Ancient MesoAmerica News Updates 2008, No. 62: Cañada de la Virgen, Guanajuato - Archaeological Site To Be Opened To The Public Soon
The archaeological site of Cañada de la Virgen is located in the Mexican state of Guanajuato. It is one of twelve archaeological sites that will be opened to the public during the current administrative six year period. Today, Tuesday July 8, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia provided a short report on the site, detailing recent research and providing a short description of three of the five main architectural features of Cañada de la Virgen. The site reached its apogee circa AD 640-900 and derived its wealth as one of the principal sites on the trade routes that commerially passed on obsidian from the Cerro de las Navajas source in the state of Hidalgo, turqoise from Arizona in the southwest of the USA, and jade from the Soconusco area in the extreme south of the state of Chiapas (edited by AMaNU):
Cañada de la Virgen, el cielo en la tierra - De las 12 nuevas zonas arqueológicas que abrirán al público este sexenio, Cañada de la Virgen se perfila para ser una de las primeras. El sitio está ubicado al suroeste del municipio de San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato y, actualmente, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizan los últimos trabajos para su apertura.
Hasta hace algunos años, el estado de Guanajuato no contaba con zonas arqueológicas abiertas al público a pesar de ser uno de los estados en el Bajío con más concentración de vestigios arqueológicos. Plazuelas fue el primer sitio en la entidad que abrió sus puertas, y autoridades del INAH pretenden que Cañada de la Virgen sea la próxima, seguida por Peralta, ambas programadas para fines de 2008 o principios de 2009.
En entrevista, Gabriela Zepeda, investigadora del INAH y responsable del proyecto, mencionó que los pobladores de los municipios aledaños visitaban el lugar para realizar ofrendas, ritos o simplemente como paseo familiar; incluso, algunas personas llegaron a sembrar legumbres, actos que permitieron una apropiación de las estructuras como parte de su identidad. Se pensaría que el sitio fue ocupado por grupos náhuas en épocas prehispánicas por el tipo de construcciones en el lugar, pero gracias a datos arqueoastronómicos se llegó a la conclusión de que fueron pueblos otomíes-hñahñu los que ahí se establecieron, agregó la especialista.
Al igual que en otras regiones de Mesoamérica, en la zona se encontraron tres etapas constructivas que van del año 540 hasta el 1050 de nuestra era. El esplendor de la ciudad está ubicado por la investigadora entre los años 640 y 900, correspondiente al periodo epiclásico. Estas fechas fueron obtenidas a partir de estudios de carbono 14 realizados tanto en la Universidad de Oxford como en los laboratorios del INAH, a objetos como carbón, semillas y huesos, estos últimos fechados por colágeno y aminoácidos.
La zona está conformada por cinco conjuntos arquitectónicos de los cuales tres fueron intervenidos y cuentan con las condiciones para ser visitados: Complejo A o Casa de los Trece Cielos; Complejo B o Casa de la Noche más larga; y Complejo D o Casa del Viento. Los Complejos C y E serán trabajados en temporadas de campo posteriores.
La Casa de los Trece Cielos - La Casa de los Trece Cielos o Conjunto A, está conformada por un basamento piramidal de 16 metros de altura, un patio hundido y tres plataformas, correspondientes al equinoccio de primavera, al comercio y al solsticio de invierno, respectivamente. En cada una de ellas se encontraron entierros con ofrendas, compuestas por objetos relacionados con ritos a Xipe Totec y un perro xoloescuintle, que ayudaba al difunto en su viaje al Mictlán.
Dicho conjunto era considerado un espacio fundamental para la observación del cielo, de ahí su nombre, ya que el patio en temporada de lluvia se llenaba de agua y, su reflejo daba la sensación del cielo en la tierra. En la parte más alta se encuentra el Templo Rojo, considerado el más grande de Mesoamérica por sus medidas (14 por 12.80 metros), y encierra pintura mural de significado abstracto, debido a sus trazos lineales en rojo y negro, relacionados con el día y la noche, con Quetzalcóatl y Tezcatlipoca.
La Casa de la Noche más larga - El Conjunto B o Casa de la Noche más larga se compone de varias estructuras como el basamento piramidal, un patio hundido más y una serie de plataformas que indican funcionalidad mixta de los espacios. Se considera que está astronómicamente ligado al solsticio de invierno. Al igual que en el conjunto principal, en éste existe un patio hundido pero, a diferencia del primero, el basamento no se encuentra al frente sino en la esquina suroeste del conjunto. Este espacio se encuentra rodeado por habitaciones que contienen fogones y en general, presenta un complejo sistema de conducción de agua.
En este espacio se encontraron diferentes entierros como La Niña de Lluvia, El Decapitado y una serie de huesos. “Poner simplemente una astilla de hueso, una tibia o un peroné, indicaba un proceso de sacrificio y de enterramiento, por lo que podemos identificar una gran parafernalia por el culto a la muerte.” Completa el conjunto, un baño de temazcal rodeado por una serie de andadores que llevan a él.
La Casa del Viento - La llamada Casa del Viento o Complejo D es una estructura circular que presenta tres etapas constructivas, en las que se modificó la rampa de acceso al construir cada una de ellas. En la parte superior se halla un templo más con dos entradas, al este y oeste; la forma del templo simula un toril y su interior se encontraba pintado de rojo.
“Es una estructura circular que en un principio tuvo una función enfocada a la parte femenina del universo y después, con otra etapa constructiva, hacia la masculina; actualmente está asociada al Dios del Viento (masculino).”
Las interpretaciones de los investigadores indican que el sitio no fue habitacional, según ellos, los usos se remiten únicamente a cuestiones procesionales y rituales relacionadas con ciclos agrarios, de caza y recolección; resalta su alta capacidad acústica que ayuda a la plena comunicación hablada desde cualquier punto de las estructuras sin necesidad de levantar la voz.
En cuanto a la actividad comercial, los estudios indican que formó parte de los corredores de Mesoamérica por la existencia de obsidiana proveniente del Cerro de las Navajas, en Hidalgo; turquesa de Arizona; jade del Soconusco, y concha, tanto del océano Pacífico como del golfo de México, la presencia de este último material se debe a la posición central del sitio en la geografía de la región.
El proyecto Cañada de la Virgen se planteó desde un principio como integral, por lo que se han realizado trabajos de antropología forense, visual y física; estudios de arquitectura, arqueología, conservación y restauración, además de análisis de laboratorio. También se han hecho trabajos de grafología, suelos, sedimentos, etnobotánica, botánica, biología y topografía, con los que se obtuvieron parámetros para interpretación del lugar.
Actualmente, se trabaja en los últimos detalles para la apertura de Cañada de la Virgen, un sitio que se convertirá en una nueva opción de conocimiento e interpretación del pasado; una ventana a la historia para una mejor comprensión del presente (source INAH - Sala de Prensa).
Hasta hace algunos años, el estado de Guanajuato no contaba con zonas arqueológicas abiertas al público a pesar de ser uno de los estados en el Bajío con más concentración de vestigios arqueológicos. Plazuelas fue el primer sitio en la entidad que abrió sus puertas, y autoridades del INAH pretenden que Cañada de la Virgen sea la próxima, seguida por Peralta, ambas programadas para fines de 2008 o principios de 2009.
En entrevista, Gabriela Zepeda, investigadora del INAH y responsable del proyecto, mencionó que los pobladores de los municipios aledaños visitaban el lugar para realizar ofrendas, ritos o simplemente como paseo familiar; incluso, algunas personas llegaron a sembrar legumbres, actos que permitieron una apropiación de las estructuras como parte de su identidad. Se pensaría que el sitio fue ocupado por grupos náhuas en épocas prehispánicas por el tipo de construcciones en el lugar, pero gracias a datos arqueoastronómicos se llegó a la conclusión de que fueron pueblos otomíes-hñahñu los que ahí se establecieron, agregó la especialista.
Al igual que en otras regiones de Mesoamérica, en la zona se encontraron tres etapas constructivas que van del año 540 hasta el 1050 de nuestra era. El esplendor de la ciudad está ubicado por la investigadora entre los años 640 y 900, correspondiente al periodo epiclásico. Estas fechas fueron obtenidas a partir de estudios de carbono 14 realizados tanto en la Universidad de Oxford como en los laboratorios del INAH, a objetos como carbón, semillas y huesos, estos últimos fechados por colágeno y aminoácidos.
La zona está conformada por cinco conjuntos arquitectónicos de los cuales tres fueron intervenidos y cuentan con las condiciones para ser visitados: Complejo A o Casa de los Trece Cielos; Complejo B o Casa de la Noche más larga; y Complejo D o Casa del Viento. Los Complejos C y E serán trabajados en temporadas de campo posteriores.
La Casa de los Trece Cielos - La Casa de los Trece Cielos o Conjunto A, está conformada por un basamento piramidal de 16 metros de altura, un patio hundido y tres plataformas, correspondientes al equinoccio de primavera, al comercio y al solsticio de invierno, respectivamente. En cada una de ellas se encontraron entierros con ofrendas, compuestas por objetos relacionados con ritos a Xipe Totec y un perro xoloescuintle, que ayudaba al difunto en su viaje al Mictlán.
Dicho conjunto era considerado un espacio fundamental para la observación del cielo, de ahí su nombre, ya que el patio en temporada de lluvia se llenaba de agua y, su reflejo daba la sensación del cielo en la tierra. En la parte más alta se encuentra el Templo Rojo, considerado el más grande de Mesoamérica por sus medidas (14 por 12.80 metros), y encierra pintura mural de significado abstracto, debido a sus trazos lineales en rojo y negro, relacionados con el día y la noche, con Quetzalcóatl y Tezcatlipoca.
La Casa de la Noche más larga - El Conjunto B o Casa de la Noche más larga se compone de varias estructuras como el basamento piramidal, un patio hundido más y una serie de plataformas que indican funcionalidad mixta de los espacios. Se considera que está astronómicamente ligado al solsticio de invierno. Al igual que en el conjunto principal, en éste existe un patio hundido pero, a diferencia del primero, el basamento no se encuentra al frente sino en la esquina suroeste del conjunto. Este espacio se encuentra rodeado por habitaciones que contienen fogones y en general, presenta un complejo sistema de conducción de agua.
En este espacio se encontraron diferentes entierros como La Niña de Lluvia, El Decapitado y una serie de huesos. “Poner simplemente una astilla de hueso, una tibia o un peroné, indicaba un proceso de sacrificio y de enterramiento, por lo que podemos identificar una gran parafernalia por el culto a la muerte.” Completa el conjunto, un baño de temazcal rodeado por una serie de andadores que llevan a él.
La Casa del Viento - La llamada Casa del Viento o Complejo D es una estructura circular que presenta tres etapas constructivas, en las que se modificó la rampa de acceso al construir cada una de ellas. En la parte superior se halla un templo más con dos entradas, al este y oeste; la forma del templo simula un toril y su interior se encontraba pintado de rojo.
“Es una estructura circular que en un principio tuvo una función enfocada a la parte femenina del universo y después, con otra etapa constructiva, hacia la masculina; actualmente está asociada al Dios del Viento (masculino).”
Las interpretaciones de los investigadores indican que el sitio no fue habitacional, según ellos, los usos se remiten únicamente a cuestiones procesionales y rituales relacionadas con ciclos agrarios, de caza y recolección; resalta su alta capacidad acústica que ayuda a la plena comunicación hablada desde cualquier punto de las estructuras sin necesidad de levantar la voz.
En cuanto a la actividad comercial, los estudios indican que formó parte de los corredores de Mesoamérica por la existencia de obsidiana proveniente del Cerro de las Navajas, en Hidalgo; turquesa de Arizona; jade del Soconusco, y concha, tanto del océano Pacífico como del golfo de México, la presencia de este último material se debe a la posición central del sitio en la geografía de la región.
El proyecto Cañada de la Virgen se planteó desde un principio como integral, por lo que se han realizado trabajos de antropología forense, visual y física; estudios de arquitectura, arqueología, conservación y restauración, además de análisis de laboratorio. También se han hecho trabajos de grafología, suelos, sedimentos, etnobotánica, botánica, biología y topografía, con los que se obtuvieron parámetros para interpretación del lugar.
Actualmente, se trabaja en los últimos detalles para la apertura de Cañada de la Virgen, un sitio que se convertirá en una nueva opción de conocimiento e interpretación del pasado; una ventana a la historia para una mejor comprensión del presente (source INAH - Sala de Prensa).
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