Wednesday, June 25, 2008

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Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 55: Manzanillo, Colima, Mexico - Discovery of a Funerary Area with 22 Burials
Recent salvage work in the town of Manzanillo, in the Mexican state of Colima, by archaeologists of the Instituto Nacional de Antropología e Historia has led to the identification of a funerary area containing some 22 burials. Ten of these burials, possibly dating to the Comala phase (ca. 100 BC-AD 600), contained the remains of dogs or the typical ceramic representation of this animal, as was reported today, Wednesday, June 25, 2008, on the INAH website (edited AMaNU):
Perros asociados a entierros prehispánicos - Labores de salvamento arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en Manzanillo, Colima, permitieron la localización de un área funeraria de la época prehispánica compuesta por 22 entierros humanos, 10 de ellos con ofrendas de restos óseos de perros y representaciones cerámicas de este animal, que fue de gran relevancia en la vida ritual de las antiguas culturas del occidente.
Los depósitos mortuorios que podrían pertenecer al Periodo Clásico, correspondiente a la Fase Comala (100 a.C. – 620 d.C.), sobresalen por la presencia de tres osamentas de cánidos, una entera y dos parciales, así como de figuras en arcilla de perros en posición sedente y enroscados.
A decir de la arqueóloga Margarita Carballal Staedtler, la presencia del perro entre las culturas de occidente, no sólo fue importante en la vida cotidiana como medio de alimentación, sino también en los aspectos económico y religioso, además de estar presente en las costumbres funerarias, como medio simbólico para ayudar a los muertos en su viaje al inframundo.
“En el caso particular de las antiguas civilizaciones que se asentaron en Colima, el perro también estaba ligado a sus ancestros, pues tenían la creencia que descendían de él”, comenta la especialista, al señalar que durante estos trabajos de exploración arqueológica iniciados a finales de mayo pasado, se han registrado un total de 22 entierros con restos humanos. De éstos, 10 están acompañados por ofrendas, constituidas por diversos elementos que en total suman 33, entre ellos cajetes trípodes, sahumadores, figuras antropomorfas, cuentas de piedra verde, un omichicahuaztli (raspador) en fémur humano, representaciones cerámicas de perros y huesos de este animal.
Carballal Staedtler, subdirectora de Proyectos de la Dirección de Salvamento Arqueológico, indicó que estos hallazgos brindan la oportunidad de conocer mayores aspectos de las costumbres funerarias de los grupos que habitaron esta región del occidente. “Además brindan información sobre el rango social que ocupaban los individuos en vida, cuya temporalidad se estima para el Periodo Clásico, en su fase Comala, hacia el 100 a.C. y el 620 de nuestra era, misma que será precisada con el análisis en laboratorio de los materiales”, refiere.
Hasta el momento, abunda, se ha efectuado el levantamiento de 12 de las 22 osamentas, mientras que las restantes continúan en exploración in situ, que junto con los materiales de las ofrendas, serán enviadas a los laboratorios del INAH en la ciudad de México para su estudio. “En el caso de las piezas cerámicas se van a restaurar y posteriormente se regresarán a Manzanillo para su exhibición en el museo”, comenta.
La especialista, refiere que el hallazgo de esta antigua área funeraria, deriva de los trabajos de salvamento arqueológico que el INAH lleva a cabo en tres polígonos que suman 19.9 hectáreas, donde se proyecta la instalación de una terminal de gas natural. “Es una exploración extensiva que se está haciendo previamente a la ejecución de obras de infraestructura, con el objetivo de rescatar y preservar los vestigios arqueológicos que pudiera haber en el sitio”, precisa Carballal Staedtler, luego de indicar que en este caso se realiza el levantamiento de los materiales, toda vez que no se ha detectado la existencia de edificaciones prehispánicas.
Las tareas de salvamento que podrían extenderse por un par de meses más, concluyó, se enmarcan dentro del convenio marco que se tiene desde 2002, con la Comisión Federal de Electricidad, mediante el cual se planifican los trabajos arqueológicos que derivan de la proyección de tales obras de infraestructura (source INAH - Sala de Prensa).

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