El arqueólogo López, quien es investigador titular de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, detalló las etapas históricas de las que la zona de Churubusco ha formado parte, y estos períodos comprenden momentos que van de la época prehispánica hasta el siglo XX. El coloquio se tituló "El Barrio de Santa María de Churubusco, su pasado arqueológico y sus técnicas de construcción: el yacimiento en el nuevo edificio de la ENCR y M," (Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía).
Este proyecto de exploración en las instalaciones del ENCR y M, empezó en el mes de diciembre de 1999 gracias al apoyo del Instiktuto Nacional de Antropología e Historia y la colaboración del Laboratorio de Prospección Arqueológica, de la UNAM, organismo que permitió la implementación de técnicas geofísicas en el estudio de superficies, mediante el uso del radar.
Dentro del proceso técnico que se utilizó para desarrollar la investigación, López precisó que los datos geofísicos provenientes del radar permitieron obtener una idea del yacimiento antes de excavar, mientras que la fotografía aérea estableció indicadores en la planeación del proyecto. "El registro de las intrusiones es un paso importante para la identificación de los materiales y su correcta disposición", comentó el ponente.
Asimismo detalló el contexto en que se encontró una colección de ofrendas prehispánicas que estaban contenidas en vasijas, mismas que resultaron ser la combinación de sangre con pulque. Como resultado de la investigación, López dijo que lo más inusitado fueron las casas que databan del siglo XVI, en una de las cuales se encontró una moneda de 1575, etapa en que hubo una epidemia que trajo como consecuencia la quema de las vivendas de los indígenas que estaban infectados con la peste.
La zona arqueológica que se exploró comprende una hectárea dentro de la cual se hallaron clavos con calaveras labradas que simbolizaban los límites de la ciudad; por otro lado también se rescataron materiales que datan de 1850 y cuya función era el trabajo de la penca de maguey.
López explicó la "Matriz de Harris", la cual es un esquema donde se ordenan los sucesos más importantes que tienen lugar durante la excavación; además ordena los eventos y los relaciona, "por lo que garantiza obtener una visión real del yacimiento que permite actuar sobre una base cierta". Uno de los pasajes históricos que emergieron durante la exploración, sucedió en 1728, período en el que hubo un "acto de fe" en la zona de Churubusco, donde existían adivinos prehispánicos que intuían el futuro.
En este ciclo comenzó un proceso en contra de los chamanes, por lo que las autoridades del clero utilizaron como estrategia engañar a las mujeres de la localidad, para conseguir información de los hombres que practicaban la brujería. Para reprimir las tradiciones paganas de adivinación, la jurisdicción eclesiástica ordenó la clausura de los pozos de agua, porque los chamanes los utilizaban para sus ritos. Ello obligó a los indígenas a obtener su líquido vital de un sólo pozo, ubicado precisamente en San Mateo Churubusco, sitio que está dentro de los límites de la exploración. "La piedra más importante que se encontró tiene que ver con la adivinación, tiene grabada una serpiente y unas cuencas que simbolizan el tiempo", adujo.
Por otro lado se puede observar que las construcciones prehispánicas estaban orientadas de oriente a poniente, gracias a ello podían recibir el Sol a sus espaldas" remarcó Palacios, para profundizar en el contexto cultural de sus hallazgos.
Este proyecto de exploración corresponde a un esfuerzo que tuvo que pasar por varias etapas que retrasaron su materialización, por ejemplo, el costo de la reconstrucción virtual del sitio, cuyo precio en el 2001 era de 3 mil dólares por cada minuto de diseño digital.
Al final, el resultado fue el rescate de un patrimonio cultural que no sólo implica la zona de Churubusco, sino que reafirma a todo el territorio de México, como un espacio geográfico que se distingue por sus riquezas históricas.
El segundo Coloquio estuvo a cargo de José Luis Alvarado, quien trabaja en la Subdirección de Laboratorios del INAH y es Maestro en Cienias de la UNAM. Su ponencia se tituló "Arqueobotánica del sitio el Coroco, Churubusco", cuyo objetivo era identificar y analizar los materiales vegetales recuperados en esta zona arqueológica.
En el proceso de investigación se tomaron 18 muestras recuperadas en las dos unidades de excavación. De estos materiales se desprendieron 160 elementos que estaban carbonizados en su mayoría. Además se recataron semillas de nopal, tomate, chile, agave caracoles y material óseo, que esperan ser analizados más a fondo para ubicarlos en un contexto histórico.
La tercera ponencia fue "Análisis de Restos óseos de Mamíferos del Sitio el Coroco". Esta investigación fue desarrollada por el Laboratorio de Paleozoología del INAH. Como resultado de este proyecto se encontraron restos de caballos, perros, toros y ovejas. Un dato que cabe señalar, es que los huesos de estos animales fueron modificados para su uso como herramientas de trabajo.
Este viernes concluirá este ciclo de actividades con la presentación de dos ponencias: "La Memoria de los Muros de Churubusco", a cargo de Raymundo López Valenzuela, y "La fortaleza de la Nación, Churubusco frente a la Invasión Mexicana", por Tomás Villa Córdova (Notimex; source Mundo Hispano).