La riqueza de materiales arrojados como parte del Proyecto Arqueológico El Cajón, brinda la oportunidad de ampliar las investigaciones sobre el occidente de México, ya que después de la temporada correspondiente al trabajo de campo, ya concluida, iniciarán los estudios de gabinete con la participación de diferentes especialistas, puntualizó (source INAH - Sala de Prensa).
Tuesday, July 31, 2007
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 47: Exhibit - "Between Sacred Rivers and Mountains" in the Museo Regional de Nayarit
Today, July 31, 2007, the section Sala de Prensa of the Instituto Nacional de Antropologia e Historia website provides a report on the exhibit "Between Sacred Rivers and Mountains," since July 16 shown at the Museo Regional de Nayarit. In October the exhibit moves to the Museo del Templo Mayor in Mexico DF. The exhibit showcases 168 archaeological objects as well as the reconstruction of two shaft tombs (edited by AMaNU):
El Museo Regional de Nayarit recibe la exposición itinerante "Entre ríos y montañas sagradas" - La exposición itinerante Entre ríos y montañas sagradas, que recrea el pensamiento cosmogónico del occidente de México, se exhibe en el Museo Regional de Nayarit desde el pasado 16 de julio, luego de su presentación en el Museo del Templo Mayor de la ciudad de México, de octubre de 2006 a enero de 2007.
En la muestra que permanecerá abierta hasta el mes de octubre, el visitante podrá apreciar 168 piezas arqueológicas entre esculturas de barro, vasijas de ese mismo material, así como objetos suntuarios de concha y esculturas de piedra. Los objetos que se exhiben provienen de los sitios El Tepetate, El Ciruelo, La Playa, Paso de San Juan y Lagunitas, lugares distribuidos en un área de aproximadamente 65 kilómetros cuadrados en la zona sureste y serrana de la citada entidad; son resultado del trabajo de investigación del Proyecto Arqueológico El Cajón, dirigido por Raúl Rivera.
Este proyecto surge de la colaboración establecida entre el INAH y la Comisión Federal de Electricidad, en particular mediante el Proyecto Hidroeléctrico El Cajón, a través del cual se localizaron y registraron 72 sitios arqueológicos que dan cuenta de presencia humana de 2,200 años de antigüedad. El área de estudio forma parte de un cañón sobre el Río Grande de Santiago, que abarca 3,982 hectáreas entre los municipios de Santa María del Oro, Jala, La Yesca e Ixtlán del Río, en Nayarit, así como parte del municipio de Hostotipaquillo, Jalisco. Uno de los principales atractivos de la exposición es la reconstrucción a escala de dos tumbas de tiro del sitio La Playa, ubicado en la margen derecha del Río Grande de Santiago, apuntó Raúl Rivera al recordar que ésta es la primera vez que se excavan a nivel arqueológico este tipo de estructuras en las riberas de dicho cauce.
Cabe destacar que en el sitio La Playa se excavaron 28 tumbas de tiro y algunas de fosa. Las tumbas de tiro son pozos verticales a nivel del suelo, cuya superficie puede ser circular o cuadrada, y poseen una profundidad relativa de entre 1.5 y 16 metros. Una de las tumbas recreadas en la muestra presenta en su interior el entierro de un individuo colocado en posición decúbito dorsal extendido, ataviado con un collar y pulseras de concha. En la otra se identificaron cinco individuos, al parecer depositados en dos momentos diferentes. Cuatro de estos esqueletos corresponden a personas adultas: tres varones y una mujer, en tanto que los restos del quinto pertenecen a un infante de aproximadamente cuatro años de edad.
Raúl Rivera comentó que los esqueletos encontrados en dichas tumbas tenían colocados a su alrededor un rico ajuar funerario, el cual refiere el complejo pensamiento cosmogónico de estas sociedades. La disposición en el ajuar de figurillas de guerreros, mujeres y siameses, así como de los utensilios que ocupara el difunto en vida, arrojan información valiosa para comprender su posición social y la vida cotidiana de estos grupos". Rivera explicó que los materiales más antiguos detectados a través del Proyecto Arqueológico El Cajón corresponden a la Tradición de Tumbas de Tiro, que cronológicamente se ubica hacia el Formativo Terminal y Clásico Temprano, secuencia que va del 200 a.C. al 600 d.C.
El arqueólogo agregó que la ocupación humana de los 72 sitios registrados va más allá de la Tradición de Tumbas de Tiro, y algunos de estos lugares muestran continuidad hacia el Posclásico Temprano, Medio y Tardío (del 900 al 1530). Por otra parte, el estudio de los materiales cerámicos y líticos recuperados muestra la relación comercial y cultural que existió en la época prehispánica entre ésta área con otras regiones de la sierra y el altiplano nayarita, así como con culturas de Zacatecas, Durango y el sur de Estados Unidos.
La riqueza de materiales arrojados como parte del Proyecto Arqueológico El Cajón, brinda la oportunidad de ampliar las investigaciones sobre el occidente de México, ya que después de la temporada correspondiente al trabajo de campo, ya concluida, iniciarán los estudios de gabinete con la participación de diferentes especialistas, puntualizó (source INAH - Sala de Prensa).
La riqueza de materiales arrojados como parte del Proyecto Arqueológico El Cajón, brinda la oportunidad de ampliar las investigaciones sobre el occidente de México, ya que después de la temporada correspondiente al trabajo de campo, ya concluida, iniciarán los estudios de gabinete con la participación de diferentes especialistas, puntualizó (source INAH - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 46: Apan, Hidalgo - More on the Recent Discovery of a Mexica Settlement
Today, Tuesday July 31, 2007, the online edition of the Mexican daily newspaper La Cronica de Hoy provided a short additional notice on the recent discovery of a Mexica settlement near the town of Apan, Hidalgo (edited by AMaNU):
Importante hallazgo arqueológico en Hidalgo - Un importante hallazgo arqueológico Mexica perteneciente al periodo del posclásico tardío, que data de 1350 a 1521; fue encontrado durante la construcción de casas del fraccionamiento INFONAVIT en Apan, Hidalgo. Los once entierros que hasta hoy han sido localizados serán trasladados al Museo Nacional de Antropología e Historia para su estudio, los cuales incluyen huesos humanos quemados, restos de vasijas, puntas de lanza y navajas de obsidiana; elementos que probablemente forman parte de una ofrenda, de donde se desprende la idea de que el sitio podría haber sido un importante centro ceremonial; de acuerdo a la arqueóloga Maria Islas, encargada de las excavaciones y rescate del hallazgo (Notimex; source La Cronica de Hoy).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 45: Apan, Hidalgo - Discovery of a Mexica Settlement
Saturday, July 28, 2007, the online version of the Mexican daily newspaper La Cronica de Hoy reported on the recent discovery of a Mexica settlement dating to the period AD 1350-1521 near the town of Apan, Hidalgo. Several Mexica vestiges were uncovered, including ten burials (edited by AMaNU):
Descubren asentamiento mexica en Apan, Hidalgo - La delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Hidalgo dio a conocer hoy el descubrimiento de un asentamiento mexica en la región de Apan, en la que fueron hallados al menos 10 entierros y vestigios.
Sergio Antonio Camarena Villaseñor, delegado de INAH en la entidad, quien ofreció una conferencia de prensa en el municipio de Apan para dar a conocer este descubrimiento, dijo que cerca de la colonia San Miguel Arco fueron encontrados al menos los restos de 10 personas. El funcionario federal mencionó que podría tratarse de un asentamiento prehispánico del periodo posclásico tardío, de entre 1350 y 1521, sin embargo, dijo, serán las investigaciones que se realizan las que confirmen esta hipótesis. Por su parte, la arqueóloga Guadalupe Islas Monter calificó el descubrimiento como el más importante de los últimos años para los estudiosos de la cultura mexica, luego de señalar que en el lugar podrían existir más entierros.
Agregó que los 10 entierros fueron hallados en un cerro de la cabecera municipal, en el que existen petrograbados y objetos de las antiguas culturas que habitaron la región de los Llanos de Apan. Adelantó que por el número de entierros hallados hasta el momento, bien podría tratarse de un cementerio, sepulturas masivas por alguna epidemia o un centro de sacrificio. En el lugar también fueron encontrados objetos como navajas de obsidiana verde, alfarería con el color rojo, entre otros objetos, lo que, mencionó, dan la certeza de que se trata de un asentamiento mexica (Notimex de Pachuca; source La Cronica de Hoy).
Monday, July 30, 2007
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 44: Ixcateopan, Guerrero - Myth and History Surrounding the Resting Place of the Last Aztec Tlahtoani, Cuauhtémoc
On Monday July 30, 2007, the Consejo Nacional para la Cultura y las Artes posted on their website in the section Sala de Prensa a report on the Templo de Nuestra Señora de la Asunción de Ixcateopan, in the town of the same name in Guerrero, and the myth and history surrounding the famed resting place of the last Aztec tlahtoani named Cuauhtémoc. The town was originally named Zompancuahuithli, but after the arrival of the remains of Cuauhtémoc in 1529, the name of the town was changed into Ixcateopan de Cuauhtémoc. The name of the town of Ixcateopan is colloquially paraphrased as "aquí está tu señor de mucho respeto" (edited by AMaNU):
En Ixcateopan aún está fresca y viva la memoria de Cuauhtémoc, el último tlatoani azteca - Mucho más que un museo dedicado a Cuauhtémoc, el Templo de Nuestra Señora de la Asunción de Ixcateopan es un santuario cívico en el que no faltan ingredientes religiosos, míticos y aun esotéricos, pues el último tlatoani azteca es desde 1521 un símbolo de identidad etnocultural, nacionalismo y resistencia que convoca a devotos indígenas de México y de otras naciones de América, incluidas Estados Unidos y Canadá, así como a danzantes, turistas, estudiantes y personalidades académicas.
Al margen del viejo debate científico sobre la fidelidad de los restos del Joven Abuelo que se exhiben en lo que fue el altar mayor de la Iglesia de la Asunción, el museo de Ixcateopan es visitado por arqueólogos, antropólogos e historiadores. “Una buena parte de los investigadores del Proyecto de Etnografía de las Regiones Indígenas que en los últimos dos años hicieron su reunión anual en Taxco, visitó el recinto con la misma intención anímica que mueve a cualquier persona que desea conocer el lugar donde nació Cuauhtémoc y donde se preservan sus restos”, comentó un antropólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia. “Ante el valor histórico, cultural y político de la figura de Cuauhtémoc, el que dichos restos sean o no del último emperador azteca carece de importancia, como ocurre con los seres míticos, cuya función social es valiosa para la identidad cultural y la cohesión comunitarias”, dijo el mismo investigador, quien comparó este caso con el debate historicista que también existe con respecto a la gesta de los Niños Héroes de Chapultepec frente a la invasión estadunidense de 1846-1848.
En Ixcateopan, ubicado a 40 kilómetros al noreste de Taxco, ninguna de estas disquisiciones afloran ante el paisaje austero y silencioso de la sierra norte de Guerrero. El pueblo tiene la misma arquitectura colonial de la ciudad platera, pero está menos conservada y en sus construcciones, incluido el empedrado de las calles y los tecorrales, resalta el uso de mármol sin debastar ni pulir porque aquí no hay otro tipo de piedras. Las dos fechas más concurridas del santoral del Joven Abuelo en Ixcateopan son el 23 de febrero, día de su nacimiento, y el 28 de febrero, cuando fue ahorcado por órdenes del conquistador Hernán Cortés en Teotila, en Izancanac, reino de Acalan, Chiapas. La primera fecha corresponde a 1501 y la segunda a 1525. Su asesinato ocurrió mientras Cortés viajaba a Las Hibueras (Honduras) para someter a Cristóbal de Olid que se había alzado con la tierra.
“El día de su nacimiento vienen muchos grupos de danza. Algunos proceden de Estados Unidos, Canadá y América del Sur. Le ponen ofrendas, le bailan y cantan en distintas lenguas”, dijo la señora Martha Alquisiras, encargada de la iglesia convertida en museo, quien estima en seis el número de personas que la visita en días normales, pese a las dificultades de transportación que existen de Taxco a Ixcateopan. Las ofrendas que se colocan al pie de la urna de cristal donde se halla la osamenta de Cuauhtémoc son candelas, fruta, comida, pan, mezcal y flores de tierra. Éstas consisten en alfombras con figuras simbólicas hechas con arena de distintos colores. En fecha reciente un grupo de danzantes chicanos dejó una flor de cuatro pétalos que representa los cuatro puntos cardinales y a los dioses Huitzilopochtli, Quetzalcóatl, Tezcatlipoca Negro y Tezcatlipoca Rojo.
En el corazón de la flor está la figura de Cuauhtémoc, simbolizada por un águila en descenso. “Es un águila en picada y al ataque, no en caída. Describe la ruta del sol del mediodía al atardecer. Esto es lo que significa el nombre Cuauhtémoc, no águila que cae”, explicó Jairo Rodríguez, cronista de Ixcateopan, custodio de la iglesia-museo durante 19 años y autor de un folleto que reseña el descubrimiento de los restos del tlatoani en 1949. En el libro Cuauhtémoc se detalla la ascendencia real del último emperador azteca, que fue hijo del príncipe Ahuízotl, heredero a su vez del octavo tlaoani de México del mismo nombre, y de la princesa Cuayautitali, hija del señor de Zompancuahli o Ixcateopan. Ésta había nacido del matrimonio de una princesa chontal de la región con un príncipe de Texcoco, impuesto años antes por el emperador azteca que se apoderó del territorio de la chontalpa guerrerense. Cuauhtémoc vivió de niño y adolescente en esta población hasta que fue enviado a México-Tenochtitlán para instruirse en el calmécac. Muy pronto destacó como guerrero, hombre sabio y alcanzó la investidura religiosa que requerían los príncipes con posibilidades de asunción real. Estos atributos y su noble ascendencia lo convirtieron en sucesor del trono azteca a la muerte del tlatoani Cuitláhuac en 1521. Su muerte se debió a un supuesto malentendido de Cortés el martes de Carnaval de 1525. Apoyado en el cronista Bernal Díaz del Castillo y en fray Toribio de Benavente Motolínea, Jairo Rodríguez recuerda que Cortés mandó ahorcar a Cuauhtémoc y a los reyes de Texcoco y Tacuba, Coanacoch y Tetlepanquetzalli, después de que un espía indígena del capitán español los había escuchado hablar de deshacerse de éste y su pequeño grupo de soldados peninsulares mediante la rebelión de los tres mil guerreros prehispánicos que había en el reino de Acalan.
La ejecución de los tres ex jefes de estado del Valle de México y seis personas más, entre ellas el fraile Juan de Tecto, quien se opuso al asesinato, ocurrió a las tres de la madrugada del día siguiente en una ceiba o un pochote. El cadáver de Cuauhtémoc fue decapitado y la cabeza lanzada a un río, después de haber permanecido 13 días colgado en el susodicho árbol. Quien rescató y llevó a Ixcateopan los restos fue Tzilacatzin, uno de los 30 guerreros mexicas que servían al tlatoani en aquel viaje.
Los despojos de Cuauhtémoc y fray Juan de Tecto fueron sepultados en un lugar del teocali principal de Ixcateopan, luego exhumados y vueltos a inhumar bajo el altar mayor de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en 1529 por Motolínea, quien había llegado a evangelizar esa región y se había enterado de la existencia de la tumba del último emperador azteca en ese sitio. El propio Benavente y fray Bernardino de Sahagún escribieron algunos textos acerca de este asunto secreto. Estos textos estuvieron guardados en la Iglesia de San Hipólito, de la ciudad de México, y por alguna razón cayeron en manos de uno de los ascendientes de la familia de Salvador Rodríguez Juárez, médico de Ixcateopan y padre de don Jairo Rodríguez. En 1949 se reveló su contenido al cura local, quien en sermón hizo público la existencia de la tumba de Cuauhtémoc en el interior del templo católico.
“Una vez conocido el secreto, mi padre solicitó la investigación arqueológica que ordenó el ex presidente Miguel Alemán al director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Alfonso Caso y éste dispuso que las excavaciones las realizara la señorita Eulalia Guzmán. Ésta tardó siete meses en localizar los restos, de febrero a julio de 1949. Fue así como recuperamos este tesoro de la memoria histórica de México”, finalizó don Jairo Rodríguez (written by Ángel Trejo; source CONACULTA - Sala de Prensa).
If you are interested to visit the town of Ixcateopan, it is located about 36 km. west of Taxco (or circa 75 km. south of Mexico DF) by way of the interstate. On February 23 the birthday of Cuauhtémoc is celebrated.
Thursday, July 26, 2007
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 43: Mexico DF - More than 200 Archaeological Sites Below the City
On Wednesday July 25, 2007, the online edition of the Mexican daily newspaper El Universal reported on a recent systematic study carried out at the Universidad Nacional Autonoma de Mexico which shows that more than 200 archaeological sites are hidden below the city of Mexico (edited by AMaNU):
Hay más de 200 ruinas arqueológicas bajo la Ciudad de México: UNAM - Unos 200 sitios arqueológicos están aún bajo el suelo de la Ciudad de México, y aunque sólo se advierten estructuras que muestran cómo fue el centro administrativo y religioso de la capital toda la metrópoli está oculta, afirmó el especialista de la UNAM Luis Barba Pingaron.
El integrante del Laboratorio de Prospección Arqueológica del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) explicó que en este espacio se hace el estudio sistemático de estas edificaciones, cuyo propósito es generar un inventario para planear acciones dentro de una urbe en donde múltiples aspectos son difíciles de observar. Expuso que por primera vez se ofrece una idea clara de la distribución de los asentamientos prehispánicos que, a la luz de la información proporcionada por la aplicación de técnicas geofísicas recientes, coincide en muchos casos con los desniveles encontrados en los barrios y colonias tradicionales de la capital.
Se trata, detalló en un comunicado, de un grupo de procedimientos encaminados a observar lo que hay debajo, y con base en fenómenos físicos recuperar esa información y dar una idea cada vez más exacta de lo enterrado sin excavación. Indicó que el establecimiento de novedosas metodologías ayuda a revelar la ubicación exacta de las disposiciones que formaron parte de la traza citadina a la llegada de los españoles y, a la postre, proporcionan elementos de evaluación para detectar construcciones en el subsuelo y, en consecuencia, evitar su pérdida.
Este tipo de información debe ser valorada, toda vez que los planes de desarrollo deben prever la presencia de estos restos. "Toda ciudad debe disponer de un mapa que señale la localización de estructuras arqueológicas, porque en el momento de introducir drenaje o Metro puede afectarse algún vestigio", apuntó. Debe entenderse que muchas de las intervenciones, por efecto del comportamiento del terreno y las edificaciones en superficie, en el mejor de los casos serán un paliativo temporal, pero distarán de ofrecer una solución de largo plazo, sostuvo.
Barba Pingaron, experto en geología arqueológica, refirió también que los nuevos métodos ayudarán a revelar la locación exacta de asentamientos humanos de la antigüedad y permitirá comprender un poco más el funcionamiento en general de la urbe (source El Universal).
El integrante del Laboratorio de Prospección Arqueológica del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) explicó que en este espacio se hace el estudio sistemático de estas edificaciones, cuyo propósito es generar un inventario para planear acciones dentro de una urbe en donde múltiples aspectos son difíciles de observar. Expuso que por primera vez se ofrece una idea clara de la distribución de los asentamientos prehispánicos que, a la luz de la información proporcionada por la aplicación de técnicas geofísicas recientes, coincide en muchos casos con los desniveles encontrados en los barrios y colonias tradicionales de la capital.
Se trata, detalló en un comunicado, de un grupo de procedimientos encaminados a observar lo que hay debajo, y con base en fenómenos físicos recuperar esa información y dar una idea cada vez más exacta de lo enterrado sin excavación. Indicó que el establecimiento de novedosas metodologías ayuda a revelar la ubicación exacta de las disposiciones que formaron parte de la traza citadina a la llegada de los españoles y, a la postre, proporcionan elementos de evaluación para detectar construcciones en el subsuelo y, en consecuencia, evitar su pérdida.
Este tipo de información debe ser valorada, toda vez que los planes de desarrollo deben prever la presencia de estos restos. "Toda ciudad debe disponer de un mapa que señale la localización de estructuras arqueológicas, porque en el momento de introducir drenaje o Metro puede afectarse algún vestigio", apuntó. Debe entenderse que muchas de las intervenciones, por efecto del comportamiento del terreno y las edificaciones en superficie, en el mejor de los casos serán un paliativo temporal, pero distarán de ofrecer una solución de largo plazo, sostuvo.
Barba Pingaron, experto en geología arqueológica, refirió también que los nuevos métodos ayudarán a revelar la locación exacta de asentamientos humanos de la antigüedad y permitirá comprender un poco más el funcionamiento en general de la urbe (source El Universal).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 42: Exhibit - "Indigenous Grammars of the XVIth, XVII, and XVIIIth Centuries"
On Wednesday July 25, 2007, the online edition of the Mexican daily newspaper Milenio posted a report on the exhibit "Indigenous Grammars of the XVIth, XVIIth, and XVIIIth Centuries", shown at the Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec (edited by AMaNU):
Gramáticas indígenas en el Castillo de Chapultepec - A partir de 1540 se realiza la primera gramática indígena de la lengua náhuatl, que se publicó mucho antes de que se saliera a la luz la correspondiente a la lengua francesa; para su elaboración, explican los expertos, los misioneros se basaron en el modelo de Antonio de Nebrija, el autor de la gramática vulgar, castellana, incunable de 1492, que por cierto se exhibe en la exposición Paradigmas de la palabra. Gramáticas indígenas de los siglos XVI, XVII y XVIII, que abrirá hoy sus puertas en el Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec. La muestra, anunciada como la primera exposición internacional de la presente administración, pretende ofrecer una visión del conocimiento de los idiomas indígenas que se divulgaron en España y en América durante la Colonia.
Mercedes Suárez, curadora de la exposición intentó en este montaje llevar al espectador por un recorrido histórico sobre el entendimiento y valoración de las lenguas indígenas. De ahí que en la sala de exposiciones el visitante se transporta al pasado, donde obtiene datos clave de la historia, como el hecho de que en 1533 se instruyó a Fray Andrés de Olmos para que sacase “un libro de las antigüedades de estos naturales indios, en especial de México”; a partir de entonces se multiplicaron los vocabularios y otros manuales en lenguas indígenas y caracteres latinos. “Es evidente que sin la aportación de los propios indígenas, criollos y mestizos, los lingüistas nunca habrían podido alcanzar sus objetivos”, así lo cuenta Fray Jerónimo de Mendieta.
En 1573, Felipe II decretó mediante Cédula Real que era conveniente respetar la lengua natural de los indios, incluso en 1580 dispuso que se estableciesen cátedras de las lenguas generales quechua y náhuatl. “Ésta fue la postura de la corona hasta Carlos III, quien en 1782 intentó imponer el español como instrumento neocultural, comercial y administrativo; el monarca ilustrado llegó a ordenar que se extingan los diferentes idiomas y sólo se hable el castellano”, apuntó Mercedes Suárez. Por su parte, el director del INAH, Alfonso de Maria y Campos, destacó que “debemos celebrar una exposición de tan alta calidad, que no solamente recupera el valor de nuestras lenguas indígenas, sino también la herencia, ya que este encuentro de civilizaciones logra fijar las gramáticas de las lenguas y las hereda para la posteridad” (written by Leticia Sánchez; source Milenio).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 41: Tokio, Japan - Exhibit on Aztecs, Mayas, and Incas Opens
On Saturday July 14, 2007, two of the Mexican daily newspapers, El Universal and Milenio, reported on the exhibit that opens in Tokio and which shows over 200 archaeological objects from the Aztec, Maya, and Inca cultures:
Aztecas, mayas e incas van a Japón - La primera exposición conjunta en Japón de las culturas azteca, inca y maya abrió ayer sus puertas en Tokio con una selección de más de 200 piezas arqueológicas y el objetivo de dar a conocer en el país oriental las culturas precolombinas.
Esta iniciativa común de México, Perú y Guatemala, bajo el nombre El mundo de los mayas, aztecas e incas, permanecerá en el Museo Nacional de Ciencia y Naturaleza de Japón más de dos meses y será visitada por unas 600 mil personas, según los cálculos de la organización, para después desplazarse a las ciudades niponas de Kobe y Osaka.
La muestra tiene un claro carácter didáctico y la selección de obras de arte y restos arqueológicos, con vasijas rituales, piezas de orfebrería, estatuas de piedra con figuras de dioses y guerreros, y momias, se completa con una serie de paneles explicativos sobre historia y cultura, varios gráficos, maquetas a escala de algunos de los templos más representativos y varios documentales.
La exposición, que ha contado con el apoyo y respaldo de varias empresas niponas y de la Universidad de Tokai, permanecerá en total más de un año en Japón. En el acto inaugural, al que acudieron varios cientos de personas, estuvieron presentes, entre otros, el embajador de México en Japón, Miguel Luis Cabañas, el embajador de Guatemala en Japón, Arturo Duarte, así como los responsables nipones de la muestra y varios especialistas en arte de los países participantes, entre otros (EFE; source El Universal).
Esta iniciativa común de México, Perú y Guatemala, bajo el nombre El mundo de los mayas, aztecas e incas, permanecerá en el Museo Nacional de Ciencia y Naturaleza de Japón más de dos meses y será visitada por unas 600 mil personas, según los cálculos de la organización, para después desplazarse a las ciudades niponas de Kobe y Osaka.
La muestra tiene un claro carácter didáctico y la selección de obras de arte y restos arqueológicos, con vasijas rituales, piezas de orfebrería, estatuas de piedra con figuras de dioses y guerreros, y momias, se completa con una serie de paneles explicativos sobre historia y cultura, varios gráficos, maquetas a escala de algunos de los templos más representativos y varios documentales.
La exposición, que ha contado con el apoyo y respaldo de varias empresas niponas y de la Universidad de Tokai, permanecerá en total más de un año en Japón. En el acto inaugural, al que acudieron varios cientos de personas, estuvieron presentes, entre otros, el embajador de México en Japón, Miguel Luis Cabañas, el embajador de Guatemala en Japón, Arturo Duarte, así como los responsables nipones de la muestra y varios especialistas en arte de los países participantes, entre otros (EFE; source El Universal).
En Japón, arte azteca, inca y maya - La primera exposición conjunta en Japón de las culturas azteca, inca y maya abrió ayer sus puertas en Tokio, con una selección de más de 200 piezas arqueológicas y el objetivo de dar a conocer en el país oriental las culturas precolombinas. Esta iniciativa común de México, Perú y Guatemala, bajo el nombre El mundo de los mayas, aztecas e incas, permanecerá en el Museo Nacional de Ciencia y Naturaleza de Japón más de dos meses y será visitada por unas 600 mil personas, según los cálculos de la organización, para después desplazarse a las ciudades de Kobe y Osaka.
La muestra tiene un claro carácter didáctico y la selección de obras de arte y restos arqueológicos, con vasijas rituales, piezas de orfebrería, estatuas de piedra con figuras de dioses y guerreros, y momias, se completa con una serie de paneles explicativos sobre historia y cultura, varios gráficos, maquetas a escala de algunos de los templos más representativos, y varios documentales. “Es muy grato pensar que de alguna forma somos un solo gran mundo,”, destacó Enrique Matheu, ministro de Cultura y Deportes de Guatemala, haciendo hincapié en lo que une a los tres países, “las formas comunes” que subyacen en “las manifestaciones culturales” de aztecas, incas y mayas.
El ministro guatemalteco añadió que le parecía interesante seguir colaborando con México y Perú en la difusión de sus expresiones artísticas y culturales comunes. En este sentido se pronunció también el responsable de cultura de la Embajada de México en Japón, Luis Ignacio Sáinz, que calificó de “gratificante” y de “feliz oportunidad” la posibilidad de mostrar en un mismo recinto “el patrimonio cultural común” de México, Perú y Guatemala. Por su parte, el embajador de Perú en Japón, Hugo Ernesto Palma, subrayó “la selección excepcional de piezas de las tres principales culturas precolombinas”, así como el “gran valor” de las obras de arte que acoge esta muestra. La exposición, que cuenta con el apoyo y respaldo de varias empresas niponas y de la Universidad de Tokio, permanecerá más de un año en Japón.
En el acto inaugural, al que acudieron varios cientos de personas, estuvieron también presentes el embajador de México en Japón, Miguel Luis Cabañas, el embajador de Guatemala en Japón, Arturo Duarte, así como los responsables nipones de la muestra y varios especialistas en arte de Guatemala, Perú y México, los tres países participantes (EFE; source Milenio).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 40: Upcoming Exhibit - "Isis and the Feathered Serpent" in Monterrey
On Friday July 13, 2007, the online edition of the Mexican daily newspaper Milenio posted a short report on the upcoming exhibit "Isis and the Feathered Serpent," which will be shown at the Nave Lewis del Parque Fundidora in Monterrey in September of 2007. On the exhibit some 300 archaeological pieces will be shown from various Mexican and Egyptian museums (edited by AMaNU):
Isis y Quetzalcóatl, muestra de dioses en el Fórum - Algunas de las piezas que integrarán la exposición “estrella” del Fórum Universal de las Culturas, Isis y la Serpiente Emplumada, que se exhibirá en la Nave Lewis del Parque Fundidora, han comenzado a llegar a Monterrey. El sábado pasado, la serpiente emplumada se adelantó a Isis, madre de todos los dioses, junto con algunos otros objetos representativos de la deidad prehispánica. El personal que participará en el montaje de esta muestra de dioses, consistirá en al menos 200 personas entre curadores, museógrafos, investigadores, iluminadores, vigilantes y carpinteros.
Respecto a la seguridad, el director de Isis y la Serpiente Emplumada, Miguel Ángel Fernández, señaló: “queremos ser muy herméticos respecto a la llegada de las piezas porque estamos hablando de grandes colecciones y aunque tenemos máxima seguridad, y bien planeada, no podemos decir cuándo exactamente llegan las piezas, más que nada por seguridad de la colección”.Para la realización de esta exposición colaboran una veintena de museos mexicanos y tres museos egipcios. En total serán más de 300 piezas provenientes de museos y de algunas zonas arqueológicas. Con esculturas de dioses, orfebrería, sarcófagos y fragmentos arquitectónicos se mostrarán las similitudes y diferencias de dos grandes civilizaciones, una proveniente del viejo continente y otra que floreció en el nuevo mundo.
“Vimos oportuno acercar dos civilizaciones: tenemos a Egipto y el México prehispánico por América, esto es novedoso porque las exposiciones arqueológicas casi siempre se mueven en su contexto; pretendemos hacer una aportación: qué hicieron los egipcios ante el paisaje, la ecología, el mundo que los rodeaba; igualmente, qué hizo Mesoamérica por la naturaleza, por su entorno; los presentamos por separado y las ponemos una frente a la otra para ver qué hicieron nuestro, porque en realidad es una sola humanidad”, señaló Miguel Ángel Fernández, investigador que también participó en la exposición Faraón. El culto al sol en el antiguo Egipto, que se presentó con gran éxito en el Museo Nacional de Antropología e Historia.En el catálogo de Isis y la Serpiente Emplumada se ofrece un registro de las investigaciones realizadas para esta muestra.
“En una exposición como ésta, donde el patrimonio es muy relevante, la museografía debe tratar de rescatar el contexto original; por eso abundan los taludes porque en el fondo Egipto y México son los países de las pirámides, pero al mismo tiempo la museografía de Isis evoca cierta sencillez, porque lo que tiene que hablar son las piezas. "La gama de colores es mínima, en el caso egipcio predominan los tonos que aluden a la tierra y en el mexicano los verdes, por las zonas selváticas”, comentó Fernández. La museografía, a cargo de José Enrique Lanz, incluirá tonos ocres y verdes; la curaduría de las piezas e investigaciones egipcias corresponde a Zahi Hawass y a Eduardo Matos.El montaje para una exhibición de este tipo implica un largo proceso, las piezas deben dejarse reposar para que se aclimaten al lugar, posteriormente en el desembalaje deben estar presentes los aseguradores de las piezas y las personas a cargo de los objetos para verificar que permanezcan en buen estado. Finalmente, las piezas son colocadas en sus vitrinas correspondientes. En el transcurso de julio llegarán las piezas prehispánicas y en agosto las egipcias.
Miguel Ángel Fernández concluyó diciendo que las piezas “están muy bien aseguradas. Un seguro como el que tenemos abarca todo lo que alguien se pueda imaginar. Los costos dependen del avalúo que haga cada país y cada museo y curador. No es un valor comercial, se basa en la relevancia que cada pieza tiene (written by Tania Gabriela Ortiz; source Milenio).
Wednesday, July 25, 2007
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 39: INAH Center, San Luis Potosí - Study of 436 Robbed and Recuperated Archaeological Objects
On Friday July 13, 2007, the Instituto Nacional de Antropologia e Historia posted a report on their website in the section Sala de Prensa on an upcoming research project on 436 robbed but recuperated archaeological objects from San Luis Potosí edited by AMaNU):
A estudio las 436 piezas prehispanicas robadas y recuperadas en San Luis Potosí - Las 436 piezas arqueológicas robadas y recuperadas el pasado domingo ocho de julio por agentes de Seguridad Pública del estado de San Luis Potosí, serán puestas a disposición del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la entidad “para conocer su temporalidad y lugar a los que corresponden”, informó Juan Manuel Frausto Franco, titular del INAH en San Luis Potosí. El funcionario precisó que tras la recuperación del material prehispánico, y a solicitud del Ministerio Público Federal, el secretario técnico del instituto, Rafael Pérez Miranda, lo instruyó para designar a la persona especializada en determinar la autenticidad y antigüedad de las piezas sustraídas ilegalmente de varias entidades del país.
Fue Guillermo Ahuja Ormaechea, arqueólogo del Centro INAH-San Luis Potosí, quien dictaminó que de los objetos localizados el pasado domingo en el municipio de Tamazunchale, y que de forma ilegal transportaban dos sujetos presuntamente para venderlas en el mercado negro, datan de entre el año 100 a. C., y el 1500 d. C. De acuerdo con el informe, alrededor del 90 por ciento de los objetos prehispánicos están completos y, el resto, son fragmentos que “hacen difícil determinar la antigüedad” o que corresponden a material “no identificable” con las técnicas utilizadas en el México prehispánico, “por lo que se descarta la posibilidad de que hayan sido realizadas en aquella época”.
El total de las piezas recuperadas, explicó Ahuja Ormaechea, se dividió en 66 lotes, de los cuales, del 1 al catorce “fue imposible determinar la antigüedad debido a que “son piezas que no se encuentran registradas en contextos arqueológicos” y que “carecen de carácter artesanal autentificado”. En tanto, el lote 16 corresponde a tres fósiles de molusco y posiblemente un caparazón de tortuga, considerados como “patrimonio paleontológico”. Los lotes 64, 65 y 66, corresponden a material no elaborado en la época prehispánica, mientras que el 15 y del 17 al 63, se identificaron como pertenecientes a las culturas prehispánicas que se asentaron en territorio nacional en la región huasteca, “por lo que se consideran objetos arqueológicos”.
Juan Manuel Frausto precisó que los vestigios arqueológicos recuperados formarán parte del proyecto Tamtoc para que los especialistas hagan un estudio comparativo con las piezas encontradas en ese sitio arqueológico. Guillermo Ahuja es el responsable de la investigación arqueológica de la Zona Arqueológica de Tamtoc –primera en abrir sus puertas al público en San Luis Potosí–, enclavada en pleno corazón de la Huasteca potosina, en el municipio de Tamuín y descubierta a finales de la década de 1930.
Si bien los estudios científicos en torno al sitio están en sus inicios, datos preliminares obtenidos de vasijas, figuras y otros vestigios, remontan su antigüedad cuando menos 1,150 años antes de nuestra era, por lo que Ahuja mantiene la hipótesis de que “podría ser de origen olmeca”. Las piezas recuperadas –dijo Frausto Franco–, posiblemente provienen del sur de Tamaulipas, del oriente y del sur de San Luis Potosí y, del norte de Veracruz e Hidalgo y, de acuerdo con las primeras indagaciones, pertenecen a las culturas tenek y nahuatl. Tras destacar la oportuna intervención policiaca, el director del Centro INAH San Luis Potosí, manifestó que el costo de las piezas robadas “no es tan importante” como el daño ocasionado al patrimonio cultural de los mexicanos, por lo que destacó que la institución continuará brindando el apoyo necesario a las autoridades policiacas federales (PGR) “para que se llegue a la cabeza de esta banda de traficantes”.
Cabe mencionar que los objetos recuperados de manos de los presuntos traficantes, Víctor Eduardo Cadena Vázquez y Alfredo Méndez Guillén, en su mayoría son figurillas que asemejan juguetes hechos en barro (source INAH - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 38: Jemez Springs, New Mexico - Ancient Gallina Massacre Discovered
On Thursday July 12, 2007, the web-based news service of National Geographic reported on the recent discovery of an ancient Gallina massacre at the rock shelter of Jemez Springs, New Mexico (edited by AMaNU):
Ancient Massacre Discovered in New Mexico: Was It Genocide? -Seven skeletons discovered in a remote New Mexico canyon were victims of a brutal massacre that may have been part of an ancient campaign of genocide, archaeologists say.
The victims—five adults, one child, and one infant—were members of an obscure native culture known as the Gallina, which occupied a small region of northwestern New Mexico around A.D. 1100. The culture suddenly vanished around 1275, as the last of its members either left the region or were "wiped out," archaeologists say. The newfound skeletons could provide crucial clues to the people's mysterious fate, since scarcely more than a hundred Gallina remains have ever been found, said Tony Largaespada, an archaeologist with the U.S. Forest Service who made the discovery in 2005.
"Almost all of [the Gallina ever found] were murdered," he said. "[Someone] was just killing them, case after case, every single time." Greg Nelson, a physical anthropologist at the University of Oregon, studied the newly unearthed skeletons and said they paint a macabre picture of violence inflicted on both sexes and all age groups. "It's pretty obvious that they were killed—they're people who were wiped out," he said.
One skeleton was found with a fractured skull, forearm, jaw, thighbone, pelvis, and several broken ribs, Nelson said. Another bore cut marks on the upper arm that suggest blows from an ax. The child, about two years old, had had its skull crushed. The findings are grimly consistent with previous reports from other Gallina sites, the pair said. But the new skeletons offer tantalizing signs of how unique the culture may have been.
In particular, the skulls of two of the victims have an "unusual" flattened shape that has never been seen before in the Southwest, the experts said. Such signs of a distinctive culture may help explain why the group was so plagued by violent conflicts with neighboring groups. But the scientists stress that their research is ongoing, and the ancient murders remain unsolved for now. "We just don't know right now," Nelson said. "The evidence indicates that somebody was going through and killing them. Why and to what extent? We're not sure."
The victims—five adults, one child, and one infant—were members of an obscure native culture known as the Gallina, which occupied a small region of northwestern New Mexico around A.D. 1100. The culture suddenly vanished around 1275, as the last of its members either left the region or were "wiped out," archaeologists say. The newfound skeletons could provide crucial clues to the people's mysterious fate, since scarcely more than a hundred Gallina remains have ever been found, said Tony Largaespada, an archaeologist with the U.S. Forest Service who made the discovery in 2005.
"Almost all of [the Gallina ever found] were murdered," he said. "[Someone] was just killing them, case after case, every single time." Greg Nelson, a physical anthropologist at the University of Oregon, studied the newly unearthed skeletons and said they paint a macabre picture of violence inflicted on both sexes and all age groups. "It's pretty obvious that they were killed—they're people who were wiped out," he said.
One skeleton was found with a fractured skull, forearm, jaw, thighbone, pelvis, and several broken ribs, Nelson said. Another bore cut marks on the upper arm that suggest blows from an ax. The child, about two years old, had had its skull crushed. The findings are grimly consistent with previous reports from other Gallina sites, the pair said. But the new skeletons offer tantalizing signs of how unique the culture may have been.
In particular, the skulls of two of the victims have an "unusual" flattened shape that has never been seen before in the Southwest, the experts said. Such signs of a distinctive culture may help explain why the group was so plagued by violent conflicts with neighboring groups. But the scientists stress that their research is ongoing, and the ancient murders remain unsolved for now. "We just don't know right now," Nelson said. "The evidence indicates that somebody was going through and killing them. Why and to what extent? We're not sure."
Among the other peculiarities of the murder scene is the arrangement of two of the bodies, the scientists said. The victims, an adult male and female, were found face down and doubled over, their heads snapped back so far that their skulls rested between their shoulder blades. The bodies may have been deliberately posed, or the victims may have been crouching in defense when their necks were broken, Nelson noted.
But none of the seven dead appears to have been buried, suggesting that the group was struck by a swift attack. "Normally when you bury people, you extend them, you flex them, you do these kinds of things—you don't bury them on their knees with their heads snapped back," he said. "So right away you know something screwy is going on." Other evidence includes what appear to be the ruins of a burned pit house, or dugout dwelling, nearby.
"Why these [victims] were outside the house is kind of a mystery," Largaespada said. "Usually [attackers] threw [Gallina victims] in their houses and burned the houses on top of them. That's the case with 90 percent of them. "But in this particular case they were thrown in a pile outside the house. … More than likely there are others [nearby]." Largaespada discovered the grisly scene in October 2005 when he and a team were reburying a Gallina skeleton that had been in storage at his Forest Service office in the town of Jemez Springs.
When he arrived at the site where the bones were originally excavated, he saw evidence of other bodies eroding out of the road bank. "So we set up our unit and [dug] down, and the first thing we saw was two skulls. Then it was three individuals. Then we found the baby. And it just kept multiplying from there." Summer rains in May 2006 ended the dig, which the Forest Service had authorized as a small-scale emergency excavation.
Largaespada and Nelson are awaiting funding to continue their investigation of the site, as well as other unexcavated Gallina ruins nearby, which they say are probably plentiful along the rocky ridges of northern New Mexico. "I bet there's a house on every one of these peaks around here," Largaespada said.
Was It Genocide? - Traces of the Gallina culture were first discovered in the 1930s by archaeologists working just a few miles from the newfound massacre site. Scientists at the time described excavating a 25-foot-tall (7.6-meter-tall) circular stone tower that held the remains of 16 people, all of whom bore signs of gruesome deaths.
Since then several Gallina sites have been excavated, but scholarship on the culture's origins and demise have been limited, Nelson noted. "Because not much has been done for a long time, it's almost like a whole debate should be renewed—where they came from, what happened to them," he said. The duo reported their discovery this spring at meetings of the American Association of Physical Anthropologists and the Paleopathology Association.
In their study, they write that the culture's disappearance was "possibly the result of genocide," reflecting the prevailing theory of the Gallina's demise, they said. But whether the Gallina were the victims of true genocide—the extermination of one ethnic group by another—is a matter of debate, the scientists said. "It could've been internecine—it could've been within the Gallina," Nelson said.
A crucial factor, he explained, is the severe drought that struck the Southwest soon after the culture's appearance around A.D. 1100. "Beginning in 1100, 1150, you start getting real drought conditions, and the water table starts dropping. That means you're not able to grow as much corn. So there's a chance that this is [a sign of] intervillage resource-stress problems." This "megadrought" is also known to have spurred mass migrations throughout the region, including the abandonment of massive settlements built by the Anasazi, such as the sophisticated pueblos at Chaco Canyon, New Mexico.
With such dire competition for water and land, the Gallina may have been particularly vulnerable if they were seen as outsiders with their own, isolated culture, the researchers speculated. "Look at it from this perspective," Nelson said. "If you live in the area, you're growing your corn, and new people come in. "Then the environment goes down the tubes. Let's blame the new people. We don't know you. Maybe you speak a different dialect. And we can't grow our corn anymore. You must be witches, so we're just going to kill you."
Mystery of Deformed Skulls - Heather Edgar is a curator at Albuquerque's Maxwell Museum of Anthropology who has inspected the newfound skeletons. She says perhaps the most distinct clues revealed by the new discovery are the two deformed skulls that Nelson first observed. "It's not just him that sees [the deformation]," she said. "It's there."
The skulls are flattened on the back, just below the crown, Nelson explained. The deformation must have occurred during infancy, when the victims' skull bones were soft and malleable. Both Nelson and Edgar said it's too soon to determine whether the deformations were intentional or merely the result of cradleboarding, the practice of carrying babies on boards strapped to mothers' backs.
"I could think of ways it could have been accidentally made, and I could think of ways it could have been purposely made, but the flattening is there," she said. Edgar added that the duo's ongoing investigation of the massacre may provide the evidence needed to finally solve the mystery of the Gallina. "I think the Gallina are an important point in the history of the area," she said. "Where did they come from, and where did they go?"
"Did [the Gallina] contribute to a population that's alive today, and we just aren't aware of that? Or did they just move to another region? And there are theories out there that they were all massacred. "Maybe the work they're doing can help figure that out" (source National Geographic).
But none of the seven dead appears to have been buried, suggesting that the group was struck by a swift attack. "Normally when you bury people, you extend them, you flex them, you do these kinds of things—you don't bury them on their knees with their heads snapped back," he said. "So right away you know something screwy is going on." Other evidence includes what appear to be the ruins of a burned pit house, or dugout dwelling, nearby.
"Why these [victims] were outside the house is kind of a mystery," Largaespada said. "Usually [attackers] threw [Gallina victims] in their houses and burned the houses on top of them. That's the case with 90 percent of them. "But in this particular case they were thrown in a pile outside the house. … More than likely there are others [nearby]." Largaespada discovered the grisly scene in October 2005 when he and a team were reburying a Gallina skeleton that had been in storage at his Forest Service office in the town of Jemez Springs.
When he arrived at the site where the bones were originally excavated, he saw evidence of other bodies eroding out of the road bank. "So we set up our unit and [dug] down, and the first thing we saw was two skulls. Then it was three individuals. Then we found the baby. And it just kept multiplying from there." Summer rains in May 2006 ended the dig, which the Forest Service had authorized as a small-scale emergency excavation.
Largaespada and Nelson are awaiting funding to continue their investigation of the site, as well as other unexcavated Gallina ruins nearby, which they say are probably plentiful along the rocky ridges of northern New Mexico. "I bet there's a house on every one of these peaks around here," Largaespada said.
Was It Genocide? - Traces of the Gallina culture were first discovered in the 1930s by archaeologists working just a few miles from the newfound massacre site. Scientists at the time described excavating a 25-foot-tall (7.6-meter-tall) circular stone tower that held the remains of 16 people, all of whom bore signs of gruesome deaths.
Since then several Gallina sites have been excavated, but scholarship on the culture's origins and demise have been limited, Nelson noted. "Because not much has been done for a long time, it's almost like a whole debate should be renewed—where they came from, what happened to them," he said. The duo reported their discovery this spring at meetings of the American Association of Physical Anthropologists and the Paleopathology Association.
In their study, they write that the culture's disappearance was "possibly the result of genocide," reflecting the prevailing theory of the Gallina's demise, they said. But whether the Gallina were the victims of true genocide—the extermination of one ethnic group by another—is a matter of debate, the scientists said. "It could've been internecine—it could've been within the Gallina," Nelson said.
A crucial factor, he explained, is the severe drought that struck the Southwest soon after the culture's appearance around A.D. 1100. "Beginning in 1100, 1150, you start getting real drought conditions, and the water table starts dropping. That means you're not able to grow as much corn. So there's a chance that this is [a sign of] intervillage resource-stress problems." This "megadrought" is also known to have spurred mass migrations throughout the region, including the abandonment of massive settlements built by the Anasazi, such as the sophisticated pueblos at Chaco Canyon, New Mexico.
With such dire competition for water and land, the Gallina may have been particularly vulnerable if they were seen as outsiders with their own, isolated culture, the researchers speculated. "Look at it from this perspective," Nelson said. "If you live in the area, you're growing your corn, and new people come in. "Then the environment goes down the tubes. Let's blame the new people. We don't know you. Maybe you speak a different dialect. And we can't grow our corn anymore. You must be witches, so we're just going to kill you."
Mystery of Deformed Skulls - Heather Edgar is a curator at Albuquerque's Maxwell Museum of Anthropology who has inspected the newfound skeletons. She says perhaps the most distinct clues revealed by the new discovery are the two deformed skulls that Nelson first observed. "It's not just him that sees [the deformation]," she said. "It's there."
The skulls are flattened on the back, just below the crown, Nelson explained. The deformation must have occurred during infancy, when the victims' skull bones were soft and malleable. Both Nelson and Edgar said it's too soon to determine whether the deformations were intentional or merely the result of cradleboarding, the practice of carrying babies on boards strapped to mothers' backs.
"I could think of ways it could have been accidentally made, and I could think of ways it could have been purposely made, but the flattening is there," she said. Edgar added that the duo's ongoing investigation of the massacre may provide the evidence needed to finally solve the mystery of the Gallina. "I think the Gallina are an important point in the history of the area," she said. "Where did they come from, and where did they go?"
"Did [the Gallina] contribute to a population that's alive today, and we just aren't aware of that? Or did they just move to another region? And there are theories out there that they were all massacred. "Maybe the work they're doing can help figure that out" (source National Geographic).
The original report contains several images as well as links to other images relative to the discovery of the ancient Gallina massacre.
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 37: Guila Naquitz Cave, Oaxaca - In Mexico Use of Chiles with Cooking over 1,500 Years Old
On Monday July 9, 2007, the online edition of the Mexican daily newspaper El Universal reported on recent research by Linda Perry of the Smithsonian Institute and Kent V. Flannery of the University of Michigan on the use of chiles in Prehispanic cooking already 1,500 years ago in the state of Oaxaca (edited by AMaNU):
Cocinaban mexicanos con chile desde hace más de mil 500 años - La comida mexicana, sabrosa y picante como se la conoce ahora, nació hace más de mil 500 años y es una de las más antiguas del mundo, reveló hoy un estudio publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Esa afirmación se basa en dos restos de plantas encontrados en dos cavernas del sur de México, estudiados por Linda Perry, una etnobotánica y arqueóloga del Instituto Smithsonian de Estados Unidos.
"Este análisis demuestra que los chiles y la comida mexicana han sido numerosos y complejos durante un largo período", señaló Perry, del Museo Nacional de Historia Natural, en Washington. Además, agregó, "revela la gran antigüedad de la comida mexicana, tal y como la conocemos hoy". Perry y Kent Flannery, de la Universidad de Michigan, estudiaron restos de plantas disecadas descubiertas en las cavernas Guilá Naquitz y Silvia, cerca de Mitla, en el valle de Oaxaca, en el sur mexicano.
En la caverna de Guilá Naquitz se han encontrado restos de plantas que datan de hace más de 10 mil años, cuando se comenzó a cultivar la calabaza en México. El estudio de Perry y Flannery se basa en el análisis de una capa en las cavernas cuyos restos datan de hace entre 500 y mil 500 años. Perry determinó que, según los restos encontrados en la caverna de Guila Naquitz, los habitantes de la zona cultivaban al menos siete tipos diferentes de chile. En la de Silvia, los científicos encontraron tres tipos de ese ingrediente que con los siglos se ha convertido en un sinónimo de la comida mexicana. "Lo interesante es que pudimos determinar que estaban usando chiles frescos y deshidratados", manifestó Perry.
"Esto demuestra que la antigua comida mexicana es tal como la de hoy. Usaban los chiles en salsas para una preparación inmediata o apelaban a los chiles secos para molerlos y convertirlos en salsas como el mole", señaló. Hace más de mil 500 años la región cercana a las cavernas albergaba a los zapotecas, un pueblo dedicado a la agricultura. "En los depósitos de las cavernas, hemos visto una excelente documentación de lo sofisticadas que eran la agricultura y la cocina", manifestó Perry. "Uno no cultiva diferentes tipos de chile a menos que esté cocinando un alimento muy interesante", agregó (EFE; source El Universal).
The article in Proceedings of the National Academy of Sciences is entitled "Precolumbian use of chili peppers in the Valley of Oaxaca, Mexico ", written by Linda Perry and Kent V. Flannery. From the PNAS website the abstract:
Excavations at Guilá Naquitz and Silvia's Cave, two dry rockshelters near Mitla, Oaxaca, Mexico, yielded the remains of 122 chili peppers dating to the period A.D. 600-1521. The chilies can be assigned to at least 10 cultivars, all belonging to the species Capsicum annuum or Capsicum frutescens. The specimens are well enough preserved to permit an evaluation of the criteria used to separate wild and domestic chilies and to distinguish among cultivated races. In addition, they provide the opportunity to assess the reliability of starch grains for documenting the presence of chilies in archaeological sites where no macrobotanical remains are preserved.
Abstract and link to the PDF of the publication can be found at the PNAS website).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 36: The Sigüenza Map - Proposal to be Renamed "The Painting of the Peregrination"
On Friday July 6, 2007, the Instituto Nacional de Antropologia e Historia posted a report on their website in the section Sala de Prensa on recent research on the so-called "Mapa de Sigüenza", to be renamed "La pintura de la peregrinación de los culhuaque-mexitin" as proposed by María Castañeda de la Paz in a publication of the same name (edited by AMaNU):
La antigua historia de la más conocida migración prehispánica - La bandera mexicana tiene una gran peculiaridad: reproduce la imagen icónica del águila devorando a una serpiente sobre una nopalera en un islote de un lago del Anáhuac. Esa representación, que se repite en monedas y billetes, en el escudo mexicano y en miles de otras fuentes, simboliza la fundación de la ciudad de Mexico-Tenochtitlan, en un momento alrededor de la no tan precisa fecha de 1325, cuando los mexicas hallaron en esa visión, la señal divina que buscaban para asentarse de modo definitivo y crear la que llegó a ser la urbe más esplendorosa del orbe.
Pero ese punto final es apenas la última etapa de la migración iniciada en Aztlán y que duró largos y tortuosos años. Aunque varias fuentes lo relatan, una de las más fascinantes y visualmente más ricas, se encuentra en el Mapa de Sigüenza o, como propone renombrarlo María Castañeda de la Paz –investigadora que por primera vez lo analiza a fondo en un libro–, La pintura de la peregrinación de los culhuaque-mexitin. La reproducción facsimilar de esta importante fuente pictográfica indígena, se publicó en La pintura de la peregrinación de los culhuaque-mexitin (Mapa de Sigüenza), análisis de un documento de origen tenochca que ha sido editado por el Colegio Mexiquense con apoyo del Instituto Mexiquense de Cultura, el Colegio de Michoacán y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en cuya Biblioteca Nacional se encuentra el original. El volumen, fue presentado la tarde del pasado martes 3 de julio en el Centro Cultural de España en México.
Édgar Alfonso Hernández, presidente del Colegio Mexiquense, advirtió que esa institución inició un programa de publicación de ediciones facsimilares de fuentes pictográficas indígenas provenientes del Estado de México, y se ha ampliado con la inclusión de códices de Michoacán y del centro del país. La doctora Ascensión Hernández de León Portilla, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM aseguró que el documento es una de las fuentes más importantes sobre la peregrinación de los mexicas, quienes lograron crear el imperio más extenso y representativo de Mesoamérica e incluso del continente americano entero.
Elaborado en el siglo XVI, como marco de registro del pueblo mesoamericano, advirtió, el mapa se comenzó en 1530 en varias lenguas y resulta un manantial inagotable para conocer la historia del Posclásico mexicano. Aunque existen otros documentos que narran esta migración, éste no se había estudiado si bien había sido muy citado y copiado. La autora, continuó Hernández de León Portilla, narra la historia de esas tres tiras de papel amate, que forman un gran cuadro pictográfico que perteneció a Carlos de Sigüenza y Góngora (de ahí el nombre que se le dio); que estuvo en Texcoco, en la casa de Fernando de Alva Ixtlilxochitl; que pasó por manos de Lorenzo Boturini, de Antonio de Soto y Gama y que fue copiado una docena de veces para intelectuales como Francisco Xavier Clavijero y Alexander von Humboldt, y que finalmente estuvo en posesión de José Fernando Ramírez cuyo hijo intentó vender el manuscrito, rescatado en 1904 por la Biblioteca Nacional de México.
El mapa, continuó la especialista, divide este recorrido en cuatro secciones que incluyen la salida de Aztlán; que narra la derrota en Chapultepec y la posterior división de los mexicas entre los que se adhirieron a los tecpanecas de Azcapotzalco y fundaron Mexico-Tlatelolco, y quienes radicaron a Culhuacán para posteriormente fundar Mexico-Tenochtitlan. La fundación de la ciudad finaliza el ciclo del relato.
Xavier Noguez, investigador del Colegio Mexiquense, advirtió que el análisis cuidadoso de un códice es un trabajo arduo y complejo, sólo comparable en dificultad con los heredados por la cultura maya. Federico Navarrete Linares, investigador de Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM calificó al libro como un bello ejercicio de erudición en una fuente conocida pero poco estudiada, el códice que narra la migración de los aztecas. Luego destacó la interesante dualidad entre los sitios de partida y llegada de los aztecas, pues tanto Aztlán –lugar de blancura– como Mexico-Tenochtitlan, se ubican en medio de un lago y frente a un lugar llamado Culhuacán. Esto llevó a la autora, advirtió Navarrete, a adherirse a la corriente de investigadores que aseguran que la ciudad originaria fue inventada a partir del lugar de residencia de los mexicas, interpretación con la que Alfredo Chavero y otros autores no concuerdan.
Julieta Gil Elorduy, directora de la Biblioteca Nacional del INAH, advirtió que además del Mapa de Sigüenza, ahí se preservan otros importantes documentos de fuentes indígenas pues es una de las instituciones fundadas en el siglo XIX mexicano –ésta por Lucas Alamán– que han sido muy importantes para la ciencia y la intelectualidad. De sus fondos, añadió, destaca especialmente el de cuatrocientos documentos pictográficos de primera mano, que han sido nombrados Memoria de la Humanidad por la UNESCO, todos los cuales han sido digitalizados junto con la UNAM, en un arduo y complicado trabajo que ya concluyó y que permite poner en manos de los investigadores esta gran acervo. En opinión de la funcionaria, lo más conveniente para resguardar este tipo de registros es, más que mantenerlos en una bóveda de seguridad, darlos a conocer a través de la digitalización y difundirlos.
Finalmente, María Castañeda de la Paz, de origen español e investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, con estudios en la Universidad de Sevilla y doctorada por la Universidad de Leiden en Holanda, afirmó que en el libro propuso que el tlacuilo o pintor que dibujó el mapa se equivocó al ubicar algunos sitios, como ubicar la Huasteca en tierra matlatzinca o en el sitio donde está Chicomostoc –el otro lugar de partida de los mexicas.
Pero hoy en día, ha cambiado de opinión, pues Aztlán y Chicomostoc pertenecen a dos tradiciones distintas, pero que en el siglo XVI fueron mezcladas, pues muchos indígenas no lograron captar la historia completa y seleccionaban unidades temáticas para representar pequeñas escenas. Todo ello, concluyó, se debe a que es muy difícil descifrar este tipo de documentos, porque representan una historia muy compleja y en este mapa en específico, mucha información no concuerda al representar un relato muy complicado (source INAH - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 35: Tlaltelolco, Mexico - Restauration of the Three Wooden Lintels
On Thursday July 5, 2007, the Instituto Nacional de Antropologia e Historia posted a report on their website in the section Sala de Prensa on the recent restauration and conservation work carried out on the wooden lintels as found at Tlaltelolco in September of 1992 (edited by AMaNU):
Restauran los dinteles prehispánicas de Tlaltelolco - Tres dinteles de madera que formaron parte de un edificio de la antigua ciudad de Tlatelolco, considerados de los pocos ejemplares de la época prehispánica que se conservan hasta nuestros días, se encuentran en su última etapa de restauración, cuyo proceso que se ha venido efectuando desde hace casi 15 años debido a la delicadeza de las piezas.
Luego de su hallazgo en septiembre de 1992, durante los trabajos de construcción del edificio que ocupara para ese entonces la cancillería mexicana —en las inmediaciones de la Plaza de las Tres Culturas—, los dinteles, de alto valor histórico y calidad estética, fueron enviados a la actual Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), donde hasta la fecha son sometidos a una compleja labor de recuperación. “Sin duda, los dinteles rescatados formaban parte de alguno de los edificios que impresionaron a Hernán Cortés al arribar a Tlatelolco, mismos que presentan una escena en secuencia tallada en bajorrelieve, lo que sugiere que debieron formar parte de un mismo palacio con tres accesos”, indicó Margarita Carballal, arqueóloga del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) quien encabezó las labores de salvamento de las piezas.
“El rescate fue hecho en condiciones difíciles porque se encontraban a nivel freático y cubiertos de lodo”, recordó la investigadora adscrita a la Dirección de Salvamento Arqueológico, al referir que cronológicamente las piezas elaboradas en madera de pino ayacahuite corresponden, seguramente, al momento del esplendor de Tlatelolco, hacia el Posclásico Tardío (1200-1521 d. C.). Luisa Mainou, restauradora de la CNCPC, responsable de la atención de estos elementos arquitectónicos, informó que por el contexto en que fueron halladas las piezas, ya estaban éstas anegadas. “Es decir, que la madera estaba saturada de agua e incluso con algunas partes en estado de putrefacción, lo que se traducía en la pérdida de sus propiedades químicas y físicas como la dureza”, explicó. Los tres dinteles –parte superior de puertas– denominados 248, 249 y 250, poseen dimensiones de 1.90, 2.20 y 2.35 metros de longitud respectivamente, por 50 centímetros de anchura y 30 de espesor, aproximados.
Los dinteles provenientes de la ciudad gemela de Tenochtitlan, son una muestra singular de la compleja iconografía prehispánica. En ellos se observa a personajes en procesión hacia un centro donde se encuentra un disco solar adornado con dos grandes piedras de jade o chalchihuites que simbolizan el agua o lo precioso. Alrededor de ese disco hay 18 círculos pequeños y seis rayos solares, al centro se observa el glifo Ollin que representa el movimiento. Los individuos ricamente ataviados portan distintos símbolos y elementos, algunos relacionados con deidades de la lluvia.
Una vez que las piezas fueron enviadas a los talleres de restauración —el mismo año de su hallazgo—, lo primero que se hizo fue un estudio de las condiciones físico-mecánicas y químicas de la madera, que permitió determinar diferentes estados de deterioro de afuera hacia adentro.
“Considerando que los bloques estuvieron sumergidos en agua alrededor de 600 años, el estado de conservación aún era bueno y esto se debió principalmente al espesor de las piezas, ya que si hubiesen sido delgadas se habrían desintegrado porque toda la parte externa ya estaba podrida”, detalló la restauradora.
“Considerando que los bloques estuvieron sumergidos en agua alrededor de 600 años, el estado de conservación aún era bueno y esto se debió principalmente al espesor de las piezas, ya que si hubiesen sido delgadas se habrían desintegrado porque toda la parte externa ya estaba podrida”, detalló la restauradora.
Posteriormente se dio paso a la limpieza y aplicación de un tratamiento preventivo para evitar la desecación de los maderos, así como la aplicación de fungicidas para evitar la aparición de hongos. Una vez que se valoró su estado de conservación e importancia, se pudo proyectar el método de conservación para frenar el deterioro, el cual dio inicio en 1993. El proceso por el que se optó, comentó Luisa Mainou, consistió en sumergir los dinteles en unas tinas que se diseñaron especialmente de acuerdo con sus dimensiones y peso (más de 300 kilos cada uno al estar húmedos), donde se les hacía un lavado cada tres días para eliminar por completo microorganismos. “Asimismo se comenzaron a impregnar con una solución de agua y polietinelglicol (sustancia química), comenzando con un dos por ciento de éste, dosis que se fue incrementando hasta llegar al 100 por ciento. Esta fue la etapa más larga y duró hasta febrero de este año, es decir casi 15 años.”
“Este proceso denominado ‘secado en húmedo’, consistió en secar paulatinamente la madera con esta solución acuosa. Es decir, se cambió el agua que contenía la madera por una sustancia sólida que permite conservar el volumen y forma de cada pieza sin que se colapse y se pulverice la madera”, abundó la restauradora. Para consolidar todas las partes con putrefacción que la solución anterior no logró endurecer lo suficiente para la manipulación que habrán de tener las piezas, se aplicó un producto orgánico llamado Reconos220 que hace que la madera deleznable recupere un nivel de resistencia adecuado para su manipulación posterior. “Con esta última etapa de consolidación se está garantizando que los dinteles cuenten con las condiciones para la siguiente etapa que será la de museografía, logrando con ello la resignificación de estas piezas al preservar sus partes estética e histórica”, comentó la restauradora quien a lo largo de década y media se ha dedicado a la atención del patrimonio cultural hallado en contextos sumergidos.
Una atención especial recibirá el Dintel 248, debido a que presenta una fractura longitudinal. “Habrá que unir las dos partes por medio de un método que actualmente se analiza de entre varias posibilidades, donde tenemos que considerar algunos puntos como el hecho de que no es una pieza aislada, sino que se trata de un tríptico donde las otras dos partes no presentan este problema”, acotó la conservadora quien junto con el restaurador Gabriel Rivera, habrá de definir la opción más adecuada.
Puntualizó que los diferentes procesos de conservación que se han aplicado a los dinteles de Tlatelolco, son resultado de varios años de investigación previa, toda vez que cada pieza tuvo un comportamiento distinto a pesar de provenir del mismo lugar. “Ha sido una tarea delicada y paulatina en la que en todo momento hay que ser creativos porque no podemos copiar los procesos europeos debido a que no responden a las características de México. Esto nos ha obligado a investigar para innovar y resolver cada caso”, comentó Luisa Mainou.
La también maestra en museología añadió que, una vez terminada la restauración integral de los dinteles, éstos saldrán con una propuesta museográfica y recomendaciones para su conservación, entre las que destaca que nunca podrán viajar. “Deben permanecer en el Distrito Federal, porque al salir, la madera comienza a interactuar con el medio ambiente y sufre cambios. Para ello tendrían que hacerse réplicas que podrán llevarse a donde quiera, pero las originales deberán estar en un lugar fijo y con condiciones especiales de temperatura y humedad”, concluyó (source INAH - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 34: Cacaxtla, Tlaxcala - Second Stage of the Emergency Project
On Thursday July 5, 2007, the Instituto Nacional de Anthropologia e Historia posted a report on their website in the section Sala de Prensa on the second stage of the salvation and maintanance work carried out at the archaeological site of Cacaxtla, after the May 21 incident (see AMNU 2007, Nos. 21 & 28) edited by AMaNU):
Arranca segunda etapa de restablecimiento de la Zona Arqueológica de Cacaxtla - Será en un par de meses cuando sea reabierta a la visita del público la Zona Arqueológica de Cacaxtla, en Tlaxcala, pero sólo en un 50 por ciento, anunció Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), luego de señalar que tras haberse ya superado la contingencia por la caída parcial de la techumbre metálica que cubre el sitio, se ha dado paso a una segunda etapa de reactivación que comprenderá la reposición de las alas norte y sur de la gran estructura, así como el desarrollo de obras de mejora.
Al presentar un balance de la situación que guarda el sitio después que el pasado 21 de marzo una fuerte granizada provocara el colapso de la parte sur de la techumbre y la norte sufriera algunas averías, refirió que las estructuras prehispánicas y la pintura mural no tuvieron ninguna afectación, salvo un muro que presentó fracturas y una columna que se inclinó por el impacto, ambas ubicadas en el Edificio F, pero que serán objeto de tareas de restauración.
En conferencia de prensa efectuada en la zona arqueológica, De Maria y Campos precisó que de acuerdo a los dictámenes técnicos emitidos por expertos del INAH, el Instituto de Ingeniería de la UNAM y las empresas Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y Colinas del Buen, se determinó que el 80 por ciento de la techumbre está en buenas condiciones y es necesaria la restitución de las alas norte y sur afectadas por la acumulación de hasta 90 centímetros de espesor de granizo que obstruyó los desagües.
El titular del INAH refirió que una vez que se tuvo el dictamen de ley sobre las causas del siniestro, se procedió a la aplicación del seguro de la compañía Zurich, recursos que fueron cubiertos –con un monto total de 3.5 millones de pesos– e invertidos en las acciones correspondientes a la primera etapa de restablecimiento del sitio arqueológico. Tras descartar que la caída parcial del techo se debiera a negligencia toda vez que el meteoro provocó que la gran cantidad de granizo acumulado rebasara la capacidad de peso para la que fue diseñado, además de que periódicamente se revisa la estructura metálica, De Maria y Campos puntualizó que la primera etapa o de emergencia, ya ha sido superada.
“A lo largo de cuatro semanas se efectuó el retiro de escombros con dos cuadrillas de trabajadores. En atención a las recomendaciones vertidas en los dictámenes se procedió al desmantelamiento del techo del área sur que se colapsó y por precaución también se desmontó el ala norte, aun cuando sólo tuvo algunas averías”, agregó.
Abundó que para estas tareas se contrataron cuatro grúas teleféricas y se aplicaron maniobras de alta precisión que impidieron que los elementos prehispánicos sufrieran algún daño. Asimismo se realizó el recubrimiento con materiales aislantes de elementos arquitectónicos de adobe como columnas, jambas, pisos estucados y pintura mural, particularmente de los edificios A, B y F, templos de Venus y Rojo, y el mural emblemático de la zona arqueológica conocido como La Batalla. “Ahora estamos en una segunda etapa de restablecimiento de Cacaxtla que comprenderá la reposición de las alas metálicas sur y norte, labor que se completará dentro de seis u ocho meses, así como la restauración del muro y columna del Edificio F que se hará con la misma técnica con que fue hecha en el pasado, ya que se tiene totalmente estudiada y documentada esta área”, afirmó.
Durante el desarrollo de estas acciones, que se prevé representarán un costo similar al ya erogado y que también serán cubiertas por la aseguradora, De Maria y Campos adelantó que el público podrá visitar la zona en algunas de sus partes. “Posiblemente en un par de meses, una vez que se hayan aislado las áreas correspondientes a los techos en reparación. Con la finalidad de reactivar el flujo de visitantes, se brindarán otras opciones de recorrido a áreas poco concurridas como la pirámide de Xochitecatl, el Museo de Sitio recientemente actualizado y una exposición fotográfica”, comentó.
Previamente a un recorrido hecho por las espacios afectados, el director general del INAH indicó que durante esta segunda etapa de trabajos, se aprovechará para convocar a expertos de la Fundación Getty, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos-UNESCO), a un seminario en el que se analizará el problema de la techumbre que padecen los sitios arqueológicos de tierra. Asimismo, adelantó que en breve el INAH firmará un convenio con el gobierno del estado de Tlaxcala, para el desarrollo de diversos proyectos de inversión en la Zona Arqueológica de Tecoaque y el Museo Regional, incluidas las tareas mejoramiento de los andadores de la Zona Arqueológica de Cacaxtla, donde se ofrecerán elementos museográficos que permitirán al público un mejor entendimiento de la historia del lugar.
Finalmente, De Maria y Campos comentó que se gestionará ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, además de la de Turismo, para que se pueda efectuar el mejoramiento de la señalización y la reparación de carreteras para facilitar el acceso del público al sitio, y con ello propiciar su reactivación en beneficio de las comunidades aledañas y la difusión del patrimonio nacional (source INAH - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 33: Guanajuato - INAH Presents New Book on Four Archaeological Sites in Guanajuato
On Monday July 2, 2007, the Instituto Nacional de Anthropologia e Historia posted a notice on their website in the section Sala de Prensa on a recent book publication which discusses the archaeology of four sites in the Mexican state of Guanajuato (edited by AMaNU):
Presentan libro sobre Zonas Arqueologicas de Guanajuato - Producto de un lustro de investigación sistemática e interdisciplinaria sobre el pasado prehispánico de la región cultural del Bajío, el libro Zonas arqueológicas de Guanajuato, cuatro casos: Plazuelas, Cañada de la Virgen, Peralta y El Cóporo, reúne los primeros resultados sobre el estudio de las antiguas civilizaciones que habitaron estos sitios, cuyos datos abren nuevos planteamientos sobre la redefinición de las fronteras de Mesoamérica.
Área poco estudiada hasta hace algunos años, hoy es objeto de una intensa labor de investigación y exploración arqueológica, encabezada por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), misma que dio inicio en 2001 mediante un modelo de participación de los tres órdenes de gobierno, entre ellos la Secretaría de Desarrollo Social, el Instituto Estatal de la Cultura y los ayuntamientos de Abasolo, San Miguel de Allende, Pénjamo y Ocampo. La publicación se presentó el pasado jueves en el Museo Nacional de Antropología, con la presencia de Benito Taibo, coordinador nacional de Difusión, en representación del director general del INAH, Alfonso de Maria y Campos; Juan Alcocer Flores, director del Instituto Estatal de Cultura de Guanajuato; Laura Pescador, coordinadora nacional de Arqueología del INAH, y el periodista cultural Braulio Peralta.
A nombre del director general del instituto, Taibo destacó que este libro forma parte del esfuerzo que han llevado a cabo diferentes instancias estatales y federales para abrir al público la primera zona arqueológica de la entidad –Plazuelas– en el 2006. Sus páginas reseñan, afirmó el funcionario, una forma de trabajar alrededor de nuestro patrimonio arqueológico que recupera la mejor tradición del instituto: la visión integral con que trabajó Manuel Gamio. Es así que en Guanajuato se estableció una alianza interdisciplinaria e interinstitucional para investigar, a partir del 2001, los sitios arqueológicos desde sus múltiples variables, además de formular diversos programas de reordenamiento urbano, atención a visitantes y protección del paisaje cultural.
Laura Pescador Cantón, titular de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, refiere en la publicación que los resultados parciales de las investigaciones realizadas en las cuatro zonas arqueológicas, confirman que los antiguos grupos que habitaron Guanajuato, sobre todo antes del 900 d. C., influyeron en la evolución cultural del centro y occidente de México. “Esta nueva información modifica algunas de la teorías existentes para esta región, como la que refiere que sólo fue habitada por grupos nómadas conocidos genéricamente como chichimecas, pues si bien fue la población que prevalecía a la llegada de los españoles, no fue la única que habitó estas tierras en tiempos remotos”, sostiene la arqueóloga.
“Asimismo se refuerzan otros planteamientos sobre la redefinición de las fronteras de Mesoamérica y del norte de México, las cuales variaron por el flujo de grupos sociales que se desplazaban frecuentemente por fenómenos como el crecimiento demográfico, el comercio, la guerra o las hambrunas”, señala. Zonas arqueológicas de Guanajuato, cuatro casos: Plazuelas, Cañada de la Virgen, Peralta y El Cóporo, compila los textos escritos por los expertos que encabezan cada uno de los cuatro proyectos de investigación: Carlos Castañeda López, Gabriela Zepeda García, Efraín Cárdenas García y Carlos Torreblanca Padilla, respectivamente.
Sobre la Zona Arqueológica Plazuelas, ubicada en el municipio de Pénjamo, Castañeda López, establece que ésta fue una de las ciudades más complejas de la región cuyos edificios mantenían las características de una sociedad teocrática. Los materiales hallados en las excavaciones dan cuenta de que esta civilización estaba incluida en una ruta comercial que llegó hasta lo que hoy se conoce como Nuevo México, además del mar Caribe y Guatemala. Esta zona, abierta al público en marzo de 2006, alcanzó su apogeo entre los años 600 y 900 de nuestra era. Por motivos que aún se desconocen, pese a su importancia como centro de poder religioso, esta ciudad fue totalmente abandonada, cubriéndose de tierra y vegetación.
Por su parte, la investigadora Zepeda García precisa que la Zona Arqueológica Cañada de la Virgen, que se localiza en el municipio de San Miguel de Allende, fue ocupada entre los años 540 y 1050 d. C. La construcción de sus edificios estuvo basada en orientaciones calculadas que dan origen a fenómenos visuales. El sitio consta de 17 hectáreas de área protegida y de visita, que en un mediano plazo se abrirá al público toda vez que presenta un avance superior al 70 por ciento en materia de investigación, conservación de estructuras prehispánicas y creación de áreas de servicios.
En lo referente a la Zona Arqueológica Peralta, el arqueólogo Cárdenas García, establece que la primera ocupación del lugar se remonta hacia el 400 a. C. El aspecto arquitectónico de mayor trascendencia son los llamados patios hundidos, que sintetizan la cosmovisión de sus antiguos habitantes, al representar los cuatro puntos cardinales, un centro, un arriba y un abajo. La filiación étnica de la población que ahí habitó aún se desconoce, sin embargo, están en proceso estudios genéticos de los restos esqueléticos que se han hallado. Este sitio, ubicado en el municipio de Abasolo, presenta un avance en su exploración de más del 60 por ciento y ya cuenta con su área de servicios.
En su texto, Torreblanca Padilla establece que la antigua civilización que se asentó en la Zona Arqueológica El Cóporo, perteneciente al municipio de Ocampo, lo hizo en un área estratégica que le permitió el control de los recursos naturales. Uno de los conjuntos de estructuras que destacan de esta zona es el que lleva el mismo nombre del sitio; ubicado en la cima de un cerro, se ha identificado como el espacio cívico y ceremonial. Hasta ahora no se han logrado precisar las fechas exactas de su ocupación, pero los planteamientos derivados del análisis cerámico lo ubican hacia finales del Preclásico. Esta zona de reciente investigación, cuenta con un avance del 30 por ciento en su exploración.
Editado por el Fideicomiso de Administración e Inversión para la Realización de las Actividades de Rescate y Conservación de Sitios Arqueológicos en el Estado de Guanajuato, integrado por los gobiernos municipal, estatal y federal, el libro Zonas arqueológicas de Guanajuato, cuatro casos: Plazuelas, Cañada de la Virgen, Peralta y El Cóporo, incluye un amplio registro fotográfico de las temporadas de exploración y restauración efectuadas en cada lugar, así como mapas y planos arquitectónicos (source INAH - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 32: Tamazunchale, San Luis Potosí - Clearing Up on Doubts about the Huastecos
On Friday June 29, 2007, the Consejo Nacional para las Culturas y las Artes posted on their website in the section Sala de Prensa a report on the recent archaeological work the site of Tamazunchale, San Luis Potosí. The project also seems to clear up some of the doubts that exist about the Prehispanic culture of the Huastecos of San Luis Potosí (edited by AMaNU):
Como resultado de salvamento arqueologico, se podran aclarar dudas sobre los Huastecos - Como resultado de la exploración arqueológica en las inmediaciones donde se construirá la termoeléctrica más grande de América Latina, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), localizaron cuatro asentamientos prehispánicos y recuperaron 15 toneladas de material cerámico y lítico en el marco del Proyecto de Salvamento Arqueológico El Clérigo, Tamazunchale, San Luis Potosí. Así lo informó Javier Martínez González, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH y responsable de dicho proyecto, quien recordó que la investigación se desarrolló durante varias temporadas de campo registradas entre marzo del 2003 y junio de 2005, en una superficie aproximada de 400 hectáreas, a la margen izquierda del río Moctezuma, en terrenos de la empresa Protama, S.A. Actualmente, la información recabada en los sitios denominados El Clérigo, El Cedro, Las Chacas y Cuixcuatitla, así como los restos del material cerámico y lítico encontrado en esos lugares, “se procesa y clasifica para determinar de mejor manera la actuación de los huastecos a través del tiempo en la región”, con ello se busca profundizar en los aspectos temporales “para entender mejor este desarrollo, ubicar los rasgos que le pretenden dar una unidad y conjeturar sobre cómo se dio paso a la consolidación de los huastecos como grupo dominante.”
En su memoria arqueológica, Martínez González considera que a lo largo de la historia antigua, colonial y contemporánea, “la gente de la región ha sufrido muchas adversidades y se ha levantado una y otra vez, pues ni las incursiones mexicas, ni la sangrienta conquista y la esclavitud que trajo consigo junto a epidemias, encomiendas y congregaciones forzadas, ni los latifundios más recientes, han podido doblegarlos ni aniquilar su forma de vida.” La gente huasteca se ha adaptado y sobrevivido, apoyada en sus mitos que permean todo lo cotidiano, en sus costumbres y organización social, en su respeto por la naturaleza, su trabajo agrícola, su música, sus festividades, sus ciclos, su comida. Cambió la canoa por el caballo y a éste por la bicicleta, pero conserva su machete y su perro, compañeros inseparables con los que enfrenta la vida.”
Al referirse a los conjuntos arqueológicos, delimitados y de naturaleza diversa, tanto por su época como por el espacio que utilizaron y el rol que desempeñaron dentro de la organización social, explicó que son asentamientos que tienen una antigüedad que abarca desde la etapa temporal del Clásico medio (400 a 650 de nuestra era), hasta el Postclásico tardío (1200-1520 de nuestra era). Ese lapso da evidencia de la importancia de la zona que hizo posible un desarrollo social por lo menos durante once siglos de historia del México antiguo, puntualizó el arqueólogo del INAH Javier Martínez. Destacó que en El Clérigo y El Cedro se encontraron estructuras monumentales, con funciones cívico ceremoniales que ocupan grandes extensiones y se integran por complejos arquitectónicos de más de diez metros de altura, plataformas de hasta cien metros de longitud, plazas e incluso un juego de pelota.
También están presentes los asentamientos residenciales, cuyos edificios son de hasta dos metros de altura, construidos con materiales selectos y guardando una ordenada disposición espacial, aunque ocupando extensiones menores que los anteriores, mientras que el sitio de Las Charcas es considerado como residencial. En El Clérigo y El Cedro se recuperaron varios enterramientos humanos en sitios variables. Se detectaron tumbas elaboradas con techo formado por enormes lajas de arenisca. Algunas se hallaron al centro de los patios y varios más al exterior de los muros. Presentan ofrendas sencillas de una o dos vasijas y están asociados de manera común con fragmentos de cristales de calcita, algunos en forma de cuentas con perforación bicónica. Sin embargo, es en Cuixcuatitla en donde se localizó la muestra más grande de enterramientos humanos, 24 en total.
Se encontraron restos óseos extendidos, en decúbito dorsal; otros flexionados en forma lateral y algunos más flexionados e irregulares. Todos estaban bajo lajas de arenisca o con varias rocas cubriéndolos. Los materiales cerámicos presentes en los conjuntos excavados son principalmente restos de ollas, cajetes pulidos de silueta compuesta, comales, molcajetes, tecomates, platos, fragmentos de sahumerios, vasijas de pasta fina, vasos con soporte de botón, molcajetes con soportes sólidos, vasijas con forma de calabaza y algunos fragmentos de sellos con representaciones zoomorfas. Se encontraron no más de diez figurillas completas. Aunque no hallaron grandes esculturas, encontraron figurillas de tipo realista, tanto antropomorfas como zoomorfas. En algunos casos de las primeras, muestran brazos articulados. De las últimas, se tienen varias representaciones de aves en forma de silbato, y de cánidos.
Los artefactos líticos recuperados son, básicamente, puntas de proyectil de pedernal u obsidiana, así como lascas de bordes cortantes, principalmente de pedernal y, en menor medida, de obsidiana. Muy escasa resultó la presencia de navajillas prismáticas de obsidiana; asimismo se recuperaron metates de basalto en cantidad mínima. Para el especialista del INAH, habrán de considerarse el tipo y temporalidad de materiales presentes en cada sitio y contexto; el conocimiento de elementos foráneos que evidencien relaciones a larga distancia y lo que implican en términos de organización social con relación a la distribución e intercambio de bienes; el tamaño de los sitios y el ordenamiento espacial de su arquitectura, así como la técnica constructiva; los estilos de las figurillas; la decoración en algunos restos cerámicos como vasijas y malacates, y por último las costumbres funerarias. No obstante, Martínez González consideró que hace falta mucho trabajo, por ejemplo, entender el papel que jugaron las cuencas de los río mayores como el Moctezuma, a manera de límite cultural o a modo de vía de comunicación por la que fluyeron tanto recursos como ideas.
“Esta comprensión se logrará con el estudio sistemático de los sitios en las márgenes de los sistemas fluviales de la Huasteca, pendientes aún de localizar, adelantando de paso hipótesis sobre por qué se presentan asentamientos monumentales tan cercanos unos de otros.” Hacerlo -dijo-, permitirá confirmar o desechar lo que las fuentes históricas bosquejan en cuanto a la organización social antigua en La Huasteca, donde se asegura que los habitantes de esta región no reconocían a un señor principal ni formaban una nación homogénea, sino estaban organizados en núcleos relativamente autónomos. Por las peculiaridades de los restos materiales que existen a lo largo del área de investigación, Martínez González señaló que los habitantes de la huasteca potosina tenían una organización, una arquitectura y unos materiales propios, en fin, una forma de vivir propia y original con relación a lo que existía en otras zonas de Mesoamérica, que lejos de etiquetarlos como “marginales”, refleja una fuerza capaz de dar unidad a la diversidad de culturas presentes y sustentarlas en su devenir histórico.
“Todo lo que ha formado parte de la vida diaria, lo que pudiera definir una identidad, se presenta en el seno de las familias, que con sus labores de costumbre viven y se reproducen en torno a sus viviendas. Así, otro logro importante de este proyecto ha sido el registro de las formas arquitectónicas de esas viviendas, entre varios niveles sociales, a lo largo de diferentes épocas, como expresión de dicha identidad.” Finalmente Javier Martínez adelantó que los sitios arqueológicos localizados, se encuentran en proceso de donación al INAH y destacó que este proyecto “es un logro institucional que contribuye al conocimiento de nuestro patrimonio histórico, buscando ese difícil equilibrio que concilia la preservación y la investigación, con el desarrollo de obras de infraestructura” (source CONACULTA - Sala de Prensa).
Ancient MesoAmerica News Updates 2007, No. 31: El Cóporo, Guanajuato - Nuclear Zone Cleared and Consolidated
On Wednesday May 30, 2007, the Instituto Nacional de Anthropologia e Historia posted a notice on their website in the section Sala de Prensa on recent archaeological work carried out at the site of El Cóporo, Guanajuato. The site belongs to the Gran Tunal cultural sphere and INAH archaeologists now have cleared and consolidated the site center (edited by AMaNU):
Liberan area nuclear de la zona arqueológica El Cóporo, en Guanajuato - Los trabajos de excavación y consolidación de estructuras piramidales que actualmente se efectúan en la Zona Arqueológica El Cóporo, en el estado de Guanajuato, han permitido la liberación de los espacios correspondientes al área nuclear de esta antigua ciudad que pudo haber llegado a tener una extensión de más de 35 hectáreas, y que ha sido identificada como parte de la región cultural denominada Gran Tunal.
Carlos Torreblanca Padilla, coordinador del Proyecto Arqueológico El Cóporo, informó que la mayor parte de los conjuntos arquitectónicos se localizan en la cima y falda del cerro del mismo nombre de 150 metros de altitud, ubicado en el municipio de Ocampo, al noroeste de Guanajuato. “Las labores a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se efectúan desde 2002 y han permitido la liberación de cuatro conjuntos arquitectónicos denominados: Gotas, Montés, Cóporo y Caracol”, informó el arqueólogo al señalar que los estudios de fechamiento refieren que este sitio prehispánico alcanzó su etapa de apogeo hacia finales del Periodo Clásico e inicios del Epiclásico, entre el 500 y 900 d. C.
Carlos Torreblanca Padilla, coordinador del Proyecto Arqueológico El Cóporo, informó que la mayor parte de los conjuntos arquitectónicos se localizan en la cima y falda del cerro del mismo nombre de 150 metros de altitud, ubicado en el municipio de Ocampo, al noroeste de Guanajuato. “Las labores a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se efectúan desde 2002 y han permitido la liberación de cuatro conjuntos arquitectónicos denominados: Gotas, Montés, Cóporo y Caracol”, informó el arqueólogo al señalar que los estudios de fechamiento refieren que este sitio prehispánico alcanzó su etapa de apogeo hacia finales del Periodo Clásico e inicios del Epiclásico, entre el 500 y 900 d. C.
“El Cóporo, palabra de origen tarasco que significa “sobre el camino grande”, estuvo conformado por una serie de aldeas alrededor del cerro, cuyas primeras etapas de asentamiento se dieron posiblemente hacia el 200 d. C. Mientras que su abandono pudo haber comenzado entre el 1000 y 1100 por un cambio climático en la región que impidió seguir desarrollando actividades agrícolas”, explicó. El sitio del cual se tuvo conocimiento hacia la década de 1960, durante los trabajos de la arqueóloga Beatriz Braniff, son retomados después de cuatro décadas por medio de un proyecto interdisciplinario, apoyado por el INAH, el Gobierno del Estado de Guanajuato y el Ayuntamiento de Ocampo.
“A la fecha llevamos un avance del 70 por ciento en la liberación y restauración de las cuatro estructuras piramidales que conforman el Conjunto Cóporo, el cual se ubica en la cima del cerro, y cuya área fue exclusiva para los gobernantes y sacerdotes, toda vez que en las laderas norte y oeste se han registrado también una serie de grandes plazas administrativas y religiosas”, abundó. En tanto que en el Conjunto Gotas, que se ubica en la falda de la montaña, se ha cubierto el 45 por ciento de las tareas de excavación y consolidación de lo que al parecer fue una unidad habitacional. “Este espacio es muy interesante porque su distribución asemeja a grandes salones con grandes columnas a manera de palacios con fachadas decoradas en colores azul y rojo, como lo apuntan restos de adobes.”
“Además hemos encontrado restos de madera quemada que indican que fue usada para soportar el techo a manera de postes o columnas. Los análisis de carbono 14 de estos restos de vigas nos arrojan fechas que oscilan entre los años 500 y 900 d. C.”, comentó Torreblanca Padilla. El arqueólogo adscrito al Centro INAH-Guanajuato, también destacó que en los conjuntos Cóporo y Gotas se ha registrado el hallazgo de tres entierros humanos, dos en el primero y uno en el segundo. “Lo relevante de este descubrimiento es que los esqueletos presentan una pigmentación de color negro, con el que fueron cubiertos durante algún ritual.”
“En un principio creímos que los restos óseos fueron quemados pero los análisis químicos indican que se trata de manganeso, ahora tenemos que descifrar si antes de ser sepultados los cuerpos estos eran descarnados para poder pintar los huesos, porque además se reporta que presentan hasta cuatro capas de este mineral”, destacó. Agregó que como parte de los materiales recuperados durante las excavaciones, lítica y cerámica sobretodo, también se han encontrado restos de piezas de turquesa, mineral que no es común en México, y que posiblemente procede de territorios que hoy componen Estados Unidos.
“En un principio creímos que los restos óseos fueron quemados pero los análisis químicos indican que se trata de manganeso, ahora tenemos que descifrar si antes de ser sepultados los cuerpos estos eran descarnados para poder pintar los huesos, porque además se reporta que presentan hasta cuatro capas de este mineral”, destacó. Agregó que como parte de los materiales recuperados durante las excavaciones, lítica y cerámica sobretodo, también se han encontrado restos de piezas de turquesa, mineral que no es común en México, y que posiblemente procede de territorios que hoy componen Estados Unidos.
“También hemos hallado objetos de concha procedente de la costa del Pacífico, lo que nos indica que esta cultura sostuvo un comercio o intercambio sofisticado con diversos pueblos”; manifestó el especialista y precisó que el estudio en laboratorio de este tipo de vestigios, está en curso. Según Torreblanca Padilla, la civilización que habitó El Cóporo, está asociada a la región cultural denominada Gran Tunal, que se desarrolló en lo que hoy conocemos como San Luis Potosí, Jalisco, Zacatecas y Guanajuato. “Al abandonar sus ciudades la población emigró al centro de México donde se unieron con estos grupos y dieron origen a la sociedad pluriétnica tolteca.”
El progreso del Proyecto Arqueológico El Cóporo, ha permitido la liberación de 12 estructuras arquitectónicas, que representan más del 10 por ciento de las más de 35 hectáreas que se estima llegó a ocupar la ciudad prehispánica. “Sobre el valle hemos registrado 136 vestigios de viviendas dispersas, que posiblemente fueron áreas dedicadas a talleres para la elaboración de herramientas”, agregó.
La inauguración tentativa de esta zona arqueológica se tiene prevista para el 2010. “Este año continuaremos con la consolidación y restauración de los conjuntos, al igual que durante 2008 y 2009, aunque en menor medida porque habrá que trabajar en el acondicionamiento de los espacios y la creación de infraestructura para hacer posible la visita del público.”
“En este proceso de recuperación y revaloración del sitio se contará con la participación de la población, ya que uno de los objetivos del proyecto es que la apertura beneficie al desarrollo económico de la región”, concluyó (source INAH - Sala de Prensa).
La inauguración tentativa de esta zona arqueológica se tiene prevista para el 2010. “Este año continuaremos con la consolidación y restauración de los conjuntos, al igual que durante 2008 y 2009, aunque en menor medida porque habrá que trabajar en el acondicionamiento de los espacios y la creación de infraestructura para hacer posible la visita del público.”
“En este proceso de recuperación y revaloración del sitio se contará con la participación de la población, ya que uno de los objetivos del proyecto es que la apertura beneficie al desarrollo económico de la región”, concluyó (source INAH - Sala de Prensa).