Wednesday, July 25, 2007

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Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 36: The Sigüenza Map - Proposal to be Renamed "The Painting of the Peregrination"
On Friday July 6, 2007, the Instituto Nacional de Antropologia e Historia posted a report on their website in the section Sala de Prensa on recent research on the so-called "Mapa de Sigüenza", to be renamed "La pintura de la peregrinación de los culhuaque-mexitin" as proposed by María Castañeda de la Paz in a publication of the same name (edited by AMaNU):
La antigua historia de la más conocida migración prehispánica - La bandera mexicana tiene una gran peculiaridad: reproduce la imagen icónica del águila devorando a una serpiente sobre una nopalera en un islote de un lago del Anáhuac. Esa representación, que se repite en monedas y billetes, en el escudo mexicano y en miles de otras fuentes, simboliza la fundación de la ciudad de Mexico-Tenochtitlan, en un momento alrededor de la no tan precisa fecha de 1325, cuando los mexicas hallaron en esa visión, la señal divina que buscaban para asentarse de modo definitivo y crear la que llegó a ser la urbe más esplendorosa del orbe.
Pero ese punto final es apenas la última etapa de la migración iniciada en Aztlán y que duró largos y tortuosos años. Aunque varias fuentes lo relatan, una de las más fascinantes y visualmente más ricas, se encuentra en el Mapa de Sigüenza o, como propone renombrarlo María Castañeda de la Paz –investigadora que por primera vez lo analiza a fondo en un libro–, La pintura de la peregrinación de los culhuaque-mexitin. La reproducción facsimilar de esta importante fuente pictográfica indígena, se publicó en La pintura de la peregrinación de los culhuaque-mexitin (Mapa de Sigüenza), análisis de un documento de origen tenochca que ha sido editado por el Colegio Mexiquense con apoyo del Instituto Mexiquense de Cultura, el Colegio de Michoacán y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en cuya Biblioteca Nacional se encuentra el original. El volumen, fue presentado la tarde del pasado martes 3 de julio en el Centro Cultural de España en México.
Édgar Alfonso Hernández, presidente del Colegio Mexiquense, advirtió que esa institución inició un programa de publicación de ediciones facsimilares de fuentes pictográficas indígenas provenientes del Estado de México, y se ha ampliado con la inclusión de códices de Michoacán y del centro del país. La doctora Ascensión Hernández de León Portilla, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM aseguró que el documento es una de las fuentes más importantes sobre la peregrinación de los mexicas, quienes lograron crear el imperio más extenso y representativo de Mesoamérica e incluso del continente americano entero.
Elaborado en el siglo XVI, como marco de registro del pueblo mesoamericano, advirtió, el mapa se comenzó en 1530 en varias lenguas y resulta un manantial inagotable para conocer la historia del Posclásico mexicano. Aunque existen otros documentos que narran esta migración, éste no se había estudiado si bien había sido muy citado y copiado. La autora, continuó Hernández de León Portilla, narra la historia de esas tres tiras de papel amate, que forman un gran cuadro pictográfico que perteneció a Carlos de Sigüenza y Góngora (de ahí el nombre que se le dio); que estuvo en Texcoco, en la casa de Fernando de Alva Ixtlilxochitl; que pasó por manos de Lorenzo Boturini, de Antonio de Soto y Gama y que fue copiado una docena de veces para intelectuales como Francisco Xavier Clavijero y Alexander von Humboldt, y que finalmente estuvo en posesión de José Fernando Ramírez cuyo hijo intentó vender el manuscrito, rescatado en 1904 por la Biblioteca Nacional de México.
El mapa, continuó la especialista, divide este recorrido en cuatro secciones que incluyen la salida de Aztlán; que narra la derrota en Chapultepec y la posterior división de los mexicas entre los que se adhirieron a los tecpanecas de Azcapotzalco y fundaron Mexico-Tlatelolco, y quienes radicaron a Culhuacán para posteriormente fundar Mexico-Tenochtitlan. La fundación de la ciudad finaliza el ciclo del relato.
Xavier Noguez, investigador del Colegio Mexiquense, advirtió que el análisis cuidadoso de un códice es un trabajo arduo y complejo, sólo comparable en dificultad con los heredados por la cultura maya. Federico Navarrete Linares, investigador de Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM calificó al libro como un bello ejercicio de erudición en una fuente conocida pero poco estudiada, el códice que narra la migración de los aztecas. Luego destacó la interesante dualidad entre los sitios de partida y llegada de los aztecas, pues tanto Aztlán –lugar de blancura– como Mexico-Tenochtitlan, se ubican en medio de un lago y frente a un lugar llamado Culhuacán. Esto llevó a la autora, advirtió Navarrete, a adherirse a la corriente de investigadores que aseguran que la ciudad originaria fue inventada a partir del lugar de residencia de los mexicas, interpretación con la que Alfredo Chavero y otros autores no concuerdan.
Julieta Gil Elorduy, directora de la Biblioteca Nacional del INAH, advirtió que además del Mapa de Sigüenza, ahí se preservan otros importantes documentos de fuentes indígenas pues es una de las instituciones fundadas en el siglo XIX mexicano –ésta por Lucas Alamán– que han sido muy importantes para la ciencia y la intelectualidad. De sus fondos, añadió, destaca especialmente el de cuatrocientos documentos pictográficos de primera mano, que han sido nombrados Memoria de la Humanidad por la UNESCO, todos los cuales han sido digitalizados junto con la UNAM, en un arduo y complicado trabajo que ya concluyó y que permite poner en manos de los investigadores esta gran acervo. En opinión de la funcionaria, lo más conveniente para resguardar este tipo de registros es, más que mantenerlos en una bóveda de seguridad, darlos a conocer a través de la digitalización y difundirlos.
Finalmente, María Castañeda de la Paz, de origen español e investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, con estudios en la Universidad de Sevilla y doctorada por la Universidad de Leiden en Holanda, afirmó que en el libro propuso que el tlacuilo o pintor que dibujó el mapa se equivocó al ubicar algunos sitios, como ubicar la Huasteca en tierra matlatzinca o en el sitio donde está Chicomostoc –el otro lugar de partida de los mexicas.
Pero hoy en día, ha cambiado de opinión, pues Aztlán y Chicomostoc pertenecen a dos tradiciones distintas, pero que en el siglo XVI fueron mezcladas, pues muchos indígenas no lograron captar la historia completa y seleccionaban unidades temáticas para representar pequeñas escenas. Todo ello, concluyó, se debe a que es muy difícil descifrar este tipo de documentos, porque representan una historia muy compleja y en este mapa en específico, mucha información no concuerda al representar un relato muy complicado (source INAH - Sala de Prensa).

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