Friday, August 14, 2009

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Ancient MesoAmerica News Updates 2009, No. 31: Ario de Rosales, Michoacan - Farmers Discover Pyramid
Looking for a place to cultivate aguacate, farmers José Humberto Téllez and Apolinar Piceno Guillén cleared a piece of land to find ... a pyramid. The structure is located within the boundaries of the community of Ario de Rosales in the state of Michoacan, Mexico. The pyramidal structure, which is in a good state of preservation, may date to the Classic period, circa A.D. 300-850, as was reported by the Instituto Nacional de Antropología e Historia yesterday, Thursday August 13, 2009 (edited by AMaNU; photo: INAH):

Hallan pirámide en Michoacán - En busca de un lugar para cultivar aguacate, José Humberto Téllez y Apolinar Piceno Guillén se toparon con una pirámide cubierta de maleza, en un predio ubicado en el municipio de Ario de Rosales, en Michoacán.
Después de retirar la hierba de una parte del monumento, lo fotografiaron y acudieron al Centro INAH Michoacán para dar a conocer el hallazgo. Al acudir al lugar, en la comunidad de Tipitarillo, el arqueólogo Roberto González Zúñiga observó las imágenes y pudo corroborar que se trataba de una yácata (basamento de forma rectangular que combina elementos semicirculares).
Tras hacer un recorrido por el área, el especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) ratificó la existencia de una pirámide de base rectangular de cuatro metros de altura, y 14 metros de ancho por 20 de largo, la cual cuenta con seis cuerpos escalonados, y en buen estado de conservación.
El monumento podría haber sido parte de un centro ceremonial del periodo Clásico (300 y 850 d.C.), con posible influencia teotihuacana, informó el especialista, al añadir que en el sitio podría haber otros elementos que están en etapa de exploración.
“Por su tipo de construcción y sus materiales, la estructura hallada es muy similar a la de la pirámide de la Zona Arqueológica de Tingambato, cerca de Pátzcuaro, que tiene 35 metros de base y 9 metros de altura”.
Añadió que esta yácata tuvo dos etapas constructivas, la más baja es la que tiene una mejor preservación, porque al parecer, en una etapa tardía la superior fue removida para desarrollar labores agrícolas. “En ese momento llegó a alcanzar los 25 metros de largo por 20 de ancho, y su altura pudo haber sido de seis o siete metros”.
Si bien en el territorio que hoy ocupa Michoacán, en la época prehispánica se desarrolló la cultura purépecha, el arqueólogo González Zúñiga explicó que ahí también existieron otros grupos. “Hay regiones mazahuas, otomíes y nahuas, por lo que es difícil decir en este momento a cuál de estas culturas corresponde la estructura piramidal, pero por la ubicación regional podría afirmar que no es de origen purépecha”.
“Lo primero que tenemos que hacer es el registro de las características principales del sitio mediante un recorrido sistemático, y plantear un proyecto para una investigación posterior”, puntualizó.
González Zúñiga expresó que ya había conocimiento de este sitio —que abarca entre 12 y 15 hectáreas— desde 2004, cuando autoridades municipales comenzaron a hacer recorridos para localizar zonas de posible potencial ecoturístico, y fue a finales de junio cuando el propietario de la huerta, Ignacio Zamudio Verduzco, quiso limpiar el terreno de una pequeña loma para plantar aguacate, y los muchachos que le ayudaron se dieron cuenta de la existencia de esta pirámide escalonada.
Por su parte, la arquitecta María Lizbeth Aguilera Garibay, directora del Centro INAH Michoacán, dijo que se ha solicitado el apoyo a la Coordinación Nacional de Arqueología, concretamente al área de Salvamento Arqueológico, para realizar el registro del área mediante el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) y determinar con precisión su dimensión, además de una descripción gráfica con la que quede plenamente identificado el sitio”. Concluyó que actualmente se realiza un proceso de revisión un mapa arqueológico de Michoacán, editado hace algunos años con información de las seis zonas abiertas al público, y en el que se incluirá la de otras que aún no lo es están. Para ello se trabaja en colaboración con el gobierno del estado y autoridades municipales. (source INAH)

Wednesday, August 12, 2009

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Ancient MesoAmerica News Updates 2009, No. 30: Olmec culture, Mexico - INAH Publishes Proceedings of the 2005 Round Table Conference on the Olmec
In 2005 the Instituto Nacional de Antropología e Historia, the Universidad Nacional Autónoma de México, and the Brigham Young University (Utah, United States) organized a Round Table conference on Olmec culture, presenting the latest research findings and theories relative to the emergence and florescence of this culture. On Thursday August 13, 2009, the publication of the proceedings of this conference will be presented to the public at the Museo Nacional de Antropología in Mexico City. The publication, entitled "Olmeca: Balances y perspectivas. Memoria de la Primera Mesa Redonda", consists of two volumes and three DVDs that contain the videos of the discussions of the participants. The Instituto Nacional de Antropología e Historia released the following notice yesterday, Tuesday August 11, 2009 (edited by MNU):
Actualizan cultura olmeca - Olmeca: Balances y perspectivas. Memoria de la Primera Mesa Redonda es, para sus coordinadoras, la historiadora del arte, María Teresa Uriarte; y la olmequista Rebecca B. González Lauck, “un botón de muestra del estado actual de las investigaciones en torno del tema: ya sea si se define como civilización, cultura, estilo artístico, manifestación cultural u otra definición que se le pudiera aplicar”.
Debieron transcurrir 63 años después de la realización de la Mesa Redonda Mayas y Olmecas, auspiciada por la Sociedad Mexicana de Antropología, para que especialistas en lo olmeca volvieran a debatir, esta vez, en un encuentro organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Brigham Young (BYU), Utah, Estados Unidos
Además de la calidad editorial de los dos tomos que conforman la memoria, resulta una novedad la inclusión de tres DVD con las discusiones que los aproximadamente 35 expertos llevaron a puerta cerrada —luego de la exposición de sus ponencias—, en el Museo Nacional de Antropología (MNA), durante los días 10, 11 y 12 de marzo de 2005.
La doctora María Teresa Uriarte, especialista del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, una de las instancias responsables de la coedición, comentó que ésta refleja un trabajo riguroso, toda vez que algunos textos requirieron de hasta 11 revisiones para su tirada, lo que convertirá a la Memoria de la Primera Mesa Redonda Olmeca, en un referente para la publicación de este tipo de foros académicos.
Olmeca: Balances y perspectivas —coedición INAH-Conaculta-UNAM, Universidad Brigham Young y Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo— tendrá una amplia difusión. Este jueves 13 de agosto, en el Auditorio “Tláloc” del MNA, a las 19:00 horas, será presentado por sus coordinadoras: Teresa Uriarte y Rebecca B. González Lauck, además de Durdiҫa Segota Tomac, Annic Daneels Verriest y Eduardo Matos Moctezuma. Asimismo, los siguientes jueves, 20 y 27 de agosto, será comentado en la Coordinación de Humanidades de la UNAM, Ciudad de México; y en el Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz, respectivamente. Mientras, el miércoles 9 de septiembre se prevé su exposición en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
De acuerdo con María Teresa Uriarte, la concepción de lo olmeca como la “civilización madre” ha quedado rebasada a partir de diversas investigaciones, no obstante, se le considera la primera sociedad compleja de Mesoamérica, cuyos inicios pueden remontarse hacia el 1200-1300 a.C., en el área del Golfo de México, y que se ha denominado como su Zona Nuclear.
El debate sobre su definición, sea como cultura, estilo artístico u otro —dijo—, parte en cierta medida, de que no se ha encontrado un núcleo. “No existen dudas sobre Teotihuacan o Monte Albán, como centros rectores de los pueblos teotihuacano y zapoteca, pero en el caso de lo olmeca se hallan lugares como La Venta y San Lorenzo, que dadas sus características podrían ser señoríos y no corresponder al denominativo de núcleo”.
Lo que puede encontrarse, en su opinión, “es un intercambio ideológico simultáneo en Mesoamérica, que produjo rasgos similares”; de ahí que algunos textos de la memoria, indiquen el intercambio y evolución que presentaron algunas formas olmecas, en su contacto con la civilización maya. La Primera Mesa Redonda Olmeca, que contó a su vez con el apoyo de la Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo (NWAF, por sus siglas en inglés), de la Universidad Brigham Young; versó sobre cultura y estilo; iconografía, arqueología, ideología y religión; territorio, y finalmente lengua y escritura.
Estos dos últimos aspectos fueron lo que ocasionaron una mayor controversia, incluso se maneja la hipótesis de que la lengua de los olmecas fue la llamada proto-mixe-zoque. Sin embargo, “es complicado consensuar, lo que necesitamos es contar con una buena cantidad de datos para su interpretación y eso se consigue mediante exploraciones arqueológicas”. En ese sentido, la historiadora del arte comentó que se requiere trabajar las cronologías a partir de verificar la nomenclatura de la cerámica; y definir aún más el territorio de lo olmeca.
Olmeca: Balances y perspectivas, “representa la primera publicación de este carácter, en contener ensayos que involucran tantas áreas del conocimiento, no sólo se encuentra la perspectiva arqueológica. Esto demuestra que únicamente se puede avanzar en términos de proyectos multidisciplinarios”.
Teresa Uriarte, junto con Rebecca B. González Lauck, concluyen que “si acaso en 1942 la arqueología olmeca estaba ‘en pañales’, hoy en día no se podría decir —a pesar de los años transcurridos y la gran cantidad de estudios que se han llevado a cabo— que este campo de investigación esté en plena madurez”.“Quizá el estado actual de la arqueología olmeca se asemeja más, en este momento de su historia, a una ´joven madurez´ donde aún existen considerables opciones y retos para su brillante desenvolvimiento”. (source INAH)

Tuesday, August 11, 2009

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Ancient MesoAmerica News Updates 2009, No. 29: Guanajuato, Guanajuato - New Temporary Exhibit, Veracruz: Antiguas Culturas del Golfo de México
As the Instituto Nacional de Antropología e Historia informed last Friday, August 7, 2009, a new temporary exhibit, entitled "Veracruz: Antiguas Culturas del Golfo de México" has been opened at the Museo de Arte e Historia de Guanajuato. The exhibit displays 330 archaeological objects from the state of Veracruz, 300 of which form part of the artistic heritage within the collections of the Fuerte de San Juan de Ulúa. The remaining pieces come from a dozen other museums in Veracruz. These majority of these 330 objects have never before been exhibited in Mexico, were found in archaeological zones as El Tajín, El Ídolo, Tres Zapotes, Matacapan, El Zapotal, Cempoala, Las Puertas, Castillo de Teayo, and Palmillas, and will be shown in Guanajuato until November 8, 2009 (edited AMaNU; English version here):
330 piezas llegan a Guanajuato - Un total de 330 piezas prehispánicas que conforman la exposición Veracruz: Antiguas Culturas del Golfo de México, arribaron al Museo de Arte e Historia de Guanajuato, para ser exhibidas a partir de este 7 de agosto y hasta noviembre. El 80 por ciento de los objetos se muestran al público por primera vez, y posteriormente viajarán a Río de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia, en Brasil.
Organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), la exposición surgió en 2007, como parte del proyecto de catalogación, registro y restauración de las colecciones que resguarda el Instituto en su delegación en el estado de Veracruz, y por el interés de dar a conocer el rico acervo que existe en las colecciones del Fuerte de San Juan de Ulúa y 12 museos de esa entidad.
Al inaugurar la muestra, la noche de este 6 de agosto, Alfonso de Maria y Campos, director general del INAH, indicó que la llegada a Guanajuato de Veracruz: Antiguas Culturas del Golfo de México es producto de casi dos años y medio de trabajo realizado por restauradores, luego de que las piezas fueron registradas y catalogadas para esta su primera exposición al público. “Los guanajuatenses son privilegiados porque podrán admirar muchas piezas que no habían sido exhibidas”.
Asimismo, el titular del INAH destacó la conjunción de esfuerzos entre el los gobiernos federal y estatal ha comenzado a rendir frutos, como la cristalización de proyectos como el montaje de esta exposición que posteriormente viajará a Sudamérica.
Acompañado de Sergio Rodríguez Herrera, secretario de Desarrollo Turístico, De Maria y Campos refirió que el arribo de esta muestra de la arqueología de Veracruz, también fue viable por la infraestructura con que cuenta el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, “porque sólo cinco o seis museos en todo el país pueden albergar una exposición de estas dimensiones”.
El acervo que compone la exhibición temporal, se conforma de piezas encontradas en los sitios arqueológicos de El Tajín, El Ídolo, Tres Zapotes, Matacapan, El Zapotal, Cempoala, Las Puertas, Castillo de Teayo y Palmillas, donde se desarrollaron culturas como la olmeca, totonaca y huasteca, además de los grupos locales como los del área de la Mixtequilla, Remojadas y la zona de los Tuxtlas.
Alrededor de 300 de los objetos precolombinos que integran la muestra proceden del acervo del Fuerte de San Juan de Ulúa, el resto pertenece a 12 museos veracruzanos (siete del INAH y cinco comunitarios), entre ellos el Museo comunitario de Tampico el Alto, informó David González Gómez, jefe de Manejo y Control de Colecciones del Centro INAH Veracruz. Además, se incluye la colección prehispánica que el Museo de la Ciudad de Veracruz entregó al INAH, en 2000, con motivo de su reestructuración.
Leticia Pérez Castellanos, subdirectora de Exposiciones Internacionales del INAH, explicó que la importancia de este proyecto museográfico “radica en ser un proyecto integral que contempla el rescate de las piezas, el trabajo de varios años de investigación arqueológica y la difusión de un acervo que incluye material proveniente de todas las zonas de esta importante área cultural del Golfo de México”.
Los objetos prehispánicos están elaborados con materiales de concha, hueso, cerámica y piedra, que van desde pequeñas figurillas de entre tres y cuatro centímetros, hasta piezas de mediano formato, como es el caso de frisos y banquetas que miden 1.60 metros. El acervo abarca lapso histórico de alrededor de dos mil 500 años —correspondientes a los periodos del Preclásico al Posclásico Tardío—, desde el establecimiento de los olmecas hasta la llegada de los mexicas a esa región.
La muestra Veracruz: Antiguas Culturas del Golfo de México se divide en diez temáticas de las cuales destacan: De las primeras abstracciones al arte ritual, Retrato de la Naturaleza, Juego de Pelota en Veracruz, Dioses y cultos compartidos, y Fertilidad y culto al cuerpo.
En la sección Retrato de la naturaleza se explica “cómo dentro de la religión, los atributos y comportamientos de los seres de la naturaleza fueron transferidos a las distintas deidades, tal fue el caso del jaguar y su fuerza, el murciélago y sus características nocturnas, el pez y su medio acuático, las aves y su relación con el cielo, etc.”, explicó Pérez Castellanos.
En la sección Fertilidad y Culto al cuerpo se habla sobre la importancia del cuerpo humano a través de esculturas de cerámica relacionadas con el culto a la fecundidad. La parte De las primeras abstracciones al arte ritual menciona a los olmecas como los predecesores de aspectos importantes del arte ritual que después serían difundidos entre las culturas del Golfo, e incluso de otras áreas del territorio mesoamericano.
Juego de pelota en Veracruz es una de las partes más representativa de toda la exposición se exhiben marcadores procedentes del Museo de la Ciudad de Córdoba. Por su parte, Dioses y cultos compartidos abunda sobre cómo los grupos prehispánicos que habitaron lo que ahora es Veracruz tuvieron concepciones similares en torno al cosmos.
El módulo Desarrollo regional y mezcla de estilos reúne representaciones de las culturas huasteca y totonaca, así como de los grupos de las áreas de la Mixtequilla, Remojadas y la zona de los Tuxtlas, que dan cuenta de la convivencia que existió entre las distintas culturas que habitaron esta región.
Una de las últimas secciones El Golfo y las redes de intercambio mesoamericano se profundiza en el tema de las rutas y sistemas de intercambio con el resto de las culturas del México prehispánico, que propició el intercambio comercial de conchas, caracoles, sal, maderas preciosas, algodón, cacao, hule, piedras preciosas, entre otros. Aquí se expone una escultura en piedra que representa un águila, en la cual se colocaban ofrendas, a través de la perforación que presenta en su parte superior.
La exposición permanecerá en la Sala Luís García Guerrero del Museo de Arte e Historia de Guanajuato hasta el 8 de noviembre; el recinto se ubica en las instalaciones del Fórum Cultural Guanajuato, ubicado en Prolongación Calzada de los Héroes No. 308, León, Guanajuato. El horario es de martes a viernes de 10 a 18 horas, sábados 12 a 19 y domingos de 11 a 16. El costo de admisión es de 20 pesos, con 50 por ciento de descuento a estudiantes, maestros y adultos mayores con credencial vigente; los domingos la entrada es libre. (source INAH)

Tuesday, August 4, 2009

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Ancient MesoAmerica News Updates 2009, No. 28: Zempoala, Hidalgo - Recently Discovered Statuette of Chicomecóatl
On Monday, August 3, 2009, the Instituto Nacional de Antropología e Historia reported the recent discovery of a small statuette of the Maize Goddess Chicomecóatl. The statuette was discovered a couple of months ago, as a solitary find, in a sand mine in the municipality of Zempoala, in the Mexican state of Hidalgo. The statuette has been restored by INAH specialists and currently is in the Centro INAH Hidalgo for further study. The statuette is some 60 cm tall, has a width of 45 cm, and is some 500 years old (edited by AMaNU; photo: INAH):
Diosa del maíz rejuvenecida - Con una antigüedad de alrededor de 500 años, la escultura monolítica de la diosa del maíz, Chicomecóatl, hallada recientemente en el municipio de Zempoala, Hidalgo, terminó de ser restaurada por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), para dar paso a su investigación histórica.
La pieza arqueológica, asociada a la cultura mexica y que podría corresponder a los años 1430 y 1520, fue hallada hace un par de meses por empleados de una empresa privada durante trabajos efectuados en una mina de arena, y cuyo descubrimiento fue notificado al Centro INAH Hidalgo, quien procedió a su levantamiento y resguardo.
Conformada por 60 centímetros de altura y 45 de grosor, la talla en piedra corresponde a efigie de la diosa mexica del maíz, Chicomecóatl, que en la época prehispánica también solía vincularse con la fertilidad. La efigie representa a una deidad femenina que en cada mano porta dos mazorcas y un tocado con grecas. Su principal característica es una horadación que presenta a la altura del pecho, en la que tiene una incrustación de piedra verde, presumiblemente jade y que simbólicamente hace alusión a un chalchihuite o “cosa preciosa”.
Osvaldo Sterpone, arqueólogo del INAH, encargado del traslado de la pieza hasta la capital del estado hidalguense, y quien coordinará la investigación histórica de la misma, informó que dicha horadación, estaba cubierta por una base de cal pigmentada en tonalidades rojizas, que igualaban el rojo cenizo con el que fue decorada la talla hecha en un tipo de piedra que habrá de definirse mediante los análisis a los que será sometida. “La piedra que presenta en el pecho simboliza la “flor de la vida”, es decir, la fertilidad que en la época prehispánica fue objeto de adoración entre los habitantes de la región”, comentó el investigador tras subrayar que la pieza se encontró relativamente cerca del sitio arqueológico de Santa Ana.
Sterpone comentó que prematuramente la escultura podría fecharse hacia el periodo del Posclásico Tardío, entre los años 1430 y 1520 de nuestra era, temporalidad en la que el imperio mexica pobló esta región del actual estado de Hidalgo, para el usufructo de la obsidiana y otros materiales importantes para el comercio azteca.
La restauración de la Chicomecóatl —que presenta un excelente estado de conservación— estuvo a cargo de la especialista Virginia Carrasquel, del Centro INAH Hidalgo, cuya labor implicó un proceso de limpieza, estabilización y preservación, antes de haber sido expuesta en el Museo Comunitario de Zempoala, los días 7 y 8 de julio. Una vez devuelta al Centro INAH Hidalgo, la pieza fue resguardada en el almacén de bienes culturales donde los próximos días se iniciarán los estudios históricos para determinar con precisión la influencia que tuvo esta deidad en esta región.
Respecto al contexto del hallazgo, el arqueólogo Sterpone mencionó que no se encontró ningún otro elemento asociado a la talla localizada en una mina de arena, en la comunidad San Pedro Tlaquilpan.“No existen estudios arqueológicos en la región que abunden sobre el tema de la Chicomecóatl, por lo que se habrá que recurrir a la consulta de fuentes históricas. En este sentido, sólo existe el antecedente de otra escultura similar que se halló en la década de los 70, en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo”, concluyó el arqueólogo. (source INAH)

Saturday, August 1, 2009

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Ancient MesoAmericaNews Updates 2009, No. 27: Teotihuacan, Mexico - Short Note On The Restoration of a Mosaic Human Effigy
On July 31, 2009, the Instituto Nacional de Antropología e Historia released a short notice on the restoration process of a circa 31 cm high mosaic human effigy, constructed of over 300 pieces of serpentine. The figure was found in 2004 in Burial 6 at the Pyramid of the Moon in Teotihuacan, Mexico, and is one of the center pieces of the Teotihuacan exhibit at the Museo Nacional de Antropología in Mexico City (edited by AMaNU; photo: INAH):
Restauran efigie teotihuacana - Más de 300 teselas de piedra verde, halladas en las entrañas de la Pirámide de la Luna, dieron origen a una escultura de figura humana, que da testimonio de los cánones estéticos de los artesanos de la antigua civilización teotihuacana. La efigie reconstruida representa una de las piezas emblemáticas de la exposición Teotihuacan. Ciudad de los Dioses, que se presenta actualmente y hasta finales de agosto en el Museo Nacional de Antropología (MNA).
Los fragmentos esparcidos fueron encontrados en 2004 por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), y formaban parte del denominado Entierro 6 del edificio piramidal. Inicialmente, por la disposición de los más de tres centenares de pedazos, los especialistas creían que se trataba de una máscara.
Hecha de mosaicos de serpentina y con una antigüedad que se remonta hacia el año 300 d.C., la reconstrucción de la denominada “figura antropomorfa” representó una ardua labor a cargo de la restauradora Laura Filloy Nadal, adscrita al Laboratorio de Conservación del MNA, debido a que la pieza además de estar constituida de dicho mineral cuenta con otras piedras como calcita, dolomita, moscovita, jade y obsidiana, que dan forma a ojos, labios, orejeras, cuentas de un collar y una diadema que porta, respectivamente.
La restauración de la escultura, que probablemente representa a un guerrero teotihuacano o un personaje de alto rango, comenzó con un registro gráfico y fotográfico in situ del hallazgo a fin de precisar el espacio que ocupaba cada pieza. El tamaño de cada fragmento variaba desde un milímetro, el más pequeño, hasta tres centímetros el más grande, en los que se podían entrever porciones de un torso, brazos y un par de orejeras, así como fragmentos carbonizados de madera que denotaban la existencia de un soporte trasero.
Sobre las teselas registradas se colocó un papel japonés con un adhesivo soluble al agua (grenetina), que permitió hacer el levantamiento del conjunto, al que posteriormente se le añadieron capas de tela y una venda impregnada con yeso con el fin de no alterar el material arqueológico, explicó la restauradora Filloy. “Las teselas únicamente correspondían a la parte frontal de una escultura, porque no existen dos secciones que sean idénticas”, precisó, al abundar que la morfología de los mosaicos variaba desde aquellos con cortes curvos o rectos, superficies plana, cóncava y convexa y cortes sesgados en sus cantos a modo de ensamble.
Todas las piezas fueron trasladadas al Taller de Restauración del Museo del Templo Mayor, donde comenzó la labor de reconstrucción, que duró más de seis meses. Ampliación de dibujos, revisión de material fotográfico y comparaciones con los tipos escultóricos teotihuacanos de otras pieza, fueron algunos de los primeros pasos para identificar el lugar que las teselas ocuparían en la silueta escultórica.
Asimismo, mediante el uso de imágenes tridimensionales se logró modelar una efigie preliminar, que más tarde sería hecha en plastilina no grasa y que permitió ubicar la posición de cada fragmento. Poco a poco se fue vislumbrando una figura humana de cuerpo entero de 31 centímetros de altura, 15.6 de ancho y 7.6 de profundidad, y una vez configurada su forma se procedió a hacer un molde rígido de resina sobre el cual se comenzó a pegar cada una de las más de 300 teselas con un adhesivo transparente y un relleno de pasta coloreada.
El toque final consistió en el bruñido general de la escultura, abundó la restauradora Laura Filloy, luego de comentar que para darle estabilidad a la pieza en el interior del molde se incrustó una estructura de tubos de aluminio. La especialista indicó que por lo que respecta a la investigación paralela que se hizo de la pieza, se ha determinado que la mayoría de los minerales con que fue elaborada son origen extranjero —a excepción de la obsidiana que es Otumba, Estado de México—, como el caso de la serpentina que proviene de Tehuitzingo o Tecanatlán, Puebla; la dolomita de Tula, Hidalgo; el jade del área maya, hasta el momento no se ha logrado precisar la procedencia de la moscovita.
Otra de las esculturas restauradas por el INAH para la muestra temporal del MNA, Teotihuacan. Ciudad de los Dioses, es el denominado “Cautivo de Xalla”, que es la mayor representación antropomorfa que se exhibe, con un peso aproximado de 250 kilos, fue tallada en mármol y da cuenta de la destrucción intencional y ritual que los antiguos teotihuacanos le hicieron, porque presenta rastros de quemaduras y cortes.
La exposición continuará vigente hasta finales de agosto en el Museo Nacional de Antropología, el acceso es totalmente gratis. También puede visitarse de manera virtual en www.inah.gob.mx/ciudaddelosdioses. (source INAH)