepec, Puebla; Tancama en Jalpan, Querétaro y Teúl de González Ortega en Zacatecas.
Sin duda, dichos sitios complementan de manera significativa el panorama histórico -cultural que hasta ahora permanece vigente en el país y aporta nuevas alternativas de conocimiento e investigación para lograr óptimos procesos que permitan una mayor interpretación del pasado a través de los restos tangibles en el presente.
En entrevista, la coordinadora nacional de Arqueología, Laura Pescador, mencionó que ésta será la oportunidad de obtener una mejor interpretación de los procesos culturales por los que transitó el desarrollo del país.
La apertura de los sitios responde a preguntas y problemas de investigación específicos, por ejemplo, las de Zacatecas explican la relación entre occidente, centro y norte de México así como el flujo de materiales en rutas de tráfico muy largas; por su parte, el sitio de Tancama, Querétaro, busca explicar la relación del altiplano y la costa del Golfo a través de la Huasteca y el Bajío.
La zona de Lagartero en Chiapas, es una capital maya que expone las secuencias culturales e intercambios entre las tierras altas y bajas del estado. Plan de Ayutla, en la misma entidad, se investigó debido a la aparición de glifos emblemáticos de las culturas apostadas en el lugar, símbolos que permiten obtener más información sobre los mismos.
Como se puede constatar, la apertura de estos sitios responde a cuestiones históricas y culturales, además de resultados en beneficio de las comunidades generado por la derrama económica y el mejoramiento de las condiciones de vida del entorno poblacional.
La mayoría de los Estados donde se van a abrir los sitios, enfrentan altos índices de pobreza y marginación en comparación con otros, por lo que ese fue el criterio fundamental para favorecer el desarrollo social, vía la inmediata generación de empleos que significaría en primera instancia.
En algunos casos, los esfuerzos para impulsar ciertos proyectos estuvieron a cargo de los tres niveles de gobierno federal, estatal y municipal -, hecho que resultó en un mejor flujo de acuerdos para realizar trabajos necesarios de manera permanente en los sitios. Además de los aspectos académicos previstos como requisitos para inaugurar una zona, existe un plan de manejo que engloba aspectos de operación y oferta para los visitantes.
En este tema, debemos considerar todos los factores que inciden en la conducción de cada sitio, tales como la cantidad de visitas, tipo de información que se ofrece, así como relaciones con autoridades locales y federales en pro de la conservación, añadió Laura Pescador. El plan de manejo se aplicará una vez que se haya definido el tipo de estructuras que existen en cada lugar para planear la conservación pertinente, es decir, la arquitectura, flujos de visitas y factores que determinen adaptaciones y/o modificaciones en el documento, agregó.
Todos los sitios poseen una cédula de registro público como monumento arqueológico y puede ser consultada públicamente en el Instituto, al igual que los textos donde se avalan los lineamientos que deben contener para dar servicio y ser abiertos.
En cuanto a las fechas para su apertura, no se tiene ninguna definida hasta ahora ya que, en algunos casos, se encuentran en proceso de investigación mientras que otros, llevan a cabo programas para definir la ubicación de los servicios y planeación de estrategias.
El programa de apertura, dijo, no es cuestión de mencionar una fecha específica, ésta es relativa porque depende, principalmente, de los trabajos de investigación que se lleven a cabo. Eso no se puede decir radicalmente debido a que si se hacen modificaciones al entorno para adaptar, por ejemplo, inmuebles de servicio, puede surgir una nueva estructura y eso retrasaría el plan original.
Todos los conjuntos arqueológicos contarán con infraestructura sanitaria, estacionamiento, señalización salas de interpretación histórica y museo de sitio. Para que estos proyectos se concreten serán utilizados recursos del INAH y en casos específicos habrá convenios con los gobiernos estatales y municipales así como con instituciones académicas nacionales e internacionales. Específicamente, en el sitio El Pahñú, municipio de Tecozautla, Hidalgo, el Instituto realizó acuerdos con la Sorbona de París para realizar trabajos de manera conjunta con el territorio Otomí.
A los programas de apertura y manejo los acompañará otro medio más de difusión que se echará a andar una vez que se inauguren paulatinamente los sitios, con la finalidad de informar, de manera precisa, la función que desempeñaron en su contexto antiguo y la que jugarán en el actual, para una mayor reflexión sobre lo que nos define como mexicanos (source INAH Sala de Prensa).

Sunday, March 16, 2008

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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 26: Coatzacoalcos, Veracruz, Mexico - Further Information on the Recent Identification of a Precolumbian Port-of-Trade
As reported in a previous post (Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 24) archaeological research at Coatzacoalcos, located in the Mexican state of Veracruz, has identified an important Precolumbian port-of-trade. Today, Sunday March 16, 2008, in an exclusive report, the online edition of the daily Mexican newspaper La Crónica de Hoy extends our knowledge on the recent archaeological discoveries (edited by AMaNU):
Hallazgos arqueológicos comprueban que Coatzacoalcos fue un importante puerto comercial prehispánico - Para el arqueólogo Alfredo Delgado Calderón se trata del hallazgo más importante en toda la historia de Coatzacoalcos y uno de los más relevantes del sur de Veracruz. Desde hace mucho tiempo sospechaba que la zona escondía algo en su interior, sin embargo ahora que lo tiene frente a sus ojos simplemente no da crédito...
Se trata de dos moldes de chapopote que antiguas culturas utilizaban para recubrir el fondo de sus cayucos, y así evitar que la madera se pudriera con el agua. Miden 5.40 y 7.10 metros de largo, y fueron abandonados en ese puerto hace más de mil 500 años. La importancia radica en que nunca antes se había encontrado ningún asentamiento prehispánico en Coatzacoalcos desde su fundación en 1872. Durante la Colonia, españoles fundaron en 1522 la Villa del Espíritu Santo, pero luego, en 1640, el lugar fue abandonado. Y por más de dos siglos el lugar quedó despoblado.
“En la Villa del Espíritu Santo —que en sentido estricto no tiene nada que ver con Coatzacoalcos— se encontró un asentamiento del período postclásico, sin embargo, estas nuevas excavaciones son mucho más antiguas. Por lo menos datan del 200 a.C. al 1,500 d.C.”.
Punto de encuentro - Los cayucos —que fueron hallados accidentalmente por trabajadores que construyen secciones prefabricadas de lo que será el túnel de Coatzacoalcos— revelan que el puerto sirvió de enlace entre los teotihuacanos y los mayas, quienes están comerciando diferentes culturas. “Tenemos evidencia de material maya, teotihuacano, totonaco, de las culturas remojadas y de varias regiones del interior del sur de Veracruz”, explica Delgado Calderón, quien asegura que fue un puerto pesquero muy importante: “Tenía una pesca especializada e intensiva de diferentes especies, y eso también es novedad, ya que no habíamos encontrado hasta ahora en todo el sur de Veracruz evidencias de esto”.
—¿Qué rutas pudieron haber seguido estas embarcaciones?—Bueno, las que se encontraron, que no son muy grandes, fueron utilizadas para la pesca fluvial. Sin embargo, también hubo grandes embarcaciones, lástima que no haya registro de ninguna. Lo que sí tenemos son los restos de una de las pescas que debieron haber realizado en ellas: una vértebras de peces muy grandes que no se dan en el río Coatzacoalcos.
—¿Estas embarcaciones pudieron haber ido a lo que ahora es Cuba?—No me atrevería a decirlo, porque especularía. Obviamente se estuvieron comunicando con grandes embarcaciones, pero no puedo afirmar que éstas hayan llegado a la isla. Por lo que dicen las crónicas, creo que sí. Refieren que había grandes embarcaciones de troncos de una sola pieza que estaban prácticamente comunicando todo el Caribe. Es una posibilidad que queda abierta.
Delgado Calderón menciona que otro de los productos que se comerciaban era el chapopote, que además de servir como impermeabilizante de pisos, paredes y cayucos, se utilizaba para decorar vasijas, malacates y como goma de mascar para higiene dental. “Encontramos además pendientes en piedra verde y cuentas de collares, así como tres grandes vasijas de unos 60 centímetros de altura que posiblemente contengan ofrendas con comida o restos humanos. Además, encontramos una batea de madera, lo cual también es único, porque nunca habíamos encontrado una”.
Zona Virgen - —¿Cómo es que hasta ahora se hacen todos estos descubrimientos?—Si vemos los antecedentes, es la primera vez que estudiamos un sitio costero del sur de Veracruz. Esto se debe a que gran parte de los terrenos son propiedad de Pemex, así que ningún especialista había tenido acceso al lugar desde hace 30 años. Y con todos los desechos industriales y la maquinaria, los materiales arqueológicos pasaron desapercibidos. Es una zona virgen en la investigación marítima. Todo esto, los arqueólogos no lo sabíamos. Fue gracias a que nos reportaron los hallazgos que nos dimos cuenta de todo. Lamentablemente fue un poco tarde: la maquinaria destruyó toda evidencia después del año 1,200. Cuando nosotros llegamos, la zona ya estaba muy alterada. Seguramente hubo asentimientos posteriores al tiempo de la conquista, pero ya no tenemos la evidencia concreta; sin el material in situ, como decimos los arqueólogos, ya no lo podemos afirmar. Los trabajos del túnel comenzaron en julio y se dañó muchísimo la zona. Pero no sólo ahora, sino desde mucho antes, porque Pemex ya había emparejado el terreno desde hace 30 años por lo menos. Actualmente, una vez intervenida la zona y haber hecho el registro de cada pieza, los trabajos del túnel se han reanudado.
En tanto, Calderón se concentrará en el estudio de las piezas y hasta proyecta editar un documento que recoja la investigación. También propondrá la creación de un museo para que la gente pueda ver la importancia de los objetos que “están cambiando la visión que tenemos de nuestros antepasados”.
“Todo esto ha servido para confirmarnos que los arqueólogos no estamos viendo las rutas pesqueras, sino únicamente las terrestres. Tenemos que estudiar más estos caminos que están presentes por todos lados. Basta que alguien escarbe tantito para que salgan cosas. Son tantas que no nos daríamos abasto....” (written by Juan Carlos Aguilar García; source La Crónica de Hoy).

Tuesday, March 11, 2008

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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 25: Iztapalapa, Mexico City - Notes On Some Of The Recent Discoveries
Yesterday, Monday March 10, 2008, the online edition of the daily Mexican newspaper La Jornada posted a short notice on the recent archaeological discoveries in Iztapalapa, Mexico DF, Mexico. The current project in Iztapalapa is the first official archaeological project, earlier excavations were prompted by salvation work. Most of the newly found vestiges will be reburied for protection, as archaeologist Jesús Sánchez, in charge of the excavations, explains in this notice (edited by AMaNU):
Centro ceremonial prehispánico ayuda a reconstruir la historia de Iztapalapa - Los culhuacanos, aproximadamente, hacia el año 1000-1100 de nuestra era fundaron la ciudad de Iztapalapa. Todo el esplendor y desarrollo urbano que ostentó este asentamiento durante siglos terminó, sin dejar evidencias de su existencia, al ser el primer pueblo sometido y arrasado por Hernán Cortés, quien junto con sus huestes convirtió esta antigua ciudad en su cuartel general de cara a la conquista de Tenochtitlán.
Por primera vez, la historia del pasado y presente de Iztapalapa se encuentra en proceso de relaboración, planteamiento y sustentación. Esta región se mantuvo estrechamente ligada al imperio mexica, además de que le rendía tributo. Cuitláhuac fue tlatoani de este lugar y hermano de Moctezuma II. “Por ello la simbiosis étnica, cultural, económica era evidente entre ambas ciudades.”
Así lo explica el arqueólogo Jesús Sánchez, quien encabeza desde hace casi siete años el Proyecto de Investigación Antropológica Cerro de la Estrella, y quien descubrió el año pasado el centro ceremonial de Iztapalapa, precisamente frente a las instalaciones de la sede delegacional. “Antes de Tenochtitlán, Cortés conquistó y destruyó a Iztapalapa y la tomó como cuartel general para atacar a los mexicas. Esta ciudad fue prácticamente arrasada y todo lo que sabemos de ella ha emergido tras descubrir la cuarta etapa de ocupación, así como las dos etapas constructivas de este recinto ceremonial prehispánico.”
Hasta ahora, las investigaciones arrojan que los vestigios hallados formaban parte del centro ceremonial de los culhuacanos el cual mantiene entre sus características constructivas una plaza hundida, escalinatas y una gran plataforma, de la cual todavía se desconocen las dimensiones exactas, aunque no era una estructura piramidal convencional. “Los límites todavía no los hallamos, pero se considera que tenía 60 metros de largo, con cuatro etapas de ocupación y dos constructivas.”
La recopilación de datos arquitectónicos, etnohistóricos, biológicos, antropológicos y arqueológicos está enfocada, por primera vez, a develar la historia “no sólo desde la época prehispánica, sino del desarrollo histórico-social de Iztapalapa a lo largo de los años hasta llegar al siglo XXI”.
Jesús Sánchez, quien también integró el grupo de especialista que participó en las excavaciones de Luxor, Egipto, hace algunos años, explicó a La Jornada que se han descubierto desde el reinicio de las excavaciones, el pasado 10 de diciembre, otra estructura, además de escalinatas, taludes, restos de vasijas e invaluables fragmentos de cerámica y obsidiana. “La exploración concluirá antes de Semana Santa, y en esa medida el Consejo de Arqueología determinará si se prolongan las excavaciones; salvo lo que decidan las autoridades del INAH, soy de la idea de que los vestigios se recubran nuevamente, debido al uso social y cotidiano que hace la gente de Iztapalapa de este lugar, sede de fiestas patronales durante casi todo el año.”
Las evidencias arqueológicas se han perdido con el paso de los siglos. Primero, por la nula referencia de crónicas y detalles arquitectónicos sobre la época prehispánica y, después, por la edificación de construcciones modernas, por las cuales se han perdido contextos que servirían para delinear la historia de esta ciudad. “Pero sin duda es un recinto sagrado con muchas estructuras distribuidas en toda la explanada delegacional y en el jardín”.
El experto lamenta: “Los muros y el recubrimiento de estuco están muy delicados debido a la cimentación de edificios y calles y al paso de camiones en la actualidad; el trabajo también ha sido muy difícil por el pequeño espacio que tenemos para explorar; además, también se presenta la incrustación de raíces de árboles en las estructuras prehispánicas”. La importancia del proyecto, abunda el investigador del INAH, se enmarca en el contexto de que “nunca se había realizado una exploración arqueológica en Iztapalapa, aunque sí se habían realizado trabajos de salvamento, principalmente cuando se inició la construcción de las estaciones del Sistema Colectiva Metro” de la línea 8, que pasa cerca del lugar.
Empero –dice– ello no afectó el centro de Iztapalapa porque ese transporte cruzó por una ladera del Cerro de la Estrella. “También cuando se construyó, hacia 1980, la Central de Abasto hubo mucha exploración arqueológica sobre los vestigios de las chinampas prehispánicas que estaban concentradas en la ribera del lago”.
Lo cierto es que los vestigios quedarían de nuevo sepultados con un relleno de protección geotextil para preservarlos para futuras investigaciones y así se evitarán filtraciones de humedad, elementos dañinos de microambiente y de bacterias que perjudicarían aún más el lugar (written by Ana Mónica Rodríguez; source La Jornada).

Sunday, March 9, 2008

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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 24: Coatzacoalcos, Veracruz, Mexico - Important Archaeological Discovery At Coatzacoalcos Dates To Circa 200 BC
On March 5, 2008, the online edition of the daily Mexican newspaper La Jornada posted a report on the recent and important archaeological discovery of a Late Formative/Preclassic port of trade on the banks of the Coatzacoalcos river, in the Mexican state of Veracruz (edited by AMaNU):
Hallazgo en Veracruz moverá al año 200 aC la datación histórica - El hallazgo de lo que habría sido un puerto pesquero-comercial en las márgenes del río Coatzacoalcos, el cual funcionó desde la época de los olmecas, es decir, desde el año 200 aC, modificará los datos históricos sobre el poblamiento de la zona, que hasta hoy está datado en 1522.
Durante la ejecución de los trabajos de excavación para edificar un túnel que atravesará dicho afluente, se localizaron vestigios que apuntan a la explotación de la pesca, importante actividad comercial efectuada con pueblos mayas y teotihuacanos, así como el intercambio de productos elaborados en obsidiana, serpentina y almagre, además del uso extenso y variado del chapopote.
Entre los hallazgos espectaculares de la zona, los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lograron extraer dos piraguas recubiertas de chapopote, lo que confirma físicamente que ese río fue un puerto pesquero-comercial que funcionó durante mil 400 años.
“Todo esto confirma –explicó Alfredo Delgado Calderón, arqueólogo responsable del proyecto– que Coatzacoalcos no fue un lugar despoblado y cuyo asentamiento demográfico se inició en 1522 con la fundación de la llamada Villa del Espíritu Santo, como consta en los registros históricos, sino que desde por lo menos un milenio antes era un sitio con auge comercial y pesquero.”
La fundación de la Villa del Espíritu Santo fue realizada por Gonzalo de Sandoval, lugarteniente del conquistador español Hernán Cortés. Delgado Calderón estima que el auge del puerto pesquero de Coatzacoalcos se dio en el periodo Clásico tardío, es decir del año 900 al 1200 dC. Es decir, durante tres siglos fue quizá uno de los puertos prehispánicos más importantes del Golfo de México
Pescar y vender a gran escala - Como parte de los proyectos viales que el gobierno de Veracruz impulsa, desde 2007 se iniciaron los trabajos de excavación para construir un túnel de 140 metros de largo por 20 de ancho y 10 de alto que atravesará el lecho del río Coatzacoalcos para comunicar la cabecera municipal con el poblado de Villa Allende.
El pasado 4 de octubre los trabajadores de las empresas constructoras detuvieron las labores de excavación, debido al hallazgo de piezas prehispánicas en la margen derecha del río, lo cual motivó que el INAH enviara un grupo de arqueólogos para hacer el levantamiento de los vestigios. Lo hallado sorprendió a los investigadores, pues se descubrió material que servirá para modificar los datos históricos sobre el poblamiento de la zona y confirmar los lazos comerciales entre las culturas olmeca, maya y teotihuacana desde el año 200 aC, asegura el arqueólogo.
El material localizado durante las excavaciones que se iniciaron el 14 de octubre de 2007 comprende varios periodos que van del Formativo tardío –200 aC– hasta el Clásico y Posclásico temprano. “Involucra a varios actores históricos: olmecas, mayas, totonacas, teotihuacanos y algunas culturas locales”, señala.
Actualmente, unas 200 piezas han sido extraídas y están en fase de clasificación en las instalaciones del Club de Pesca de Coatzacoalcos, el cual fue habilitado como laboratorio de restauración y análisis. Los utensilios son ollas, joyas elaboradas en piedra, flautas, figurillas y fragmentos de cerámica.
Lo sobresaliente del hallazgo son dos moldes de piraguas, embarcaciones que en su momento fueron usadas para transportar mercancía y que acredita que el sitio fue un antiguo puerto donde se explotaba la pesca con fines comerciales.
Las dos naves halladas, de 5.45 y 7.10 metros de largo, respectivamente, fueron elaboradas en madera e impermeabilizadas con chapopote. Con el tiempo, la madera se desintegró, pero quedó la mezcla que la protegía, lo que preservó su forma durante casi dos milenios.
‘‘Es el primer hallazgo en la zona de costa que acredita la presencia de embarcaciones en Coatzacoalcos, y no sólo eso, sino que el sitio fue un puerto de alta actividad pesquera y comercial.”
También en el lugar se hallaron artefactos para la pesca, decenas de navajas elaboradas en obsidiana, así como recipientes y rastros de fogones, que se ocupaban para la captura, disección, salado y secado de especies extraídas del mar, el río y las lagunas adyacentes.
Entre los productos procesados destacaban mariscos, como jaiba y camarón, así como marlín, huachinango, bobo e inclusive el manatí, por los restos óseos encontrados.
“No era pesca de consumo local sino para un proceso artesanal, en el intercambio comercial, principalmente con mayas y teotihuacanos; era pesca especializada e intensiva, donde el producto se salaba y ahumaba para ser enviado por vía marítima o fluvial a otros lugares”, abunda Delgado Calderón.
Usaban el hidrocarburo - La obsidiana que se usaba para elaborar navajas era traída del centro del país, y de Oaxaca procedía una piedra verde conocida como serpentina, para elaborar joyas y utensilios de ornato, también para ser comercializados con otros pueblos, así como almagre, que es un mineral rojizo que se ocupa para la decoración de cerámica.
El otro dato importante, destaca el investigador, es que desde hace más de 2 mil años los pobladores ya usaban el hidrocarburo, en este caso chapopote, ya sea para recubrir embarcaciones, como para la elaboración y decoración de utensilios como la cerámica.
Entre el material hallado en las márgenes de la afluente, también destacan dos enormes ollas, cuyo contenido no ha sido extraído, pero los arqueólogos presumen que podrían ser ofrendas religiosas o urnas funerarias, quizá de algún sacrificio ritual (written by Andrés Timoteo Morales; source La Jornada).
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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 23: Templo Mayor, Mexico City - INAH Employs Most Up-To-Date Technologies In Its Investigations
On March 2, 2008, the online edition of the daily Mexican newspaper La Jornada posted a short report in which the most up-to-date technologies as employed by the Instituto Nacional de Antropologia e Historia at the Templo Mayor in Mexico City are explained and described (edited by AMaNU):
El INAH emplea alta tecnología para develar los secretos del Templo Mayor - Como pocas veces en la historia moderna del país, las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) están utilizando la tecnología más avanzada para estudiar la zona arqueológica del Templo Mayor, sobre todo lo referente al monolito de Tlaltecuhtli, uno de los descubrimientos más importantes de los años recientes.
Así lo informó el arqueólogo Leonardo López Luján durante la charla que ofreció en el contexto del ciclo A 30 años de Coyolxauhqui y el Proyecto Templo Mayor, que concluyó sus actividades ayer. Frente a un público numeroso que llenó el auditorio y el vestíbulo del museo, López Luján detalló los resultados de la séptima temporada de excavaciones en dicha zona arqueológica, que está bajo su mando y dio inicio el 19 de marzo del año pasado en el predio de Las Ajaracas.
La primera tarea del equipo, apoyado por el arqueólogo japonés Saburo Sugiyama, pero formado mayoritariamente por mexicanos, fue elaborar un mapa satelital de la zona, para ubicarla en un plano tridimensional “de precisión milimétrica”, mediante un sistema de ubicación GPS. Además, se limpió totalmente el predio y se realizaron varias tomas fotográficas desde el aire para documentar el sitio exacto dónde se encontró la pieza monumental, que será exhibida in situ en un nuevo museo a construirse próximamente.
Los cuatro grandes fragmentos en que está dividido el monolito de Tlaltecuhtli, diosa de la tierra asociada al mismo tiempo con la vida y la muerte, serán analizados para ver si se encuentran en la roca algunos restos de sangre, “la más preciosa ofrenda que los hombres podían hacer”, y averiguar qué pigmentos utilizaban los mexicas en sus actos rituales. Luego de hacer un retrato tridimensional de la obra, mediante un escáner especial, los arqueólogos se concentrarán en descubrir qué más hay en la zona del hallazgo, para ver si en efecto puede tratarse de la tumba de Ahuizotl, tlatoani que gobernó Tenochtitlán entre 1486 y 1502.
Aunque prefirió mostrarse cauto, adelantó que se manejan tres escenarios posibles: la existencia de dicho sepulcro real debajo del monolito; la aparición de ofrendas muy ricas, como sucedió en el caso de la Coyolxauhqui y el Chac Mool, o bien que no haya nada en absoluto. En el lugar, añadió, hay evidencias de que los constructores prehispánicos realizaron un sistema complejo de túneles, entradas y salidas para revisar lo que habían edificado antes, y verificar así el proceso de enterramiento.
Además de la Tlaltecuhtli, en el predio se ha descubierto una auténtica “mina de información” para los arqueólogos, con diversos esqueletos de seres humanos y animales, así como cuchillos de sacrificio, cuentas de jade y objetos de copal y madera. En el área del monolito de Tlaltecuhtli, se han encontrado hasta el momento, nueve ofrendas, de las cuales se han abierto siete, la más reciente hace unos días, y el resto serán reveladas en las próximas semanas. En total, en el proyecto Templo mayor se han recuperado 147 ofrendas en las últimas tres décadas
Antes de hablar sobre las investigaciones más recientes, López Luján hizo un repaso por la historia de la arqueología en el Centro Histórico de la ciudad, desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad. “Es un trabajo de mucha vocación y responsabilidad, pero al mismo tiempo apasionante y muy divertido” (writen by Fernando Camacho Servín; source La Jornada).
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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 22: Templo Mayor, Mexico City - New Discoveries At The Location of the Tlaltecuhtli Monolith
On February 27, 2008, the Instituto Nacional de Antropologia e Historia reported on the latest archaeological discoveries made at the location of the Tlaltecuhtli monolithic stone, recently removed for cleaning and conservation (edited by AMaNU):
Nuevos hallazgos asociados al monolito de Tlaltecuhtli - Nueve ofrendas con múltiples objetos, entre los que destacan cuchillos de pedernal, cuentas de piedra verde y esqueletos de aves rapaces, entre otros, fueron descubiertas recientemente en torno al monolito de la diosa Tlaltecuhtli, como parte de las excavaciones arqueológicas que realiza el Proyecto Templo Mayor en el predio Ajaracas-Campanas, del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Se trata de depósitos rituales asociados a la gran escultura de la deidad terrestre, los cuales han sido hallados desde marzo del 2007 a la fecha, en las porciones central y suroeste del predio. Con estos descubrimientos, suman ya 147 las ofrendas recuperadas en los últimos 30 años por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el marco del Proyecto Templo Mayor.
El director de este programa de investigación científica, Leonardo López Luján, dio a conocer que hasta el momento sólo se conoce el contenido de seis de las nueve ofrendas, toda vez que las últimas tres se detectaron en fechas muy recientes. Éstas serán exploradas en las semanas subsecuentes, conforme avancen las excavaciones.
“Con estos hallazgos hemos podido definir dos áreas de depósitos rituales. Por un lado, la suroeste, relacionada al piso de la plaza, donde se encontraron las ofrendas designadas con los números 115, 117, 119 y 120. Por el otro, la central, asociada directamente al monolito y donde aparecieron las ofrendas 118, 121, 122, 123 y 124”, precisó el arqueólogo, quien destacó que tan sólo de la ofrenda 120 se han recuperado hasta el momento más de 600 objetos.
López Luján, quien el próximo 1 de marzo impartirá la conferencia Excavaciones arqueológicas recientes en el área del Templo Mayor, como parte de las actividades académicas organizadas por el 30 aniversario del hallazgo de la Coyolxauhqui; mencionó que el descubrimiento de las nueve ofrendas ocurrió en el marco de la séptima temporada de campo, que inició en marzo del año pasado y podría concluir en 2009 ó 2010.
“Una de las ofrendas más ricas e interesantes es la 120, donde la arqueóloga Osiris Quezada y su equipo han registrado hasta ahora una vasija Tláloc, 335 cuentas de piedra verde, 87 cuchillos de sacrificio de pedernal, seis punzones de hueso, una máscara-cráneo y 67 piezas de copal, entre otros objetos". Por su parte, las biólogas Norma Valentín y Aurora Montúfar han identificado también los esqueletos de 12 águilas reales, dos ibis pico de espátula, un lobo, así como semillas de algodón, chía, amaranto y calabaza, detalló.
Asimismo, —continúo—, en el espacio donde se localizó en octubre del 2006 el monolito de la diosa Tlaltecuhtli, el equipo de la arqueóloga Ximena Chávez hizo el hallazgo de la ofrenda 121, la cual contenía barras de copal, punzones de hueso para el autosacrificio, cuentas de piedra verde, plumas carbonizadas y abundantes restos de pencas de maguey. “Este depósito ritual fue hallado en la entrada que se localiza al oeste del monolito y que pudiera conducir hipotéticamente a un depósito funerario“, aseveró.
“Por el contexto en que fue encontrada la urna 121, es claro que fue colocada cuando se ingresó por última vez a este espacio subterráneo y se selló la entrada de manera definitiva. Los objetos que componen el depósito nos indican que en esa ocasión se hicieron ofrendas de sangre y copal”, indicó el arqueólogo. Sobre el significado de estos hallazgos correspondientes a la VI etapa constructiva del Templo Mayor, comentó que datarían del reinado de Ahuítzotl (1486-1502 de nuestra era).
Reanudan exploraciones en la oquedad debajo de Tlaltecuhtli - Por lo que respecta a la excavación del hueco que hay en el sitio que ocupaba el monolito de Tlaltecuhtli y que podría esconder una cámara funeraria, López Luján señaló que la tarea comenzó hace una semana luego de la conclusión exitosa de la perforación de varios pozos que permitirán abatir el agua fréatica que impera en el subsuelo.
“El máximo obstáculo de las labores arqueológicas en el Centro Histórico, desde 1790 hasta nuestros días, ha sido la presencia de un manto freático muy superficial y que además está contaminado con aguas residuales. Hay que recordar que trabajamos en una antigua cuenca lacustre, exactamente en el corazón de la isla de Tenochtitlan-Tlatelolco”, acotó.
Refirió que con la perforación de los pozos se intenta solucionar de raíz ese problema en el predio Ajaracas-Campanas, por lo que se contrató a la compañía Colinas de Buen, cuyos expertos han intervenido en varios edificios del Centro Histórico, entre ellos la Librería Porrúa, la antigua Casa del Marqués del Apartado y el Centro Cultural de España en México.
“Se perforaron tres pozos en torno al área donde se encontraba la escultura de Tlaltecuhtli: uno en el sur, otro en el este y uno más en el norte. Son excavaciones de apenas 30 centímetros de diámetro, pero con una profundidad de 18 metros desde la superficie de la calle. Por esos canales se introduce tubería en la que se instalan modernos equipos de extracción y reinyeccción de agua, abundó el arqueólogo.
Antes de emprender los trabajos de perforación, se hicieron estudios de geofísica, con el fin de conocer el subsuelo y evitar así dañar algún depósito ritual o escultura que eventualmente estuviera en el área donde se harían los pozos. “La perforación tardó tres meses y se hizo con todo cuidado porque estamos hablando de horadaciones en una zona arqueológica”, acotó López Luján.
Luego de que el pasado 5 de noviembre se trasladó la escultura de Tlaltecuhtli a la calle de Argentina para iniciar su restauración integral, y haber controlado el problema del nivel freático, el equipo de arqueólogos del Proyecto Templo Mayor retomaron este mes de febrero las excavaciones en este punto. “Ya se empezó a excavar. Estamos removiendo gran cantidad de piedras de relleno que se encontraban bajo el monolito y se registra con todo detalle cómo fue que la escultura se colapsó hacia el centro de la cavidad”.
“Estamos muy optimistas, pues en los próximos meses estaremos en condiciones de corroborar o refutar la hipótesis que hemos planteado conjuntamente con el profesor Eduardo Matos Moctezuma, la cual plantea que el monolito es una lápida funeraria y cubre el sepulcro del octavo soberano mexica, Ahuítzotl”, refirió. Asimismo, el investigador del INAH comentó que como parte de las cinco líneas de investigación que plantea la temporada de campo, el equipo del Doctor Luis Barba del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM se han realizado estudios de geofísica bajo el monolito y en el área circundante.
“Con el uso de varias antenas de georadar y un resistivímetro, se ha confirmado la existencia de importantes anomalías bajo el monolito y en torno a la entrada que se encuentra inmediatamente al poniente. Esto se habrá de corroborar por medio de excavaciones para determinar si los datos arrojados corresponden o no a varios espacios funerarios que se localizarían a unos cuantos metros bajo la escultura”.
“Al parecer no sería una sola cavidad, sino un conjunto de tres o cuatro cámaras, aunque esto es una mera especulación. Luis Barba ha calculado que el techo de estos espacios se encuentra a 2.5 metros de profundidad y que probablemente cada espacio tendría una altura de 2 metros”, abundó López Luján, al tiempo de considerar que los datos que da la geofísica y el hallazgo de ofrendas, son evidencias sólidas que apuntan a que debajo hay un gran depósito funerario.
“De cualquier manera seguiremos siendo cautos hasta no estar cien por ciento seguros. De hecho, nos enfrentamos a tres escenarios posibles: que no haya absolutamente nada; que se encuentren ricas ofrendas similares a las encontradas con las esculturas de Coyolxauhqui, el chacmool o las cabezas de serpiente; o que se trate de un sepulcro de un alto dignatario mexica. Cualquiera de estos casos tendrá un importante valor documental a nivel científico”, advirtió.
De acuerdo con las fuentes históricas del siglo XVI —añadió—, las exequias de los gobernantes mexicas implicaban también el sacrificio y entierro de mujeres y servidores, además del depósito de grandes ofrendas funerarias en el interior de cámaras. “Eso nos dicen las crónicas. Sin embargo, nunca se ha explorado un contexto de esta naturaleza. Por ello, en caso de detectarse una tumba, se estaría contrastando la información histórica con el dato arqueológico”, concluyó López Luján (source INAH - Sala Prensa).