Wednesday, July 30, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 69: El Manatí, Veracruz - Formative Period Vessel (ca. 1750 BC) Containing Cacao-based Beverage Identified
In 2007 I wrote the following introduction to Maya News Updates 2007, No. 76: "Archaeological research at the site of Puerto Escondido, located in the Ulua Valley in Honduras, shows that the inhabitants of the region cultivated cacao some 3,400 years ago and made it into alcoholic beverages, made from the fermented pulp of cacao pods, as reported today, Tuesday, November 13, 2007, at several Spanish and English news websites. The research findings, based on the residue analysis of scrapings from the inside of ceramic vessels found at Puerto Escondido, were reported in the Proceedings of the National Academy of Sciences by a team led by Dr. John Henderson of Cornell University. Although posted here at Maya News Updates, the inhabitants of the Ulua Valley at this time (ca. 15000 BC) can best be identified as Central-Americans." As reported today, Wednesday July 30, 2008, by the Instituto Nacional de Antropología e Historia, recent residue analysis of the contents of a ceramic vessel found at the site of El Manatí, Veracruz, seems to show that by circa 1,750 BC (but at least between 1900 to 900 BC) a cacao-based beverage was consumed among the elite of the local Olmec inhabitants (edited by AMaNU):
El chocolate, presente entre los olmecas hace más de tres mil años - Una taza de chocolate espumoso alegra el corazón en días de lluvia, une familias en momentos de tristeza y llena de energía al espíritu más cansado. Eso sin duda lo sabían los antiguos olmecas quienes bebían, hace más de tres mil años, una poción preparada a base de cacao en sus ceremonias rituales.
Desde la época prehispánica y hasta la fecha el cacao es, posiblemente, uno de los productos de alimentación más apreciados en el mundo debido a su sabor; de hecho, en el siglo XVIII, el naturista sueco Linnaeus denominó al árbol del cacao Theobroma cacao, que significa "Comida de Dioses". Durante la conquista muchos escritos señalan la importancia que tenía el chocolate entre los mexicas. La primera mención castellana del cacao la hace Bernal Díaz del Castillo, cuando describe el banquete de más de 300 platillos ofrecido por Moctezuma a Hernán Cortés.
"… y de cuando en cuando traían unas copas de oro fino con cierta bebida hecha del mismo cacao, que decían era para tener acceso con las mujeres…". Según los estudios esta bebida era el chocolate, preparado con granos de cacao molidos con piedras y cocidos en agua, que se mezclaba con miel de maguey, harina de maíz, onoto u achiote y vainilla, mezcla que probablemente formaba una bebida alcohólica, para utilizarse en las ceremonias. Conforme el paso del tiempo la preparación del chocolate varió, con la introducción de la caña de azúcar a la Nueva España, la miel fue sustituida por éste endulzante.
En 2006 el investigador John Henderson de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York, realizó un estudio donde encontró que los vestigios más antiguos sobre el uso del cacao como bebida se ubicaban mil 100 años antes de Cristo. Lo anterior basado en los estudios hechos a las evidencias arqueológicas recuperadas en el sitio de Puerto Escondido, actual territorio de Honduras.
Sin embargo, estudios recientes realizados por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de las Universidades de Columbia, Arizona, Yale, Wisconsin y Kennesaw, éstas últimas en Estados Unidos, señalan que existen evidencias del consumo de cacao como bebida en el periodo formativo (1900 -900 a.C), es decir, 800 años antes de lo que se creía hasta ahora.
Los residuos de una bebida preparada a base de Cacao, fueron localizados en una vasija de cerámica encontrada durante las excavaciones realizadas en el sitio sagrado del Cerro Manatí, ubicado dentro del ejido del Macayal, en el municipio de Hidalgotitlán, Veracruz. La vasija se localizó asociada con una gran cantidad de objetos suntuosos entre los que destacan: hachas labradas en piedra verde, jadeíta, pelotas de hule, mazos de madera y varias estacas con la punta quemada, así como semillas de jobo, coyol, nanche, calabaza, huesos de tortuga y venado de cola blanca.
Este contexto llevó a los investigadores a deducir que posiblemente la vasija datada mediante carbono 14 en 1750 a. C. - de paredes cilíndricas ligeramente divergentes, con el fondo plano y engobe de color rojo en la parte inferior del cuerpo y manchas negras- fue creada especialmente para contener bebidas como la "chicha" (cerveza de maíz), chocolate o atole, preparaciones consumidas exclusivamente por los jerarcas o gente de alto prestigio social.
Las pruebas para comprobar la posible existencia de residuos de cacao fueron extraídas de las vasijas mediante agua caliente, que después fue filtrada para su análisis posterior, entre los estudios que realizaron a los estratos obtenidos se encuentran la cromatografía de capa fina, técnica que consiste en separar los componentes puros que forman parte de una mezcla.
Estos estudios dieron como positivo la presencia de theobromine, componente marcador de la presencia de cacao en las vasijas, después de la prueba de la cromatografía se realizó otra con rayos ultravioleta, para detectar iones de los componentes químicos del cacao; además de una espectrometría de masas.
La evidencia de cacao en esta vasija localizada en la costa del golfo de México, indica que el uso de la bebida precede a las evidencias encontradas en las áreas Mayas de Belice y en Puerto Escondido, Honduras. Esto demuestra, a decir de los investigadores, que el consumo de una bebida con base en el cacao comienza con la instalación de los primeros pueblos sedentarios y de ahí la tradición continúa hasta nuestros días, dando al cacao una inmensa importancia social, económica y gastronómica (source INAH - Sala de Prensa).
The research on the El Manatí vessel is contained in some more detail, including technical notes and illustrations, in an English article in the December 2007 issue of Antiquity (Vol 81, Issue 314), the online version of which can be found here. The article is entitled "Oldest chocolate in the New World," and is written by Terry G. Powis, W. Jeffrey Hurst, María del Carmen Rodríguez, Ponciano Ortíz C., Michael Blake, David Cheetham, Michael D. Coe & John G. Hodgson.

Thursday, July 24, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 68: El Cerrito, Querétaro - Further Investment in Research and Consolidation Work at this Archaeological Site
Today, Thursday July 24, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia posted a report on recent archaeological research and consolidation work at the archaeological site of El Cerrito, located in the state of Querétaro, Mexico. Part of the report provides some interesting archaeological detail, which is represented below (edited by AMaNU):
Invierted 3.5 mpd en zona arqueológica de El Cerrito, Querétaro - [..] Respecto a la investigación en el sitio, [Daniel Valencia Cruz, arqueólogo encargado de la zona,] comentó que gracias a dos grandes temporadas de campo se han podido definir los sistemas constructivos y la dimensión de las estructuras, a fin de establecer un primer orden cronológico.
Una conclusión importante acerca de la primera ocupación de El Cerrito, la cual parecía señalar vínculos con Teotihuacán, fue que “la gente de aquí sólo imitaba las formas de la cerámica teotihuacana, pues no hay restos arquitectónicos que demuestren una presencia mayor.”
“En sí, El Cerrito fue un importante centro ceremonial, de filiación tolteca, ubicado en el sur del Valle de Querétaro y parte de una serie de asentamientos en esta zona del Altiplano que también estuvieron ligados con el Bajío. Tiene elementos, tanto arquitectónicos como bienes muebles, que muestran una ocupación hacia el Epiclásico y Posclásico Temprano (700-900 d.C./ 900-1200 d.C.).”
“Posteriormente, este espacio es conservado por grupos chichimecas, de filiación agrícola, no de cazadores-recolectores, hacia el año 1, 200 d.C., tras la caída de Tula. Lo interesante de esta ocupación chichimeca, que se prolongó hasta el siglo XVI, es que respetó los límites originales del centro ceremonial establecidos por las agrupaciones vinculadas con cultura tolteca”, explicó Daniel Valencia.
El Basamento Piramidal de El Cerrito, asentado en un afloramiento natural de roca, alcanza una altura de 30 metros —similar a la de la Pirámide de Luna en Teotihuacán— y en su base posee 118 metros por lado. A esta estructura se suman las plazas de la Danza y de las Esculturas, el Altar de Cráneos y el Palacio de los Cuatro Altares.
Una de los descubrimientos más importantes, recuperado a fines de 1998 en la parte sur de la pirámide principal (dentro de la Plaza de las Esculturas, cercano al Altar de Cráneos), fue un entierro infantil, el único completo localizado hasta el momento. Corresponde a un niño entre 5 y 7 años de edad, asociado con las últimas ocupaciones prehispánicas, entre 1200 y 1500 d.C.
Daniel Valencia, anotó que entre agosto y diciembre de 2008, se trabajará en mantenimiento mayor de El Cerrito, “y hacia enero iniciaremos con una nueva forma de aplicación de recursos para terminar de explorar, sobre todo, la sala con columnas y la cara sur del basamento piramidal”. [...]
The full report can be found at the INAH website.

Wednesday, July 16, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 67: El Manatí, Veracruz - More Information on the Massive Offering and Wooden Statuettes
Today, Wednesday July 16, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia posted an additional report on the prior excavations at El Manatí and the interpretation of the archaeological discoveries, in the present report the wooden statuettes are the main subject (edited by AMaNU) (photograph: Archivo Medios/INAH):

El enterramiento massivo en El Manatí - En el cerro El Manatí sólo se escuchan los sonidos de los guardianes de la montaña: el mono aullador, las iguanas, aves migratorias y, por supuesto, el agua. Todo lo demás es silencio y paz, como lo demandan los lugares sacros.
Precisamente ahí es donde Vicki, Chico, Goyo, Lulú, Chispa, Poc, Polo, Nacho, Cruz, Güicho, Simón, Martín, Mundo, Fabián, Dani y Macario vieron la luz del sol después de tres mil 600 años de antigüedad. Ellos son parte de las 37 esculturas de madera rescatadas por los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 1989, durante la tercera fase de trabajo en El Manatí, zona que habría sido ocupada entre el año 1200 a.C., pues esa es la fecha que arrojó la prueba de Carbono 14 realizada a dos de esas píezas.
Los bustos antropomorfos tallados en madera fueron bautizados con los nombres de personas, a petición de los habitantes del Macayal, "pues había que quitarles el diablito", enfatizaron los investigadores del INAH, Ponciano Ortíz y Carmen Rodríguez, encargados del proyecto Manatí. En ese año (1200 a.C), habría ocurrido alguna calamidad, quizá fuertes inundaciones o una prolongada sequía, fue lo que obligó a la comunidad a rendir una veneración más fuerte a los dioses del agua que habitaban su cerro sagrado.
El espacio, entonces, fue objeto de un enterramiento masivo de bustos antropomorfos humanos labrados en distintos tipos de madera, que luego de estudios realizados por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México se detectó eran jobo y ceiba, perfectamente conservadas pese al tiempo.
Los arqueólogos dijeron que la mayoría de los bustos fueron sepultados siguiendo un ritual muy cuidadoso envueltos en una especie de petate o protegidos con una fibra parecida al tule, como personas, lo que al parecer fue el inicio de la costumbre de cubrir con petate los restos de los difuntos. La fibra compuesta por tule y otros vegetales permitió la conservación de la madera por más de tres mil 500 años, pues creó las condiciones anaeróbicas adecuadas para impedir la aparición de microorganismos destructores.
Esta composición “impidió el paso del oxigeno y evitó que se crearan microorganismos que destruyeran a los bustos, además de que el agua que corre por el lugar mantuvo una temperatura estable, que permitió tanto la conservación de los bustos como la de semillas de jobo, guanábana y nanche, así como de ramos de flores y los metates con los que fueron amarrados", refirieron los investigadores.
Por ser únicos en México, la conservación actual de los bustos representó un reto para los conservadores, quienes laboraron arduamente en la creación de un método que evitara la pérdida de las esculturas. Los bustos fueron localizados debajo de amontonamientos de piedras, como señalando las tumbas. Algunos se encontraron en grupos de tres, asociados con vasijas o cajes, y otros más con restos de niños recién nacidos o nonatos.
"Estos datos nos habla de que los olmecas iniciaron con el sacrificio de niños como parte del ritual de ofrendamiento. Hasta el momento de la conquista perduró el culto y sacrificio de los niños en las ceremonias asociadas al agua y a los cultos de la fertilidad", apuntó Carmen Rodríguez. La misma investigadora comentó que los niños sacrificados eran especiales: "Sólo se escogía aquellos que tenían dos remolinos en la cabeza, pues creían que el llanto de estos menores llamaría a la lluvia".
Aunque se desconoce a quién representan los bustos, no se descarta que se trate de representaciones de jerarcas que alcanzaron un alto prestigio y que por lo tanto se pretendió inmortalizarlos. Además de los bustos, en la tercera fase se hallaron báculos de madera, cuchillos cuya empuñadura es de asfalto mezclado con arena y pelotas de hule vulcanizado, cuyo proceso de conservación aún se estudia por parte de especialistas nacionales y extranjeros.
Tras 12 años de haber concluido las temporadas de campo en El Manatí, los especialistas continúan con su trabajo tanto para los fechamientos para conocer más de la cultura olmeca. Además de los expertos del INAH, en dichos trabajos participa también un grupo interdisciplinario de especialistas de diversas instituciones académicas.
El rescate arqueológico en 1988 de El Manatí, representó el eslabón para entender algunos conceptos de la ideología olmeca que más tarde formaron parte importante de las culturas clásicas y posclásicas, precisaron los especialistas (source INAH - Sala de Prensa).

Tuesday, July 15, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 66: El Manatí, Veracruz - Place of Worship to the Lord of the Mountain?
The researchers in charge of the archaeological project at El Manatí, in the Mexican state of Veracruz, Ponciano Ortiz and Carmen Rodríguez suggest that the large offering at the foot of mountain site represents multiple deposits that were part of ceremonies conducted in honor of the Lord of the Mountain, who controled the rain, thunder, and lightning. These ceremonies may have been held by at least 20 generations of local and regional Olmec worshippers. The El Manatí project, under the auspices of the Instituto Nacional de Antropología e Historia, was the subject of two earlier Ancient MesoAmerica News Updates (2008, Nos. 53 & 58). Today, Tuesday July 15, 2008, the INAH posted a short report on the suggestion by Ortiz and Rodríguez, providing details of the excavations and reconstructions of the possible ceremonies executed at the site as well as a chronological overview of the most important discoveries (edited by AMaNU) (composite photograph: Archivo Medios/INAH):
La Casa de Dios del Agua cerca del cielo: El Manatí - Al compás de un tambor, ocarinas, silbatos de caña y maracas, en una noche de luna llena, cuando las pléyades anunciaban la llegada de las lluvias, o bien cuando éstas no se veían, hace más de tres mil 600 años, los olmecas rendían tributo al Dios de la Montaña, en su cerro sagrado El Manatí.
Muy cerca de las nubes, durante seis siglos, al menos 20 generaciones de hombres cocinaron, jugaron a la pelota, cantaron y bailaron quizá para pedir a sus dioses que el agua fuese benévola con ellos y no inundara las ciudades que se establecieron en los alrededores del sitio. El espacio sagrado de los olmecas, la casa de los dioses de la lluvia, ubicado al sur del estado de Veracruz, en el ejido del Macayal, perteneciente al municipio de Hidalgotitlán, representó para ellos el axis mundi, el lugar donde el cielo y la tierra se conectaban y el agua nacía.
Las ceremonias religiosas efectuadas en el sitio, que ahora es celosamente vigilado por monos, iguanas, ocelotes y aves de colores, culminaron con una ofrenda masiva de bustos tallados en madera, acompañados por elementos en su mayoría orgánicos, que lograron preservarse a través del tiempo debido a las condiciones anaeróbicas del lugar.
El Manatí es un domo salino del que emergen manantiales, de agua salada y dulce, que dotan de grandes cantidades del líquido a la zona. Además de esta característica, en el lugar se encuentran otros elementos vinculados a la ideología religiosa olmeca, como yacimientos de hematina (pigmento natural color rojo).
En la cosmovisión de algunas culturas las montañas eran veneradas como la casa de los dioses de la lluvia, razón por la que los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Ponciano Ortiz y Carmen Rodríguez, encargados del proyecto Manatí, asocian las ofrendas ahí localizadas con ceremonias rituales, probablemente en honor al "Señor o Dios de la Montaña", que controlaba la lluvia, los relámpagos y truenos, es decir, el agua. “Creemos que las ofrendas que localizamos al pie del cerro fueron hechas para pedir lluvias y con ello evitar sequías, pero no descartamos la posibilidad de que hayan sido efectuadas para pedir que el agua no provocara inundaciones”, señaló Ponciano Ortiz.
Al pie del cerro, junto a los cauces de los manantiales, los olmecas realizaron los enterramientos de sus ofrendas en una especie de poza formada por la vieja ruta del agua que brota del lado oeste del cerro. Aunque se desconocen las fechas exactas, las investigaciones hechas a partir de elementos recuperados como vasijas, hachas, pelotas de hule y semillas en las excavaciones de las seis temporadas de campo que se realizaron dentro del proyecto Manatí de 1998 a 1996, indican la existencia de por lo menos tres importantes fases de ocupación, que fueron del 1600 al 1200 a. C.
Las tres fases de ocupación, de acuerdo con los investigadores, presentan características distintas en el uso del espacio y del material que se ofrendó, lo que habla de una constante evolución en los rituales. La etapa más antigua, fechada por el carbono 14 en 1600 a.C., se asocia con la construcción de la poza que resguardó a las ofrendas, ya que se encontró un lecho de piedras areniscas de entre 10 centímetros y 1.50 metros concentradas hacia la orilla del cerro.
En esa etapa se localizaron fragmentos de vasijas, cajes de piedra, morteros y metates; una gran cantidad de hachas de jadeíta, dispersas por la zona, y collares del mismo material, así como dos pelotas de hule. Después de esta ofrenda, el lugar se cubrió con una capa de turba hecha de materia orgánica. Alrededor del 1500 a. C. los olmecas regresaron al lugar, y realizaron nuevas ofrendas. De esta etapa se localizaron hachas de jade y otras piedras finas perfectamente acabadas y pulidas hasta el punto de alcanzar una textura cerosa y brillo de espejo.
En la segunda etapa el ritual cambió. Las hachas fueron cuidadosamente sepultadas y acomodadas en el fango en conjuntos de forma variada como amontonamientos, grupos simples dispuestos en un patrón norte-sur o este-oeste, simétricamente, en forma de pétalos de flor, etc.
Ponciano Ortiz y Carmen Rodríguez señalaron que estudios recientes, hechos por especialistas franceses, confirmaron que el jade de las hachas de El Manatí proviene del Valle de Montagua, Guatemala, lo que habla de las relaciones de comercio que tenían los olmecas. Las ofrendas pertenecientes a esta etapa fueron cubiertas por capas de lodo muy fino, de textura pegajosa y con un alto contenido de materia orgánica.
La tercera fase significó para los investigadores un gran acontecimiento, ya que en ella fueron descubiertos bustos tallados en madera únicos en México; aunque aún se desconoce a quién representaban, su belleza escultórica no deja de impactar a los visitantes del Museo Regional Tuxteco, lugar donde se exhiben algunos de ellos y otros materiales recuperados de El Manatí (source INAH - Sala de Prensa).

Monday, July 14, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 65: Oxtotitlán, Guerrero - INAH Specialists Started Cleaning of Olmec Cave Paintings
As the Instituto Nacional de Antropología e Historia reported today, Monday July 14, 2008, their specialists have started the cleaning of part of the Olmec paintings at the Oxtotitlán cave, in the Mexican state of Guerrero. The paintings date from the period of circa 900 to 600 BC (or 800 to 500 BC, see FAMSI report by David Grove, who did research in the cave in 1968 and 1969). This cleaning program is part of the sixth season of research at the cave, and work will concentrate on the paintings of the North Group, specifically Panel 4 (edited by AMaNU):
Retiran impurezas a pinturas rupestres olmecas - De origen olmeca y con una antigüedad de dos mil 500 años, las pinturas rupestres de Oxtotitlán, en Guerrero, aún mantienen ocultas imágenes desconocidas que especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), buscarán develar mediante labores de limpieza tendientes a lograr el hallazgo de nuevos elementos, que permitan profundizar sobre el discurso pictográfico de estas manifestaciones pretéritas.
Estas antiguas manifestaciones, que fueron plasmadas en el interior de una cueva, entre los años 900 y 600 a.C., son objeto de trabajos de restauración que comenzaron en días pasados, como parte del proyecto anual de conservación integral que desde 2002, efectúan expertos en este sitio arqueológico enclavado en la región de la Montaña Baja de dicha entidad.
Sandra Cruz Flores, restauradora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, informó que se trata de la sexta temporada de trabajo en el interior de esta cueva, que tiene por objetivo la atención de las pinturas rupestres de la Gruta Norte, particularmente de las que componen el llamado Panel 4, en el que se hará un proceso de eliminación de capas de sales y suciedad que se han acumulado a lo largo de cientos de años, y que impiden la adecuada visualización de las imágenes.
“En este espacio se pueden ver algunas figuras de manera parcial, justamente por el ennegrecimiento de la superficie, pero luego de la limpieza, además de lograr que se vean completamente, esperamos encontrar nuevas imágenes”, adelantó. En dicho panel que mide 3.0 metros de altura y 3.0 de longitud, se tienen registradas ocho imágenes rupestres bicromas (colores rojo y negro), algunas de ellas se visualizan de forma incompleta, entre las que destacan jaguares, y un rostro de perfil que presenta atributos olmecas: nariz achatada, labios gruesos y comisuras hacia abajo, facción mejor conocida como boca atigrada.
“Cuando se hizo el registro de este panel en 1968, y en general de las 10 paredes con representaciones que hay en la cueva, no se pudieron registrar todas las imágenes, porque algunas están ocultas por capas y concreciones rugosas que se han formado a lo largo del tiempo, porque estamos hablando de pinturas muy antiguas”, explicó Cruz Flores.
“Desde que fueron pintadas, agentes como el viento, la lluvia, la humedad, han propiciado la formación de velos y acumulación de sales, aunado a la presencia de microorganismos, así como de manchas de hollín que se han formado por encender fogatas al interior de la cueva, debido a que se trata de un sitio en el que todavía indígenas nahuas de la comunidad de Acatlán, realizan rituales relacionados con el ciclo agrícola”, detalló la especialista en la preservación de este tipo de patrimonio cultural
Para lograr la limpieza integral del panel se cuenta con un equipo de 15 profesionales en restauración, arquitectura, espeleología, historia y antropología social, mencionó la experta del INAH, luego de apuntar que el hallazgo de nuevas imágenes permitirá hacer ajustes al registro gráfico y contribuirá a la interpretación del discurso pictográfico de la gruta. Recordó que durante los cinco periodos anteriores de trabajo en el sitio, las labores se centraron en subsanar el deterioro que presentaban a causa del problema del vandalismo, principalmente de graffiti que ya fueron eliminados, y para lo cual también se contó con el apoyo de autoridades de Acatlán y del Ayuntamiento de Chilapa de Álvarez.
Cruz Flores adelantó que paralelamente a estas tareas de conservación que se realizan en el interior de la cueva, —iniciadas este 10 de julio y que concluirán las primeras semanas de agosto—, también se realizará la colocación de cédulas informativas para el visitante, que después de varios años se han logrado concretar conjuntamente con el Centro INAH-Guerrero.
“Algunas de las cédulas mostrarán la planta de la cueva con la ubicación de los diferentes paneles y que en conjunto suman cerca de 200 metros de pintura rupestre. También cuentan con información alusiva a la importancia cultural y arqueológica de Oxtotitlán, así como recomendaciones de lo que se puede y no debe hacerse en el sitio, en función de la conservación de las pinturas”, abundó.
De igual manera, otro de los objetivos de esta temporada de trabajo, será consolidación del grupo infantil Los Cuidadores de Oxtotitlán, conformado por niños de la comunidad que participan como coadyuvantes en las tareas de conservación del lugar y de las tradiciones del pueblo de Acatlán.
“A los menores se les va a dar una credencial para identificación y se comenzará a ejecutar un programa anual de actividades, básicamente de educación para que valoren más su patrimonio cultural y se sumen a las labores de difusión para la protección de las pinturas”, detalló la restauradora.
Cabe mencionar que durante este mes de julio se realizará la renovación anual del Comité de Preservación del Patrimonio Cultural de Acatlán, organismo reconocido en asamblea y registrado ante el INAH, que desde 2005 participa en las tareas de mantenimiento y conservación de la cueva (source INAH - Sala de Prensa).

Friday, July 11, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 64: Las Flores, Tampico, Tamaulipas - Some Information on this Huastec Archaeological Site
According to recent research the archaeological site of Las Flores, located in the city of Tampico in the Mexican state of Tamaulipas, was occupied by Huastecs and excavated parts of the site date to circa AD 1000-1200. Today, Friday July 11, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia posted a short report on this archaeological site (edited by AMaNU))(photo:Archivo Medios/INAH):
Las Flores, zona arqueologica vecina de la modernidad - Generalmente, las zonas arqueológicas ubicadas al interior del país se localizan en predios relativamente apartados de las manchas urbanas o, por lo menos, están estrictamente delimitadas por construcciones próximas. Sin embargo, el caso de la Zona Arqueológica de Las Flores, en el municipio de Tampico, Tamaulipas, resulta particular debido al contexto que la rodea.
En esta zona, ubicada al interior de la colonia habitacional Las Flores, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Tamaulipas, trabajan de manera permanente para la conservación y mantenimiento de la única pirámide con que cuenta, ya que las características constructivas que la distinguen y los fenómenos naturales —tormentas, huracanes y lluvias— que cada año azotan el lugar, provocan su paulatino deterioro. En entrevista, Sophie Marchegay, especialista del INAH, mencionó que el sitio está formado por 20 montículos, de los cuales, solamente uno de los más grandes está a la vista; el resto se tienen identificados pero no se han podido excavar ya que sobre ellos se construyeron las casas que ahora componen la colonia, de ahí el nombre de la zona.
Y es que el basamento está construido con tierra compactada, cal apisonada y concha, por lo que su daño acelerado exige observaciones periódicas, así como trabajos de mantenimiento que permitan su preservación. De forma oval, posee unas dimensiones que van de los siete metros de altura por 28 de diámetro. Se pueden observar escalinatas y estucos que, según los especialistas, presentan un aspecto poroso, motivo por el cual consideraron la posibilidad de que estos elementos hayan sido construidos con adobe.
A partir de las intervenciones hechas en la zona, los arqueólogos pudieron afirmar que pertenece a la cultura huasteca, del periodo Clásico (1000-1200 d. C.), y entre los hallazgos significativos destaca una escultura de la Diosa de la Fertilidad o Teem, que se encuentra exhibida en el Museo Regional Potosino del INAH. Se encontraron también cerámicas con motivos geométricos típicos del lugar además de dos entierros en pareja, es decir, esqueletos de hombre y mujer, juntos, acompañados de restos que los especialistas atribuyen a guajolotes, animal que ayudaba, igual que el perro, al difunto en su camino al inframundo.
Otra de las características que distingue a la zona es la techumbre que se le adaptó en la década de los noventa para protegerla de los cambios climáticos ya mencionados. Se localiza en la Avenida Chairel esquina con Azahar al noroeste del Centro Histórico de Tampico y abarca un total de 976 metros cuadrados.
Hasta hace algunos años, la pirámide y el perímetro que ocupa fue utilizado por las personas como basurero, pero gracias al reporte y colaboración de algunos vecinos se rescató y protegió de cualquier otro uso que pudiera significar su detrimento, finalizó la arqueóloga Marchegay. Cabe mencionar que no muy lejos de esta zona se encuentra otra conocida como Tancol, ubicada en la colonia que lleva el mismo nombre, al interior de una escuela privada con la que se establecieron negociaciones para el resguardo y conservación del basamento principal que tiene 5 metros de alto.
Tampico se posiciona como uno de los municipios que conserva sus expresiones culturales en el mejor estado posible, a pesar de su cercanía con la costa y sus constantes y agresivos cambios climáticos, cuestiones que vuelven mucho más difícil la preservación de los vestigios arqueológicos (source INAH - Sala de Prensa).

Wednesday, July 9, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 63: Tres Zapotes, Veracruz - Museo de Sitio de Tres Zapotes Renovated
The archaeological site of Tres Zapotes has one of the longest continuous Prehispanic settlements in the Mexican state of Veracruz. The site was occupied from circa 1200 BC to circa AD 1200 (although by AD 900 most of the site was abandoned, with only a small Postclassic settlement remaining), the site had its apogee circa 400 BC to AD 300. The site is famous for the first colossal Olmec head (Monument A), discovered in 1862 (by archaeologist José Melgar, on the land of the Hacienda de Hueyapan de Mimendi), and for its Stela C (bottom part discovered in 1939, top part discovered in 1969), bearing the early Long Count 7.16.6.16.18 which correlates with a date in 32 BC (only the Long Count on Chiapa de Corzo Stela 2 is earlier, 36 BC). In 2007 the Museo de Sitio de Tres Zapotes was fully renovated and the selection of objects exhibited was enlarged. Today, Wednesday July 9, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia posted a report on the recent renovation of the site museum, providing a description of the site, the museum, and some of the most important objects on exhibit (edited by AMaNU):
Tres Zapotes, capital olmeca en la boca del jaguar - Un enorme jaguar da la bienvenida al Museo de Sitio de Tres Zapotes, municipio de Santiago Tuxtla, Veracruz, lugar donde se localizó la primer cabeza colosal y la Estela C; la cual contiene la fecha calendárica considerada, hasta ahora, la más antigua de Mesoamérica y que corresponde al 32 a.C.
A tres décadas de su inauguración, en 1974, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Veracruz apoyados por la Comisión del Papaloapan, renovaron y actualizaron la museografía y contenidos del Museo, para brindar un mejor servicio a los visitantes. Ponciano Ortiz y Carmen Rodríguez, investigadores del INAH explicaron que con dicha renovación se logró darle un nuevo rostro al museo mediante la incorporación de diversos elementos relacionados con la Cultura Olmeca, como el Jaguar, las cabezas colosales, las estelas y la selva, que se encuentran plasmados en el mural que corona la entrada al recinto, que es una adaptación de una obra de Miguel Covarrubias.
En la decoración del museo se buscó, explicaron los antropólogos, romper con el esquema clásico de colores, por ello se pintó el mural, cuyo propósito es recrear el ambiente que existía en la zona hace más de tres mil años. "Nosotros queríamos que se realizara un mural con motivos olmecas, como las cabezas y estelas, pero que además reflejara la enorme diversidad de fauna y vegetación que había en el territorio", contó Carmen Rodríguez. El jaguar era sagrado para los olmecas, por lo que se decidió que la entrada al museo fuera por su boca, ya que en varias de las piezas exhibidas este felino es una constante, incluso existen lápidas donde se observa que de las fauces del animal emergen hombres.
El acervo está constituido por piezas como: la cabeza colosal de Hueyapan o Monumento A, la Estela C, una lápida de basalto, encontrada a tres kilómetros al noreste del pueblo. Labrada por ambas caras, en una se puede ver la fecha más antigua en sistema calendario llamada cuenta larga, y en la otra un rostro humano-felino con un ornamentado tocado. Otras piezas destacadas son; la Estela D, que representa una escena integrada por cuatro personajes que emergen de las fauces abiertas de un jaguar; un petroglifo que representa del lado izquierdo un sapo y del derecho un cráneo descarnado; la Estela A, una de las más grandes conocidas hasta la fecha que fue esculpida en una piedra diferente al resto de los monumentos, en un conglomerado de origen volcánico conocido como brecha. En ella se puede observar una escena en la que participan tres individuos.
Además, se exponen tres entierros humanos, que fueron descubiertos en los años 90 por el arqueólogo Christopher Poll, de la Universidad de Kentucky, de los cuales dos fueron de niños y el otro de adulto. Dentro de la nueva información se agregó un rescate arqueológico que fue efectuado recientemente a un costado del actual cementerio de la comunidad de Tres Zapotes. Ahí se localizaron dos entierros.
La exposición la complementan algunas cerámicas del clásico, figurillas de arcilla fechadas en el preclásico superior (400 a.C. al 100 d. C), así como collares de piedra verde, hachas de jadeita, metate con olla y granos de maíz, entre otros vestigios. El Museo, también presenta una maqueta a escala del sitio Tres Zapotes, considerado como el único sitio arqueológico de la costa sur del Golfo que posee el registro más largo y continuo de ocupación en la región.
[Sitio, ocupación, y descripción -] Estudios recientes demuestran que Tres Zapotes inició su ocupación desde por lo menos en 1200 a. C.; alcanzó su apogeo entre los años 400 a. C. y el 300 d.C, sin embargo este lugar permaneció ocupado hasta el 1200 d. C. en lo que se conoce como época clásica, incluso llegó a tener habitantes hasta el postclásico.
Formado por tres grupos mayores de montículos de tierra, distribuidos sobre un área de aproximadamente dos kilómetros, la zona arqueológica adquiere su relevancia en 1862 cuando el arqueólogo José Melgar descubrió, en las tierras de la Hacienda de Hueyapan de Mimendi, la primer cabeza colosal Olmeca con lo que se inició la investigación y estudio sobre el arte monumental de la también llamada cultura madre.
La mayor parte del asentamiento se concentra en la orilla oeste del arroyo Hueyepan, sobre el llano y una terraza de depósitos sedimentarios y volcánicos. El sistema constructivo fue a base de tierra, barro compactado y bloques de arenisca volcánica que fueron utilizados como pisos y muros de retención. El Grupo uno está conformado por seis montículos alrededor de una plaza. El Grupo dos se localiza en la parte sureste del sitio sobre el llano, se le conoce como Grupo Arroyo. Su montículo principal, "Loma Camila", tiene una altura de 12 metros. En el lado norte de la plaza está la "Loma larga" con 7 metros de altura y 130 metros de largo, en este sitio se localizó la Estela A, la mayor de las estelas olmecas.
Mientras que el Grupo tres se encuentra en la parte norte del sitio, conformado por plataformas más pequeñas, que probablemente fueron utilizadas como conjuntos habitacionales de artesanos, campesinos, sacerdotes y dirigentes, aquí se descubrió, en 1939, la famosa Estela C.
De acuerdo con investigadores del INAH hasta la fecha no se ha encontrado, en la región, otro sitio olmeca de la importancia de Tres Zapotes, y existe la evidencia de que sirvió de asiento pata otros pueblos contemporáneos, que debieron formar parte de su organización política, como la Joya y Teotepec, ubicados cerca de Catemaco y Bezoapan [...] (source INAH - Sala de Prensa).
The museum is open Monday to Saturday, from 9:00 to 18:00 hrs, and on Sunday, from 9:00 to 15:00 hrs. Admission fee is 27 pesos, which includes entrance to the archaeological site and the site museum. Childeren below the age of 13, students, teachers, and elderly (with credential) have free admittance. Sundays admittance is free for all. Use of a videocamera is subject to an additional fee.

Tuesday, July 8, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 62: Cañada de la Virgen, Guanajuato - Archaeological Site To Be Opened To The Public Soon
The archaeological site of Cañada de la Virgen is located in the Mexican state of Guanajuato. It is one of twelve archaeological sites that will be opened to the public during the current administrative six year period. Today, Tuesday July 8, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia provided a short report on the site, detailing recent research and providing a short description of three of the five main architectural features of Cañada de la Virgen. The site reached its apogee circa AD 640-900 and derived its wealth as one of the principal sites on the trade routes that commerially passed on obsidian from the Cerro de las Navajas source in the state of Hidalgo, turqoise from Arizona in the southwest of the USA, and jade from the Soconusco area in the extreme south of the state of Chiapas (edited by AMaNU):
Cañada de la Virgen, el cielo en la tierra - De las 12 nuevas zonas arqueológicas que abrirán al público este sexenio, Cañada de la Virgen se perfila para ser una de las primeras. El sitio está ubicado al suroeste del municipio de San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato y, actualmente, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizan los últimos trabajos para su apertura.
Hasta hace algunos años, el estado de Guanajuato no contaba con zonas arqueológicas abiertas al público a pesar de ser uno de los estados en el Bajío con más concentración de vestigios arqueológicos. Plazuelas fue el primer sitio en la entidad que abrió sus puertas, y autoridades del INAH pretenden que Cañada de la Virgen sea la próxima, seguida por Peralta, ambas programadas para fines de 2008 o principios de 2009.
En entrevista, Gabriela Zepeda, investigadora del INAH y responsable del proyecto, mencionó que los pobladores de los municipios aledaños visitaban el lugar para realizar ofrendas, ritos o simplemente como paseo familiar; incluso, algunas personas llegaron a sembrar legumbres, actos que permitieron una apropiación de las estructuras como parte de su identidad. Se pensaría que el sitio fue ocupado por grupos náhuas en épocas prehispánicas por el tipo de construcciones en el lugar, pero gracias a datos arqueoastronómicos se llegó a la conclusión de que fueron pueblos otomíes-hñahñu los que ahí se establecieron, agregó la especialista.
Al igual que en otras regiones de Mesoamérica, en la zona se encontraron tres etapas constructivas que van del año 540 hasta el 1050 de nuestra era. El esplendor de la ciudad está ubicado por la investigadora entre los años 640 y 900, correspondiente al periodo epiclásico. Estas fechas fueron obtenidas a partir de estudios de carbono 14 realizados tanto en la Universidad de Oxford como en los laboratorios del INAH, a objetos como carbón, semillas y huesos, estos últimos fechados por colágeno y aminoácidos.
La zona está conformada por cinco conjuntos arquitectónicos de los cuales tres fueron intervenidos y cuentan con las condiciones para ser visitados: Complejo A o Casa de los Trece Cielos; Complejo B o Casa de la Noche más larga; y Complejo D o Casa del Viento. Los Complejos C y E serán trabajados en temporadas de campo posteriores.
La Casa de los Trece Cielos - La Casa de los Trece Cielos o Conjunto A, está conformada por un basamento piramidal de 16 metros de altura, un patio hundido y tres plataformas, correspondientes al equinoccio de primavera, al comercio y al solsticio de invierno, respectivamente. En cada una de ellas se encontraron entierros con ofrendas, compuestas por objetos relacionados con ritos a Xipe Totec y un perro xoloescuintle, que ayudaba al difunto en su viaje al Mictlán.
Dicho conjunto era considerado un espacio fundamental para la observación del cielo, de ahí su nombre, ya que el patio en temporada de lluvia se llenaba de agua y, su reflejo daba la sensación del cielo en la tierra. En la parte más alta se encuentra el Templo Rojo, considerado el más grande de Mesoamérica por sus medidas (14 por 12.80 metros), y encierra pintura mural de significado abstracto, debido a sus trazos lineales en rojo y negro, relacionados con el día y la noche, con Quetzalcóatl y Tezcatlipoca.
La Casa de la Noche más larga - El Conjunto B o Casa de la Noche más larga se compone de varias estructuras como el basamento piramidal, un patio hundido más y una serie de plataformas que indican funcionalidad mixta de los espacios. Se considera que está astronómicamente ligado al solsticio de invierno. Al igual que en el conjunto principal, en éste existe un patio hundido pero, a diferencia del primero, el basamento no se encuentra al frente sino en la esquina suroeste del conjunto. Este espacio se encuentra rodeado por habitaciones que contienen fogones y en general, presenta un complejo sistema de conducción de agua.
En este espacio se encontraron diferentes entierros como La Niña de Lluvia, El Decapitado y una serie de huesos. “Poner simplemente una astilla de hueso, una tibia o un peroné, indicaba un proceso de sacrificio y de enterramiento, por lo que podemos identificar una gran parafernalia por el culto a la muerte.” Completa el conjunto, un baño de temazcal rodeado por una serie de andadores que llevan a él.
La Casa del Viento - La llamada Casa del Viento o Complejo D es una estructura circular que presenta tres etapas constructivas, en las que se modificó la rampa de acceso al construir cada una de ellas. En la parte superior se halla un templo más con dos entradas, al este y oeste; la forma del templo simula un toril y su interior se encontraba pintado de rojo.
“Es una estructura circular que en un principio tuvo una función enfocada a la parte femenina del universo y después, con otra etapa constructiva, hacia la masculina; actualmente está asociada al Dios del Viento (masculino).”
Las interpretaciones de los investigadores indican que el sitio no fue habitacional, según ellos, los usos se remiten únicamente a cuestiones procesionales y rituales relacionadas con ciclos agrarios, de caza y recolección; resalta su alta capacidad acústica que ayuda a la plena comunicación hablada desde cualquier punto de las estructuras sin necesidad de levantar la voz.
En cuanto a la actividad comercial, los estudios indican que formó parte de los corredores de Mesoamérica por la existencia de obsidiana proveniente del Cerro de las Navajas, en Hidalgo; turquesa de Arizona; jade del Soconusco, y concha, tanto del océano Pacífico como del golfo de México, la presencia de este último material se debe a la posición central del sitio en la geografía de la región.
El proyecto Cañada de la Virgen se planteó desde un principio como integral, por lo que se han realizado trabajos de antropología forense, visual y física; estudios de arquitectura, arqueología, conservación y restauración, además de análisis de laboratorio. También se han hecho trabajos de grafología, suelos, sedimentos, etnobotánica, botánica, biología y topografía, con los que se obtuvieron parámetros para interpretación del lugar.
Actualmente, se trabaja en los últimos detalles para la apertura de Cañada de la Virgen, un sitio que se convertirá en una nueva opción de conocimiento e interpretación del pasado; una ventana a la historia para una mejor comprensión del presente (source INAH - Sala de Prensa).

Wednesday, July 2, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient mesoAmerica News Updates 2008, No. 61: Laguna de Ayula, Jalisco - Overview of Some of the Research Results
Today, Wednesday July 2, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia posted a report on some of the most important results produced by the archaeological research programs around the Laguna de Ayula in the Mexican state of Jalisco. The Laguna de Ayula was an important source for salt and around the lagoon some 200 sites were founded in Prehispanic times, many of which were involved in the mining of salt at the lagoon. Five of these sites became important political and religious centers in the region. The site of La Picota may have been one of the most important sites and research at the site resumed in May of this year. The present report provides important detail on previous research at La Picota and in the region (edited by AMaNU):
Reanudan excavaciones en cuenca de Laguna de Ayula - Tener una mina de sal tierra adentro le dio una importancia especial a la región de la cuenca de la laguna de Sayula, en Jalisco, porque los pobladores no tenían que ir hasta la costa para obtenerla. Es un recurso que controlaron y del que obtenían muy buenos ingresos.
En ese sentido, la laguna de Sayula fue similar al lago de Texcoco en el Altiplano Central, de ahí la importancia y singularidad de los sitios prehispánicos que se asentaron en sus alrededores, donde la sal fue un elemento cultural y de codicia comercial. Investigaciones realizadas desde 1990, en los cerca de 200 kilómetros cuadrados de extensión de la región que abarca cinco municipios del estado (Amacueca, Techaluta de Montenegro, Teocuitatlán de Corona, Sayula y Atoyac), se han detectado por lo menos 200 sitios arqueológicos, cinco de los cuales parecen haber sido importantes centros políticos y religiosos.
Uno de esos cinco sitios es La Picota, donde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad de Guadalajara (UdeG) reanudaron excavaciones a principios de mayo, dentro del Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula. De acuerdo con los especialistas, La Picota debió ser uno de los complejos prehispánicos más relevantes del Sur del estado y quizá el más importante de dicha cuenca, en el Epiclásico.
Su estudio aportará datos sobre la época de auge en toda la región, cuando floreció el Complejo Sayula, toda vez que ahí se encuentran identificadas estructuras monumentales de esa cultura; especialmente, será posible ampliar el conocimiento de la arquitectura de la tradición Complejo Sayula y de la élite gobernante.
El proyecto, que es dirigido por la arqueóloga Catherine Liot de la UdeG, se realiza conjuntamente con el INAH, bajo la coordinación del arqueólogo Otto Schöndube, y con recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Schöndube explicó que La Picota, ubicada en el municipio de Techaluta, entre el poblado del mismo nombre y las orillas del lago seco, es uno de los pocos sitios del estado que tiene arquitectura que se puede considerar monumental.
“El sitio, del Clásico Tardío (alrededor del año 500 d.C.), abarca más de 120 hectáreas en las cuales se localizan tres conjuntos arquitectónicos dispersos entre sí, ya que en esta región no son usuales las construcciones continuas como sucede en los sitios del Altiplano de México. A través de las excavaciones que se llevan a cabo este año queremos incidir en la época de auge de la región, que fue cuando floreció el Complejo Sayula. Así mismo, queremos definir los elementos de la clase que tuvo el poder en la región porque hasta ahora nuestro trabajo se había centrado en manifestaciones de la población en general. Tampoco tenemos datos importantes de la arquitectura desarrollada por esta tradición, así que iniciaremos un análisis sobre el tipo de arquitectura y las técnicas constructivas. Entre otras cosas, se pretende comprobar si la separación entre los conjuntos arquitectónicos indica que cada uno tuvo un servicio diferente; por ejemplo, un conglomerado al culto, otro administrativo, etcétera.”
En la temporada de campo que inició, los arqueólogos fundamentalmente explorarán el conjunto del lado sur del sitio, donde anteriormente por medio de calas identificaron un periodo de ocupación largo e incluso materiales coloniales. En temporadas de trabajo anteriores también se levantó un plano topográfico; sin embargo, los especialistas consideran que es necesario hacerlo más exacto, por lo que también trabajarán este año en ese sentido.
Cabe resaltar que la cuenca de Sayula es una de las pocas regiones del estado de Jalisco estudiada a través de un proyecto de trabajo continuo de años y que abarca una extensa área. Schöndube explica: “El Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula inició en 1990, con la participación de tres instituciones: el INAH, la UdeG y Orstom, un grupo de investigadores franceses encabezado por el arqueólogo Jean Pierre Emphoux.
“A través de este proyecto se llevaron a cabo exploraciones de campo hasta 1997 y los tres años siguientes se dedicaron a trabajo de gabinete. De 2000 a 2004 se trabajó el sitio de La Peña. En 2000-2001, Bruce Benz y Marcus Winter trabajaron en abrigos rocosos. Es hasta este 2008 que reinician las temporadas de campo con las excavaciones en La Picota, el cual viene a ser el tercero de los sitios mayores de la cuenca que se excava de manera amplia.
El proyecto se ha desarrollado en tres etapas: en la primera participaron las tres instituciones arriba señaladas, la segunda la llevaron a cabo conjuntamente el INAH y la Universidad de Guadalajara, y en esta tercera, también participan el INAH y la UdeG. Respecto al origen del proyecto, Schöndube narra: “Empezamos caminando. Prácticamente recorrimos a pie toda el área viendo lugares, tomando muestras de tierra, analizado cómo se podían colocar en el tiempo los vestigios, y elaborando mapas.
Encontramos al menos 200 sitios arqueológicos que van desde pequeñas rancherías hasta centros bien desarrollados de mediano tamaño, entre ellos los cinco centros rectores: La Barranca del Águila, Cerritos Colorados, La Peña, La Picota y Santa Inés. “Luego seleccionamos puntos para hacer excavaciones, para obtener muestras de cada periodo cultural. Con el correr del tiempo hicimos varias temporadas de campo y a la fecha tenemos cubierta una cronología muy bien establecida desde 500 a.C. hasta la llegada de los españoles.”
Principales descubrimientos - Entre los descubrimientos más importantes del Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula se encuentra el haber comprobado la invasión tarasca en tierras de la cuenca para obtener la sal que se produce en el lecho de la laguna, ocasionando “la llamada guerra del salitre”. Cabe resaltar que la Laguna de Sayula es un lago cerrado, no tiene salida y por lo tanto hay mucha evaporación, entonces las sales se concentran en su lecho. Schöndube explica que antes de las excavaciones dicho conflicto era un mito, con el trabajo arqueológico se comprobó que hubo una incursión tarasca pero queda por probar si fue bélica o de otra índole porque han encontrado objetos tarascos de cerámica, orfebrería y obsidiana pulida, además de entierros cuyos esqueletos indican un biotipo diferente a la población de la región.
También se descubrieron tumbas de tiro: "Además de las tradicionales, construidas en tepetate, que se localizaron cerca de Sayula; en la región llamada del Cerro del Agua Escondida se encontraron tumbas de tiro cuyas características las hacen únicas porque no son sólo las cavidades excavadas bajo tierra, sino que sus paredes y el tiro que comunica con el exterior están recubiertos con lajas de piedra formando una especie de falsas bóvedas.
"Estas características se deben a que el terreno del lugar no permite que las cavidades excavadas se mantengan por mucho tiempo, entonces se les colocaron las piedras con la finalidad de que no se desplomaran."
Cabe destacar que las tumbas de tiro son monumentos funerarios construidos en el subsuelo, cavando el tepetate, cuya dureza evita el peligro de los derrumbes. El "tiro" es un pozo vertical que lleva a una o varias cámaras que pueden ser de forma ovalada, redonda o cuadrangular. Esta clase de depósitos mortuorios sólo se han localizado en los estados de Nayarit, Colima, Michoacán, Zacatecas y Jalisco.
Otro aspecto importante resultado de este proyecto, de acuerdo con Schöndube, es que se tiene recuperada la primera muestra amplia estadísticamente válida de restos humanos prehispánicos para la región de Occidente y un conocimiento general de la región: “Trabajamos una gran cantidad de entierros por eso nuestros estudios tienen un valor estadístico más fuerte y podemos generalizar.
“Tenemos vestigios de presencia cultural al menos desde 10 mil años a.C., entre los que se encuentran unas puntas clovis. También encontramos evidencias de 5 mil a.C. Pero la secuencia con más cantidad de materiales y por lo tanto mejor establecida que pudimos identificar va de alrededor de 500 a.C. a la conquista española. Del 500 a.C. a la conquista tenemos el registro más rico, más abundante y completo de Occidente."
De acuerdo con Schöndube, entre las fases más importantes que han identificado los arqueólogos en este amplio intervalo cronológico están: Amacueca, Aztatlán o complejo Aztatlán y Sayula; en relación a la época de tumbas de tiro identificaron las fases Verdia y Usmajac. Además, investigadores que han participando en el proyecto han obtenido importantes premios a partir de su trabajo en la cuenca, entre ellos el Antonio Caso otorgado por el INAH, y estudiantes obtuvieron becas para realizar postgrados en Francia. Fruto del proyecto han sido 2 libros, múltiples artículos y participaciones en Congresos (source INAH - Sala de Prensa).

Tuesday, July 1, 2008

Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 60: Carrizalillo, Guerrero - INAH Archaeologist Find A Pair of Mezcala Stone Figures
Today, Tuesday July 1, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia reported the discovery, made some days ago, of two important Mezcala stone human figures in the community of Carrizalillo, Guerrero. This kind of stone figures only appears on rare occasions in the archaeological record, as from the 1970s to the present date only three other such stone figures have been found. The INAH report provides further detail on some of the burials that have been. The excavations are part of the Proyecto de Salvamento Arqueológico Los Filos-Mezcala, Fase II, which continue the month of July and of which the Centro INAH-Guerrero is in charge (edited by AMaNU):
Hallan par de esculturas tipo Mezcala: En Guerrero - En la comunidad Carrizalillo, a 50 kilómetros de Chilpancingo, Guerrero, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) registraron el hallazgo de un par de figurillas tipo Mezcala, cuyo descubrimiento es de gran relevancia por tratarse de las pocas representaciones que se han encontrado hasta el momento sobre esta cultura prehispánica.
Caracterizadas por su sencillez en la representación del cuerpo humano, donde los trazos apenas definen los rasgos del rostro, brazos y piernas, las dos figurillas tipo Mezcala, fueron localizadas hace unos días, en el interior de una pequeña caja de lajas de piedra que estaba enterrada a modo de ofrenda. “Las figurillas fueron halladas en contexto, y lo relevante del hallazgo radica en el hecho que se trata de representaciones que escasamente se encuentran. En las últimas décadas, sólo se han detectado otras tres, que sumadas a este par suman un total de cinco las piezas que se han registrado hasta hoy”, señala el arqueólogo del Centro INAH-Guerrero, Rodolfo Lobato Rodríguez.
La cultura Mezcala, es una de las civilizaciones que surgieron inmediatamente después que la Olmeca, la cual se ha identificado principalmente por su estilo arquitectónico y figuras de piedra verde. Su desarrollo se dio desde el periodo Preclásico Medio (500 a.C. hasta el Clásico Tardío (900 d.C.), asentándose fundamentalmente a lo largo del Río Balsas, hasta porciones limítrofes del actual estado de Guerrero.
El par de figurillas de 12 centímetros de altura, que estaban colocadas de forma encontrada, estaban acompañadas por dos pendientes de pizarra en forma de gancho. “Una de las características del hallazgo es que tanto una de las pequeñas esculturas como el arete correspondiente, estaban fragmentados. Se ha determinado que ambas piezas fueron rotas de manera intencional al ser depositadas en la cista como ofrenda”, detalla Lobato Rodríguez. Sobre la representación de ambas figurillas de color gris oscuro, existen pocos estudios dada su escasa presencia en contextos arqueológicos. “Por lo general representan personajes de elite o deidades, sin embargo por tratarse de representaciones humanas burdas en las que sólo se insinúan rasgos físicos, no es posible determinar con precisión su significado”, refiere el arqueólogo Adrián Fuentes Aguirre, quien también participa en los trabajos de exploración.
El hallazgo de este tipo de representaciones humanas es muy poco frecuente. En los años setenta se encontró una en los trabajos de la Presa El Infiernillo, y dos más en la década de los noventa, en las excavaciones de la Zona Arqueológica La Organera-Xochipala.
Asimismo, durante las excavaciones que se efectúan actualmente en este sitio ubicado al norte de Chilpancingo, también se registraron cinco entierros humanos en una tumba troncocónica, consistente en una cama de piedra enlajada, debajo de la cual se ubican más osamentas. Al respecto, el arqueólogo Julio Cesar Crosalta, explica que sobre la cama de piedra se encontraron dos esqueletos, —uno masculino y otro femenino—, en posición sedente, uno de ellos acompañado de una pulsera de cuentas de caracol. Debajo del entierro, se localizaron otras tres osamentas, con materiales asociados, entre ellos un collar de dientes de un animal aún no identificado y cuentas de huesos pequeños en forma cilíndrica de tres milímetros.
Asociados a estos entierros, se encontraron también materiales de lítica, como cinceles completos y semicompletos, alisadores, hachas de canto rodado, cajetes, metates y demás herramientas que sirvieron para crear las tumbas, así como fragmentos de cerámica. Las piezas arqueológicas que se encuentran bajo resguardo del INAH, serán sometidas a una serie de análisis para determinar su temporalidad. Por sus características, los materiales guardan similitudes con los reportados en la Zona Arqueológica La Organera-Xochipala.
Los trabajos de excavación que se ejecutan en un área de 18.5 kilómetros cuadrados, continuarán durante este mes, y forman parte del Proyecto de Salvamento Arqueológico Los Filos-Mezcala. Fase II, a cargo del Centro INAH-Guerrero (souce INAH - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates - Opening Banner
Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 59: El Manatí Rubber Balls and Olmec Technology
Today, Tuesday July 1, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia posted a short report on the twelve rubber balls that were found at El Manatí, Veracruz, and ancient Olmec technology that produced these rubber balls. The twelve rubber balls are some 3,500 years old, of which seven were found in context in 1989 by archaeologists Ponciano Ortiz and María de Carmen Rodríguez (edited by AMaNU):
Proceso de vulcanización de mas de 3 mil 500 años: Tecnología Olmeca - En 1939, el estadounidense Charles Goodyear descubrió – por casualidad- el proceso químico que más tarde se conocería como vulcanización, esto sucedió cuando mezcló hule con azufre y formó una masa dura y resistente, sin embargo, hace más de tres mil 500 años, los Olmecas utilizaron un procedimiento similar para crear pelotas de hule de uso ceremonial, para el juego de pelota y otros utensilios.
En 1989, durante la realización del proyecto de rescate y salvamento de piezas arqueológicas del cerro El Manatí, ubicado al sur del estado de Veracruz, sobre la cuenca del Río Coatzacoalcos; en el ejido de El Macayal perteneciente al municipio de Hidalgotitlán, los arqueólogos Ponciano Ortiz y María de Carmen Rodríguez, descubrieron 12 pelotas de hule asociadas con ofrendas de hachas (varias de jadeíta).
Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se sorprendieron por el perfecto estado de conservación de las pelotas de hule, pese al paso de los años, y esa situación los llevó a pensar que eran resultado de algún proceso similar a la vulcanización que las hizo resistentes al tiempo y las condiciones atmosféricas en las que se encontraban. Tras años de investigación y varios estudios en los que participaron especialistas estadounidenses de Cambridge se logró establecer que para la creación de las pelotas, los Olmecas, mezclaron látex del árbol de hule, cuyo nombre científico es Castilla Elástica con una especie de enredadera con flores llamada Ipomoea alba – cultivada en las regiones tropicales de México-, la cual contiene látex con sulfuros, es decir, azufre.
Las reacciones químicas que produce la mezcla de los dos látex permite la vulcanización, es decir, los átomos de azufre se entrelazan a las cadenas poliméricas de isoprenos del hule, convirtiendo el látex en un material duro y resistente. Mejorando así su uso y durabilidad. Los antiguos mesoamericanos procesaban el hule o "ulli" de la siguiente manera; realizaban una incisión en el árbol Castilla Elástica para obtener de ahí la savia, que en su estado natural es un líquido lechoso y pegajoso, el cual al secarse es muy frágil y no logra retener las formas.
Este líquido era recabado en vasijas que colocaban al pie del tronco del árbol, por otro lado recolectaban la enredadera cuyo nombre científico es Ipomoea alba, ésta era triturada hasta obtener un líquido, cuando ya se tenía una cantidad suficiente éste era vertido en un recipiente, donde previamente había sido vaciado el látex, después de remover y mezclar aproximadamente 15 minutos, el látex se solidificaba y se formaba una masa blanca que era sacada del recipiente para poderse manejar, entonces comenzaban a moldear las pelotas y otros utensilios como bandas elásticas y figurillas de hule.
A diferencia del proceso descubierto por Charles Goodyear, en el que se necesita de grandes cantidades de fuego para poder realizar la homologación del azufre con el látex, no es contaminante porque no desprende partículas toxicas. Los Olmecas, no sólo utilizaban el látex como materia prima para realizar pelotas y otros objetos, sino que también lo ofrecían en sus ceremonias rituales, en forma líquida; además servía como uso cotidiano para la impermeabilización de telas y utensilios.
Las pelotas de hule del cerro Manatí - Los arqueólogos Ponciano Ortíz y María del Carmen Rodríguez señalan que en el sitio sagrado del Cerro de El Manatí se efectuaron hace más de tres mil años importantes ceremonias religiosas. Una o varias aldeas, por algún motivo, practicaron subsecuentemente varias ceremonias a través de un largo tiempo que culmina con la ofrenda masiva de esculturas labradas en madera acompañadas de diversos elementos entre los que se encuentran las 12 pelotas de hule.
En el cerro, y de acuerdo con la información de los investigadores, se descubrieron tres fases de ofrendamiento, en las cuales las pelotas fueron una constante. De la primera fase, fechada mediante el carbono 14 en el año 1600 a. C., se rescataron dos bolas asociadas con ofrendas de hachas. En la segunda fase, alrededor de 1500 a.C., también se localizaron tres bolas, las cuales se encontraron alineadas hacia el noreste, éstas al igual que las de la primera fase tienen un diámetro que oscila entre ocho y 15 cm.
De la última fase, aproximadamente en el 1200 a.C, se hallaron un conjunto de dos pelotas, que estaban acompañadas por dos bastones de mando, estas bolas tienen un diámetro de 25 centímetros. Para los arqueólogos este hallazgo demuestra la importancia ritual del juego de pelota, el cual se mantuvo hasta la última fase de las ofrendas. El cambio de tamaño en las bolas, explican los expertos, puede indicar cambios en la forma del juego.
Los campesinos que tuvieron el primer encuentro con estos altares, localizaron por lo menos cinco más, por lo que en total en El Manatí, se rescataron 12 bolas, lo que indica la relevancia de esta ceremonia para los Olmecas. Pese a que las pelotas se encontraron en muy buen estado de conservación, su preservación ha sido difícil porque no se ha descubierto el proceso para evitar su degradación. No obstante, los especialistas del Centro INAH-Veracruz trabajan en la investigación de métodos para poder conservar estos ejemplares, únicos en el mundo, pues son de gran aporte informativo para entender más sobre la cultura Olmeca, llamada también cultura madre (source INAH - Sala de Prensa).