Ancient mesoAmerica News Updates 2008, No. 61: Laguna de Ayula, Jalisco - Overview of Some of the Research Results
Today, Wednesday July 2, 2008, the Instituto Nacional de Antropología e Historia posted a report on some of the most important results produced by the archaeological research programs around the Laguna de Ayula in the Mexican state of Jalisco. The Laguna de Ayula was an important source for salt and around the lagoon some 200 sites were founded in Prehispanic times, many of which were involved in the mining of salt at the lagoon. Five of these sites became important political and religious centers in the region. The site of La Picota may have been one of the most important sites and research at the site resumed in May of this year. The present report provides important detail on previous research at La Picota and in the region (edited by AMaNU):
Reanudan excavaciones en cuenca de Laguna de Ayula - Tener una mina de sal tierra adentro le dio una importancia especial a la región de la cuenca de la laguna de Sayula, en Jalisco, porque los pobladores no tenían que ir hasta la costa para obtenerla. Es un recurso que controlaron y del que obtenían muy buenos ingresos.
En ese sentido, la laguna de Sayula fue similar al lago de Texcoco en el Altiplano Central, de ahí la importancia y singularidad de los sitios prehispánicos que se asentaron en sus alrededores, donde la sal fue un elemento cultural y de codicia comercial. Investigaciones realizadas desde 1990, en los cerca de 200 kilómetros cuadrados de extensión de la región que abarca cinco municipios del estado (Amacueca, Techaluta de Montenegro, Teocuitatlán de Corona, Sayula y Atoyac), se han detectado por lo menos 200 sitios arqueológicos, cinco de los cuales parecen haber sido importantes centros políticos y religiosos.
Uno de esos cinco sitios es La Picota, donde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad de Guadalajara (UdeG) reanudaron excavaciones a principios de mayo, dentro del Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula. De acuerdo con los especialistas, La Picota debió ser uno de los complejos prehispánicos más relevantes del Sur del estado y quizá el más importante de dicha cuenca, en el Epiclásico.
Su estudio aportará datos sobre la época de auge en toda la región, cuando floreció el Complejo Sayula, toda vez que ahí se encuentran identificadas estructuras monumentales de esa cultura; especialmente, será posible ampliar el conocimiento de la arquitectura de la tradición Complejo Sayula y de la élite gobernante.
El proyecto, que es dirigido por la arqueóloga Catherine Liot de la UdeG, se realiza conjuntamente con el INAH, bajo la coordinación del arqueólogo Otto Schöndube, y con recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Schöndube explicó que La Picota, ubicada en el municipio de Techaluta, entre el poblado del mismo nombre y las orillas del lago seco, es uno de los pocos sitios del estado que tiene arquitectura que se puede considerar monumental.
“El sitio, del Clásico Tardío (alrededor del año 500 d.C.), abarca más de 120 hectáreas en las cuales se localizan tres conjuntos arquitectónicos dispersos entre sí, ya que en esta región no son usuales las construcciones continuas como sucede en los sitios del Altiplano de México. A través de las excavaciones que se llevan a cabo este año queremos incidir en la época de auge de la región, que fue cuando floreció el Complejo Sayula. Así mismo, queremos definir los elementos de la clase que tuvo el poder en la región porque hasta ahora nuestro trabajo se había centrado en manifestaciones de la población en general. Tampoco tenemos datos importantes de la arquitectura desarrollada por esta tradición, así que iniciaremos un análisis sobre el tipo de arquitectura y las técnicas constructivas. Entre otras cosas, se pretende comprobar si la separación entre los conjuntos arquitectónicos indica que cada uno tuvo un servicio diferente; por ejemplo, un conglomerado al culto, otro administrativo, etcétera.”
En la temporada de campo que inició, los arqueólogos fundamentalmente explorarán el conjunto del lado sur del sitio, donde anteriormente por medio de calas identificaron un periodo de ocupación largo e incluso materiales coloniales. En temporadas de trabajo anteriores también se levantó un plano topográfico; sin embargo, los especialistas consideran que es necesario hacerlo más exacto, por lo que también trabajarán este año en ese sentido.
Cabe resaltar que la cuenca de Sayula es una de las pocas regiones del estado de Jalisco estudiada a través de un proyecto de trabajo continuo de años y que abarca una extensa área. Schöndube explica: “El Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula inició en 1990, con la participación de tres instituciones: el INAH, la UdeG y Orstom, un grupo de investigadores franceses encabezado por el arqueólogo Jean Pierre Emphoux.
“A través de este proyecto se llevaron a cabo exploraciones de campo hasta 1997 y los tres años siguientes se dedicaron a trabajo de gabinete. De 2000 a 2004 se trabajó el sitio de La Peña. En 2000-2001, Bruce Benz y Marcus Winter trabajaron en abrigos rocosos. Es hasta este 2008 que reinician las temporadas de campo con las excavaciones en La Picota, el cual viene a ser el tercero de los sitios mayores de la cuenca que se excava de manera amplia.
El proyecto se ha desarrollado en tres etapas: en la primera participaron las tres instituciones arriba señaladas, la segunda la llevaron a cabo conjuntamente el INAH y la Universidad de Guadalajara, y en esta tercera, también participan el INAH y la UdeG. Respecto al origen del proyecto, Schöndube narra: “Empezamos caminando. Prácticamente recorrimos a pie toda el área viendo lugares, tomando muestras de tierra, analizado cómo se podían colocar en el tiempo los vestigios, y elaborando mapas.
Encontramos al menos 200 sitios arqueológicos que van desde pequeñas rancherías hasta centros bien desarrollados de mediano tamaño, entre ellos los cinco centros rectores: La Barranca del Águila, Cerritos Colorados, La Peña, La Picota y Santa Inés. “Luego seleccionamos puntos para hacer excavaciones, para obtener muestras de cada periodo cultural. Con el correr del tiempo hicimos varias temporadas de campo y a la fecha tenemos cubierta una cronología muy bien establecida desde 500 a.C. hasta la llegada de los españoles.”
Principales descubrimientos - Entre los descubrimientos más importantes del Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula se encuentra el haber comprobado la invasión tarasca en tierras de la cuenca para obtener la sal que se produce en el lecho de la laguna, ocasionando “la llamada guerra del salitre”. Cabe resaltar que la Laguna de Sayula es un lago cerrado, no tiene salida y por lo tanto hay mucha evaporación, entonces las sales se concentran en su lecho. Schöndube explica que antes de las excavaciones dicho conflicto era un mito, con el trabajo arqueológico se comprobó que hubo una incursión tarasca pero queda por probar si fue bélica o de otra índole porque han encontrado objetos tarascos de cerámica, orfebrería y obsidiana pulida, además de entierros cuyos esqueletos indican un biotipo diferente a la población de la región.
También se descubrieron tumbas de tiro: "Además de las tradicionales, construidas en tepetate, que se localizaron cerca de Sayula; en la región llamada del Cerro del Agua Escondida se encontraron tumbas de tiro cuyas características las hacen únicas porque no son sólo las cavidades excavadas bajo tierra, sino que sus paredes y el tiro que comunica con el exterior están recubiertos con lajas de piedra formando una especie de falsas bóvedas.
"Estas características se deben a que el terreno del lugar no permite que las cavidades excavadas se mantengan por mucho tiempo, entonces se les colocaron las piedras con la finalidad de que no se desplomaran."
Cabe destacar que las tumbas de tiro son monumentos funerarios construidos en el subsuelo, cavando el tepetate, cuya dureza evita el peligro de los derrumbes. El "tiro" es un pozo vertical que lleva a una o varias cámaras que pueden ser de forma ovalada, redonda o cuadrangular. Esta clase de depósitos mortuorios sólo se han localizado en los estados de Nayarit, Colima, Michoacán, Zacatecas y Jalisco.
Otro aspecto importante resultado de este proyecto, de acuerdo con Schöndube, es que se tiene recuperada la primera muestra amplia estadísticamente válida de restos humanos prehispánicos para la región de Occidente y un conocimiento general de la región: “Trabajamos una gran cantidad de entierros por eso nuestros estudios tienen un valor estadístico más fuerte y podemos generalizar.
“Tenemos vestigios de presencia cultural al menos desde 10 mil años a.C., entre los que se encuentran unas puntas clovis. También encontramos evidencias de 5 mil a.C. Pero la secuencia con más cantidad de materiales y por lo tanto mejor establecida que pudimos identificar va de alrededor de 500 a.C. a la conquista española. Del 500 a.C. a la conquista tenemos el registro más rico, más abundante y completo de Occidente."
De acuerdo con Schöndube, entre las fases más importantes que han identificado los arqueólogos en este amplio intervalo cronológico están: Amacueca, Aztatlán o complejo Aztatlán y Sayula; en relación a la época de tumbas de tiro identificaron las fases Verdia y Usmajac. Además, investigadores que han participando en el proyecto han obtenido importantes premios a partir de su trabajo en la cuenca, entre ellos el Antonio Caso otorgado por el INAH, y estudiantes obtuvieron becas para realizar postgrados en Francia. Fruto del proyecto han sido 2 libros, múltiples artículos y participaciones en Congresos (source INAH - Sala de Prensa).
En ese sentido, la laguna de Sayula fue similar al lago de Texcoco en el Altiplano Central, de ahí la importancia y singularidad de los sitios prehispánicos que se asentaron en sus alrededores, donde la sal fue un elemento cultural y de codicia comercial. Investigaciones realizadas desde 1990, en los cerca de 200 kilómetros cuadrados de extensión de la región que abarca cinco municipios del estado (Amacueca, Techaluta de Montenegro, Teocuitatlán de Corona, Sayula y Atoyac), se han detectado por lo menos 200 sitios arqueológicos, cinco de los cuales parecen haber sido importantes centros políticos y religiosos.
Uno de esos cinco sitios es La Picota, donde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Universidad de Guadalajara (UdeG) reanudaron excavaciones a principios de mayo, dentro del Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula. De acuerdo con los especialistas, La Picota debió ser uno de los complejos prehispánicos más relevantes del Sur del estado y quizá el más importante de dicha cuenca, en el Epiclásico.
Su estudio aportará datos sobre la época de auge en toda la región, cuando floreció el Complejo Sayula, toda vez que ahí se encuentran identificadas estructuras monumentales de esa cultura; especialmente, será posible ampliar el conocimiento de la arquitectura de la tradición Complejo Sayula y de la élite gobernante.
El proyecto, que es dirigido por la arqueóloga Catherine Liot de la UdeG, se realiza conjuntamente con el INAH, bajo la coordinación del arqueólogo Otto Schöndube, y con recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Schöndube explicó que La Picota, ubicada en el municipio de Techaluta, entre el poblado del mismo nombre y las orillas del lago seco, es uno de los pocos sitios del estado que tiene arquitectura que se puede considerar monumental.
“El sitio, del Clásico Tardío (alrededor del año 500 d.C.), abarca más de 120 hectáreas en las cuales se localizan tres conjuntos arquitectónicos dispersos entre sí, ya que en esta región no son usuales las construcciones continuas como sucede en los sitios del Altiplano de México. A través de las excavaciones que se llevan a cabo este año queremos incidir en la época de auge de la región, que fue cuando floreció el Complejo Sayula. Así mismo, queremos definir los elementos de la clase que tuvo el poder en la región porque hasta ahora nuestro trabajo se había centrado en manifestaciones de la población en general. Tampoco tenemos datos importantes de la arquitectura desarrollada por esta tradición, así que iniciaremos un análisis sobre el tipo de arquitectura y las técnicas constructivas. Entre otras cosas, se pretende comprobar si la separación entre los conjuntos arquitectónicos indica que cada uno tuvo un servicio diferente; por ejemplo, un conglomerado al culto, otro administrativo, etcétera.”
En la temporada de campo que inició, los arqueólogos fundamentalmente explorarán el conjunto del lado sur del sitio, donde anteriormente por medio de calas identificaron un periodo de ocupación largo e incluso materiales coloniales. En temporadas de trabajo anteriores también se levantó un plano topográfico; sin embargo, los especialistas consideran que es necesario hacerlo más exacto, por lo que también trabajarán este año en ese sentido.
Cabe resaltar que la cuenca de Sayula es una de las pocas regiones del estado de Jalisco estudiada a través de un proyecto de trabajo continuo de años y que abarca una extensa área. Schöndube explica: “El Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula inició en 1990, con la participación de tres instituciones: el INAH, la UdeG y Orstom, un grupo de investigadores franceses encabezado por el arqueólogo Jean Pierre Emphoux.
“A través de este proyecto se llevaron a cabo exploraciones de campo hasta 1997 y los tres años siguientes se dedicaron a trabajo de gabinete. De 2000 a 2004 se trabajó el sitio de La Peña. En 2000-2001, Bruce Benz y Marcus Winter trabajaron en abrigos rocosos. Es hasta este 2008 que reinician las temporadas de campo con las excavaciones en La Picota, el cual viene a ser el tercero de los sitios mayores de la cuenca que se excava de manera amplia.
El proyecto se ha desarrollado en tres etapas: en la primera participaron las tres instituciones arriba señaladas, la segunda la llevaron a cabo conjuntamente el INAH y la Universidad de Guadalajara, y en esta tercera, también participan el INAH y la UdeG. Respecto al origen del proyecto, Schöndube narra: “Empezamos caminando. Prácticamente recorrimos a pie toda el área viendo lugares, tomando muestras de tierra, analizado cómo se podían colocar en el tiempo los vestigios, y elaborando mapas.
Encontramos al menos 200 sitios arqueológicos que van desde pequeñas rancherías hasta centros bien desarrollados de mediano tamaño, entre ellos los cinco centros rectores: La Barranca del Águila, Cerritos Colorados, La Peña, La Picota y Santa Inés. “Luego seleccionamos puntos para hacer excavaciones, para obtener muestras de cada periodo cultural. Con el correr del tiempo hicimos varias temporadas de campo y a la fecha tenemos cubierta una cronología muy bien establecida desde 500 a.C. hasta la llegada de los españoles.”
Principales descubrimientos - Entre los descubrimientos más importantes del Proyecto Arqueológico de la Cuenca de Sayula se encuentra el haber comprobado la invasión tarasca en tierras de la cuenca para obtener la sal que se produce en el lecho de la laguna, ocasionando “la llamada guerra del salitre”. Cabe resaltar que la Laguna de Sayula es un lago cerrado, no tiene salida y por lo tanto hay mucha evaporación, entonces las sales se concentran en su lecho. Schöndube explica que antes de las excavaciones dicho conflicto era un mito, con el trabajo arqueológico se comprobó que hubo una incursión tarasca pero queda por probar si fue bélica o de otra índole porque han encontrado objetos tarascos de cerámica, orfebrería y obsidiana pulida, además de entierros cuyos esqueletos indican un biotipo diferente a la población de la región.
También se descubrieron tumbas de tiro: "Además de las tradicionales, construidas en tepetate, que se localizaron cerca de Sayula; en la región llamada del Cerro del Agua Escondida se encontraron tumbas de tiro cuyas características las hacen únicas porque no son sólo las cavidades excavadas bajo tierra, sino que sus paredes y el tiro que comunica con el exterior están recubiertos con lajas de piedra formando una especie de falsas bóvedas.
"Estas características se deben a que el terreno del lugar no permite que las cavidades excavadas se mantengan por mucho tiempo, entonces se les colocaron las piedras con la finalidad de que no se desplomaran."
Cabe destacar que las tumbas de tiro son monumentos funerarios construidos en el subsuelo, cavando el tepetate, cuya dureza evita el peligro de los derrumbes. El "tiro" es un pozo vertical que lleva a una o varias cámaras que pueden ser de forma ovalada, redonda o cuadrangular. Esta clase de depósitos mortuorios sólo se han localizado en los estados de Nayarit, Colima, Michoacán, Zacatecas y Jalisco.
Otro aspecto importante resultado de este proyecto, de acuerdo con Schöndube, es que se tiene recuperada la primera muestra amplia estadísticamente válida de restos humanos prehispánicos para la región de Occidente y un conocimiento general de la región: “Trabajamos una gran cantidad de entierros por eso nuestros estudios tienen un valor estadístico más fuerte y podemos generalizar.
“Tenemos vestigios de presencia cultural al menos desde 10 mil años a.C., entre los que se encuentran unas puntas clovis. También encontramos evidencias de 5 mil a.C. Pero la secuencia con más cantidad de materiales y por lo tanto mejor establecida que pudimos identificar va de alrededor de 500 a.C. a la conquista española. Del 500 a.C. a la conquista tenemos el registro más rico, más abundante y completo de Occidente."
De acuerdo con Schöndube, entre las fases más importantes que han identificado los arqueólogos en este amplio intervalo cronológico están: Amacueca, Aztatlán o complejo Aztatlán y Sayula; en relación a la época de tumbas de tiro identificaron las fases Verdia y Usmajac. Además, investigadores que han participando en el proyecto han obtenido importantes premios a partir de su trabajo en la cuenca, entre ellos el Antonio Caso otorgado por el INAH, y estudiantes obtuvieron becas para realizar postgrados en Francia. Fruto del proyecto han sido 2 libros, múltiples artículos y participaciones en Congresos (source INAH - Sala de Prensa).
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