Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 32: Cacaxtla Archaeological Site Soon To be Re-Opened [Updated April 11, 2008]]
On May 21, 2007, a violent hailstorm damaged the protective roof at the site of Cacaxtla, part of the roof even collapsed. For close to a year specialists of the Instituto Nacional de Antropologia e Historia have worked on replacing the protective roof, researching and protecting the valuable painted murals, and solidifying the abobe brick platform on which the vestiges can be found, as was reported yesterday, Tuesday April 8, 2008, on the INAH website (edited by AMaNU):
Alista el INAH reapertura de Cacaxtla - los próximos días, el público podrá admirar nuevamente el colorido de los murales La Batalla y El Templo Rojo, con la reapertura de la Zona Arqueológica de Cacaxtla, que en breve llevará a cabo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Lo anterior será posible, una vez que se concluyeron los trabajos de colocación de las últimas láminas en los lados sur y norte de la gran techumbre metálica, así como del desembalaje de las estructuras prehispánicas. La ceremonia de reapertura de la zona arqueológica, tendrá lugar en una fecha por determinar, para lo cual la Dirección General del INAH, acuerda con el gobernador de la entidad, Héctor Ortiz Ortiz, el día y la hora. Mientras tanto, el Instituto concluyó el programa de mantenimiento y limpieza integral de la zona arqueológica, cuyas tareas han comprendido la ejecución de acciones para prevenir la corrosión y oxidación de los cerca de 11 mil metros que comprende el techo metálico, así como de los elementos mecánicos, incluidos los tensores que lo soportan.
Asimismo, se concluyeron las labores de saneamiento del lugar, que consistieron en el retiro de cerca de 50 toneladas de hierros retorcidos y escombros, y más de tres mil costales de cacahuatillo y arena, colocados tras el colapso parcial de la techumbre para proteger el basamento prehispánico. Cabe recordar que la estructura metálica sufrió un colapso parcial a consecuencia de la inusitada granizada que se registró el 21 de mayo de 2007, y que provocó el desplome del extremo sur, así como afectaciones menores en la parte norte.
El diseño del nuevo armazón con el que se restituyó la parte afectada, respetó las características de la anterior, modificando lo referente a las inclinaciones para facilitar el desalojo de las aguas pluviales y eventuales granizadas que pudieran presentarse en el futuro. A su vez, expertos en conservación y restauración del INAH, procedieron al desembalaje de los elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos del sitio prehispánico, que fueron protegidos ante la contingencia.
De manera meticulosa los expertos retiraron cada tabla de madera y materiales impermeables, que constituyeron cada uno de los encofrados con los que se aislaron muros, columnas, banquetas, pisos estucados y pinturas murales, a efecto de evitar que sufrieran daños durante los trabajos de reposición del techo metálico, y como protección en contra de la intemperie.
Una atención particular, han recibido los murales por parte de los restauradores, en primera instancia para lograr su estabilización, en el momento en el que fueron desembalados, con el fin que vieran afectados por el cambio de las condiciones del microclima que se generó en torno de ellos, durante el tiempo que estuvieron resguardados. Las pinturas conocidas como La Batalla, el Templo Rojo y el Templo de Venus seguirán siendo objeto de labores de conservación y monitoreo de las condiciones de temperatura y humedad, sin que ello signifique que el público no pueda admirarlos.
Cabe mencionar que al estar sobre un basamento de adobe, el sitio arqueológico suele estar sujeto a los movimientos naturales del terreno. Para darle solidez, arqueólogos del INAH, desde el año pasado trabajan en la creación de un muro perimetral de piedra, con el cual también se busca frenar su deterioro en la medida de lo posible. En las partes sur y surponiente, se ha logrado concluir la construcción de este muro, y durante este 2008 continuará su edificación en las áreas restantes (source INAH - Sala de Prensa).
Lo anterior será posible, una vez que se concluyeron los trabajos de colocación de las últimas láminas en los lados sur y norte de la gran techumbre metálica, así como del desembalaje de las estructuras prehispánicas. La ceremonia de reapertura de la zona arqueológica, tendrá lugar en una fecha por determinar, para lo cual la Dirección General del INAH, acuerda con el gobernador de la entidad, Héctor Ortiz Ortiz, el día y la hora. Mientras tanto, el Instituto concluyó el programa de mantenimiento y limpieza integral de la zona arqueológica, cuyas tareas han comprendido la ejecución de acciones para prevenir la corrosión y oxidación de los cerca de 11 mil metros que comprende el techo metálico, así como de los elementos mecánicos, incluidos los tensores que lo soportan.
Asimismo, se concluyeron las labores de saneamiento del lugar, que consistieron en el retiro de cerca de 50 toneladas de hierros retorcidos y escombros, y más de tres mil costales de cacahuatillo y arena, colocados tras el colapso parcial de la techumbre para proteger el basamento prehispánico. Cabe recordar que la estructura metálica sufrió un colapso parcial a consecuencia de la inusitada granizada que se registró el 21 de mayo de 2007, y que provocó el desplome del extremo sur, así como afectaciones menores en la parte norte.
El diseño del nuevo armazón con el que se restituyó la parte afectada, respetó las características de la anterior, modificando lo referente a las inclinaciones para facilitar el desalojo de las aguas pluviales y eventuales granizadas que pudieran presentarse en el futuro. A su vez, expertos en conservación y restauración del INAH, procedieron al desembalaje de los elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos del sitio prehispánico, que fueron protegidos ante la contingencia.
De manera meticulosa los expertos retiraron cada tabla de madera y materiales impermeables, que constituyeron cada uno de los encofrados con los que se aislaron muros, columnas, banquetas, pisos estucados y pinturas murales, a efecto de evitar que sufrieran daños durante los trabajos de reposición del techo metálico, y como protección en contra de la intemperie.
Una atención particular, han recibido los murales por parte de los restauradores, en primera instancia para lograr su estabilización, en el momento en el que fueron desembalados, con el fin que vieran afectados por el cambio de las condiciones del microclima que se generó en torno de ellos, durante el tiempo que estuvieron resguardados. Las pinturas conocidas como La Batalla, el Templo Rojo y el Templo de Venus seguirán siendo objeto de labores de conservación y monitoreo de las condiciones de temperatura y humedad, sin que ello signifique que el público no pueda admirarlos.
Cabe mencionar que al estar sobre un basamento de adobe, el sitio arqueológico suele estar sujeto a los movimientos naturales del terreno. Para darle solidez, arqueólogos del INAH, desde el año pasado trabajan en la creación de un muro perimetral de piedra, con el cual también se busca frenar su deterioro en la medida de lo posible. En las partes sur y surponiente, se ha logrado concluir la construcción de este muro, y durante este 2008 continuará su edificación en las áreas restantes (source INAH - Sala de Prensa).
Yesterday, Thursday April 10, 2008, the INAH posted an additional report on the consolidation and restoration work that has taken place on the famous murals at Cacaxtla (edited by AMaNU):
Pinturas de Cacaxtla brillan de nuevo - Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) retiraron los embalajes que protegieron durante varios meses, las pinturas murales de la zona arqueológica de Cacaxtla, lapso en el que se han llevado a cabo las reparaciones de una parte de la techumbre que resultó afectada por una fuerte granizada el 21 de mayo de 2007.
Conjuntos pictóricos como las Batallas por el Poder, el Templo de Venus, el Templo Rojo y el llamado edificio de las Jambas, donde existen pinturas de caballeros águila y jaguar, entre otros, fueron objeto de protecciones temporales que preservaron su belleza y los mantuvieron intactos y a salvo de cualquier contingencia que se pudiera presentar. La encargada de los trabajos, Diana Molatore, investigadora del INAH y actualmente directora del Museo Regional de Tlaxcala, explicó las estrategias que se siguieron para obtener un óptimo resguardo de las pinturas.
“La protección que se les aplicó a las pinturas consiste en papel silicón o kraft para cubrirla y a su vez, una capa de hule espuma o placas de poliestileno, a manera de amortiguación para prevenir daño por impactos y, posteriormente, dos placas de madera con una más de poliestileno en medio, para mayor seguridad”. Los encargados de la manufactura y colocación de los cajones, que protegieron tanto elementos pictóricos como arquitectónicos y esculturales, fueron especialistas en restauración y conservación del INAH, y ellos mismos se encargaron de retirar los embalajes con técnicas que no dañaran las estructuras.
Se debe mencionar que los materiales utilizados permitieron a las pinturas respirar y mantener temperaturas que resultaron en una óptima conservación de las mismas, resultado que se pudo corroborar una vez que vieron la luz de nuevo. Según Molatore, la belleza y claridad en los trazos y colores de los murales de Cacaxtla, son un caso particular. Destacó que, a pesar del las intervenciones que se hicieron en décadas pasadas, la conservación y estética visual que preservan es impresionante, a pesar de los contratiempos.
En el edificio de las Jambas, macizos laterales de un hueco hecho en la pared, las representaciones en colores como verde agua, amarillo y blanco, entre otros, resaltan por su claridad y luminosidad. De igual manera, destaca un relieve hecho en barro, el cual, según los especialistas, fue añadido en una época posterior al esplendor de la ciudad (700 d. de C.).
Además del cuidado que se les procuró a las pinturas, se cubrieron también los pisos con materiales que previnieran cualquier afectación a los mismos. “Se les puso papel, hule espuma y neopreno para poder pisar sin dañarlos, ya que son bruñidos y tienen acabados de estucado muy fino.”
En total son once los murales repartidos en distintas partes de la zona; cinco en el edificio “A” o de las Jambas, el de las Batallas, repartido en dos tramos; el Templo Rojo, en dos muros y glifos en la banqueta; el Templo de Venus, compuesto por dos columnas pintadas, y uno pequeño llamado “de la escalera”, situado en el extremo sur del sitio.
Es igualmente admirable la celosía que sobresale en una de las habitaciones, la cual presenta un reticulado casi perfecto que bien podría considerarse contemporáneo por su construcción y su inigualable conservación. Sin embargo, según los especialistas, fue construido en la misma época que el Templo de Venus y el Templo Rojo. Diana Molatore hizo énfasis en la capacidad de coordinación que se mantuvo todo el tiempo por parte de especialistas y trabajadores en la zona para sacar adelante los trabajos de reparación.
En fecha próxima, el público podrá disfrutar de las pinturas murales de Cacaxtla, una vez que la zona sea reabierta después de varios meses de trabajos. El INAH alcanza sus objetivos de conservar, preservar y difundir el patrimonio cultural de México, siempre a favor de la sociedad mexicana, y Cacaxtla es un claro ejemplo (source INAH - Sala de Prensa).
Conjuntos pictóricos como las Batallas por el Poder, el Templo de Venus, el Templo Rojo y el llamado edificio de las Jambas, donde existen pinturas de caballeros águila y jaguar, entre otros, fueron objeto de protecciones temporales que preservaron su belleza y los mantuvieron intactos y a salvo de cualquier contingencia que se pudiera presentar. La encargada de los trabajos, Diana Molatore, investigadora del INAH y actualmente directora del Museo Regional de Tlaxcala, explicó las estrategias que se siguieron para obtener un óptimo resguardo de las pinturas.
“La protección que se les aplicó a las pinturas consiste en papel silicón o kraft para cubrirla y a su vez, una capa de hule espuma o placas de poliestileno, a manera de amortiguación para prevenir daño por impactos y, posteriormente, dos placas de madera con una más de poliestileno en medio, para mayor seguridad”. Los encargados de la manufactura y colocación de los cajones, que protegieron tanto elementos pictóricos como arquitectónicos y esculturales, fueron especialistas en restauración y conservación del INAH, y ellos mismos se encargaron de retirar los embalajes con técnicas que no dañaran las estructuras.
Se debe mencionar que los materiales utilizados permitieron a las pinturas respirar y mantener temperaturas que resultaron en una óptima conservación de las mismas, resultado que se pudo corroborar una vez que vieron la luz de nuevo. Según Molatore, la belleza y claridad en los trazos y colores de los murales de Cacaxtla, son un caso particular. Destacó que, a pesar del las intervenciones que se hicieron en décadas pasadas, la conservación y estética visual que preservan es impresionante, a pesar de los contratiempos.
En el edificio de las Jambas, macizos laterales de un hueco hecho en la pared, las representaciones en colores como verde agua, amarillo y blanco, entre otros, resaltan por su claridad y luminosidad. De igual manera, destaca un relieve hecho en barro, el cual, según los especialistas, fue añadido en una época posterior al esplendor de la ciudad (700 d. de C.).
Además del cuidado que se les procuró a las pinturas, se cubrieron también los pisos con materiales que previnieran cualquier afectación a los mismos. “Se les puso papel, hule espuma y neopreno para poder pisar sin dañarlos, ya que son bruñidos y tienen acabados de estucado muy fino.”
En total son once los murales repartidos en distintas partes de la zona; cinco en el edificio “A” o de las Jambas, el de las Batallas, repartido en dos tramos; el Templo Rojo, en dos muros y glifos en la banqueta; el Templo de Venus, compuesto por dos columnas pintadas, y uno pequeño llamado “de la escalera”, situado en el extremo sur del sitio.
Es igualmente admirable la celosía que sobresale en una de las habitaciones, la cual presenta un reticulado casi perfecto que bien podría considerarse contemporáneo por su construcción y su inigualable conservación. Sin embargo, según los especialistas, fue construido en la misma época que el Templo de Venus y el Templo Rojo. Diana Molatore hizo énfasis en la capacidad de coordinación que se mantuvo todo el tiempo por parte de especialistas y trabajadores en la zona para sacar adelante los trabajos de reparación.
En fecha próxima, el público podrá disfrutar de las pinturas murales de Cacaxtla, una vez que la zona sea reabierta después de varios meses de trabajos. El INAH alcanza sus objetivos de conservar, preservar y difundir el patrimonio cultural de México, siempre a favor de la sociedad mexicana, y Cacaxtla es un claro ejemplo (source INAH - Sala de Prensa).
2 Comments:
Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the Webcam, I hope you enjoy. The address is http://webcam-brasil.blogspot.com. A hug.
Great news for all Cacaxtla lovers... Ademas podran reiniciar los estudios y proyectos relativos a esta zona.
Ojala que no se dañaron tanto las pinturas murales...
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