Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 15: Mount Tlaloc - Yet More News on the Recent Discoveries at Mount Tlaloc
On Monday July 23, 2007, the online edition of the Mexican daily newspaper Milenio reported on the recent discoveries by the Instituto Nacional de Antropologia e Historia at Mount Tlaloc and the dangers to the site that exist, according to one of the archaeologists (edited by AMaNU):
Talamontes depredan el adoratorio del Monte Tláloc - Es urgente asegurar el sitio arqueológico más extenso de alta montaña en México, localizado en la cima del Monte Tláloc, a escasos kilómetros de Texcoco, ya que está en grave riesgo por la inmoderada actividad de los talamontes. Así lo denuncian los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que realizan trabajos de exploración arqueológica en este sitio ubicado a 4 mil 125 metros sobre el nivel del mar, y donde descansan los vestigios del mayor centro ceremonial de Mesoamérica. El adoratorio prehispánico, situado entre el estado de México, Puebla y Tlaxcala, tiene aun infinidad de misterios por revelar.
Desde el 2005 un grupo de especialistas del INAH trabaja en la reconstrucción histórica del lugar.El entusiasmo es grande, pero para hacer investigación se requiere más que eso, se necesita que las personas que se dedican a la tala de los montes tomen conciencia de que ahí descansa una parte significativa del pasado prehispánico, y que con su “actitud irresponsable”, este lugar sagrado podría desaparecer.
El arqueólogo Víctor Arribalzaga, quien realiza los trabajos de prospección en el Monte Tláloc, advierte de los daños ocasionados por la maquinaria utilizada para hacer brechas y talar los árboles son irreversibles. Esta actividad no sólo ocasiona daños ecológicos sino de carácter arqueológico, ya que arrasan con espacios que todavía no han sido explorados y con piedras con petroglifos. “Es una terrible depredación la que se registra en el Monte Tláloc debido a que la concesión para derrumbar árboles se extendió a los ejidatarios de Tlaxpa hasta el 2008. Lo que debe hacer la Comisión Federal Forestal es vigilar esa actividad porque están extrayendo árboles de 40 metros de largo que venden a 12 mil pesos y cada camión baja por lo menos con 10 árboles”, alerta el especialista.
Mientras eso sucede, los investigadores trabajan conforme llegan los recursos de la Federación. Aunque el dinero fluye, no es suficiente para los trabajos de exploración y de preservación del patrimonio. Por ello, una alternativa es que la iniciativa privada contribuya con recursos económicos para preservar este legado de los antepasados. Para concluir los trabajos y dejar al descubierto los misterios ocultos en este centro ceremonial – al que acudían los gobernantes de los reinos de Tenochtitlan, Texcoco, Tlacopan y Xochimilco, según las crónicas de Fray Diego Durán, donde detalla el sacrificio de niños en la cima del Monte Tláloc, en el mes de Uey Tozoztontli (abril), para rendir culto al dios de la lluvia–, se requiere un presupuesto aproximado de 2 millones de pesos.
Trabajos reveladores - La investigación arqueológica en la alta montaña desarrollada en el Monte Tláloc inició en 2005, año en que los expertos del INAH localizaron 146 estructuras además del famoso adoratorio, donde la clase sacerdotal y los huey tlatoani rendían culto a Tláloc, precisa el arqueólogo Víctor Arribalzaga.
Dice que para su beneplácito, el año pasado empezaron a restituir los muros del Templo a Tláloc. “Uno de los datos arquitectónico arrojados es que estos muros –que datan de los años 700 a 900 de nuestra era– estaban estucados y medían 1.80 metros de ancho por 2.40 de largo. También se advierte que su calzada, que recibía a la gente, era de 15 metros de largo por siete de ancho”. El investigador señala que aun cuando a la ceremonia de inmolación ingresaban muchas personas, nadie veía el ritual porque se desarrollaba dentro de la cueva principal. Para los sacrificios se elegía a los niños más chillones que hubieran nacido en cierta época del año y tuvieran “remolinos” en la cabeza. La explicación es que relacionaban las lágrimas con la lluvia y los remolinos con el clima.
No obstante de que ese rito fue documentado, agrega el arqueólogo, “nosotros en las excavaciones no hemos encontrado nada, ni entierros, ni osamentas. Nos falta mucho por investigar porque se decía que estos cuerpos se enterraban en una cueva. Queremos utilizar la tecnología, satélites de penetración, para identificar estos vestigios”, apunta Arribalzaga.Para la temporada 2007 de la expedición, que iniciará en el mes de noviembre, ya que hayan pasado las lluvias, el grupo de arqueólogos se dedicarán a descifrar todo el esplendor del Adoratorio a Tláloc (written by Leticia Sánchez; source Milenio).
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